Al margen de la crónica

Entender el cáncer: reto de la medicina

El cáncer es muy astuto. Su capacidad de mutación le sirve para eludir los tratamientos. Por eso, los expertos apuestan por estudiar a fondo cada tumor para conocer sus secretos y ajustar el tratamiento a cada paciente y lograr no sólo más posibilidades de cura, sino también reducir costes.

“La oncología personalizada sólo sucederá si comprendemos qué está operando en el tumor del paciente, las secuencias claves que están impulsando el crecimiento del tumor en ese paciente particular”, explicó Martine Piccart, presidenta de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO).

La mecánica pasa por utilizar las modernas técnicas de análisis genético y biológico, con el uso masivo de programas informáticos, para detectar las enormes diferencias entre el tumor de cada paciente y aplicar el tratamiento correcto al paciente adecuado.

Ese análisis del ADN y el ARN, no sólo del tumor sino también del paciente, permite “obtener un especie de panorama de las mutaciones que existen en un tumor” y vincular esa información a las posibilidades de que un tratamiento concreto vaya a funcionar o no.

Un enfoque de la lucha contra el cáncer que Piccart reconoce está en sus inicios y que necesitará de mucha investigación y mucha colaboración internacional para poder contar con resultados en el año 2020.

Aparte de aplicar una terapia con más posibilidades de éxito a cada paciente, esta personalización permitirá, a largo plazo, reducir los costes del tratamiento, según Piccart.

“El problema es que los gobiernos tienen que estar de acuerdo en invertir ahora y ser plenamente conscientes de que los beneficios vendrán mucho más tarde. Esto es difícil, porque a los políticos les gustan los usos a corto plazo”, lamentó la experta belga.

Piccart pone un ejemplo. Hay que invertir más para facilitar diagnósticos precisos.

La cuestión de la eficacia de los tratamientos y de su costo ha sido muy debatida durante los cinco días del congreso, ante la perspectiva de que el envejecimiento de la población en Europa eleve el número de pacientes de cáncer.

En ese sentido, Christoph Zielinski, del Hospital Universitario de Viena, opinó que hacer más efectivo el tratamiento, aunque eleve el gasto médico, servirá para bajar los costes generales al evitar que muchos pacientes queden impedidos para trabajar.

Durante el congreso también se ha advertido de los riesgos del ahorro sanitario que están imponiendo muchos gobiernos europeos.

“La crisis financiera ha exacerbado la desigualdad social, incluida la salud. Los copagos suponen un impuesto de facto sobre el enfermo”, denunció durante una de las sesiones del congreso José Martin-Moreno, de la Universidad de Valencia.

Aunque no se han presentado nuevos medicamentos, sí se han comunicado novedades en terapias ya existentes, como la duración óptima -un año- del suministro de trastuzumab para pacientes con cáncer de mama, o las ventajas de combinar dabrafenib y trametinib para combatir melanomas en los que existe la mutación del gen BRAF.