El original trabajo fue presentado en el Encuentro de Jóvenes Investigadores

Crean un noticiero con humor e

ironías hacia la ciencia “elitista”

Crean un noticiero con humor e ironías hacia la ciencia “elitista”

Siano, Tobke y Sarquis, tres de los creadores del programa: “Es posible difundir la ciencia en el lenguaje del común de la gente”, coinciden. Foto: Amancio Alem

Son jóvenes cientibecarios de la UNL. Idearon un programa de noticias teatralizado donde divulgan la ciencia desde el humor, para hacerla más accesible al común de la gente. Y parodian a la ciencia tradicional cerrada y exclusiva para unos pocos.

 

Luciano Andreychuk

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Los reporteros entrevistan a dos investigadores ficticios. Uno de los invitados, el rey Arturo, habla de la ciencia como si se dirigiera a un cenáculo de iluminados, como si cada palabra suya debiera ser tomada como verdad absoluta e incuestionable. La otra investigadora, más sencilla y moderna, se explica en un tono coloquial, didáctico y accesible para todos. El programa se desarrolla en vivo y en directo para un auditorio de jóvenes recién iniciados en las artes de la investigación. Uno de los temas discutidos era por qué pisar heces de perro trae buena fortuna (mito urbano si los hay, en una ciudad donde veredas y sendas de bulevares están minadas de regalitos caninos), y por qué es verdad que la frase: “Estás meado por un dinosaurio” trae mala suerte.

En los cortes del programa en vivo se proyectan publicidades sobre varios de los males que atormentan a los jóvenes universitarios: la caída del pelo producto de los nervios en vísperas de exámenes (un comercial vende las bondades de una peluca especial), o la falta de concentración en el estudio (otro ofrece un tónico llamado “Concentrín” para mejorar la atención frente a los libros, aunque sus efectos secundarios son algo extraños: se corre el riesgo de convertirse en vampiro, o en un fanático del olvidado grupo pop Bandana). Al final, aplausos pero sobre todo, risas.

¿Qué es toda esta viñeta cómica? Un noticiero científico humorístico teatralizado, hecho por jóvenes cientibecarios. El evento donde se presentó fue el Encuentro de Jóvenes Investigadores (EJI) realizado hace unas semanas en el Predio UNL-ATE. La intención de sus creadores fue mostrar -con respeto, pero también con humor y algo de parodia- dos modelos de ciencia: una elitista y cerrada, sólo accesible para unos pocos agraciados por el don de la inteligencia; y otra más abierta, didáctica y explicativa para el común de los mortales. Una ciencia más socialmente posible.

El noticiero -que se mezcla con el formato de obra teatral- fue el comentario del EJI. Por audaz, y por ingenioso. Ahora sus creadores quieren mostrarlo a las escuelas medias y otros espacios de educación formal.

El trabajo fue el producto del Curso de Iniciación a la Investigación Científica que realizan cientibecarios, que son alumnos avanzados de la UNL. “La idea fue desmitificar y de alguna manera parodiar muchas cosas que aún perduran de los ámbitos científicos más elitistas. El noticiero se podría leer como una crítica humorística al carácter piramidal del sistema científico actual. Creemos que es posible divulgar de otra forma la ciencia, en los términos propios del común de la gente”, explicaron a El Litoral el Dr. Álvaro Siano, uno de los profesores que dictan el curso, junto con los cientibecarios Jésica Tobke y Juan Andrés Sarquis, estudiantes de Lic. en Biodiversidad (Fhuc).

Dos modelos

El curso de iniciación en investigación empezó en marzo, y en julio empezó el proceso de producción del noticiero. “Trabajamos en conjunto con estudiantes de la escuela de cine (Instituto Superior de Cine y Artes Audiovisuales, Iscaa). Con ellos, diagramamos el formato del noticiero, el guión, etc.”, contaron los jóvenes. Lo que filmaron fue el video del programa y las publicidades que se proyectaron en un corte, pero la puesta en escena del programa fue en vivo para los asistentes del EJI.

El humor y la parodia cruzan todo el programa, y su columna vertebral fue la entrevista a los dos investigadores ficticios. “Uno de ellos era el rey Arturo, que mostraba a la ciencia desde un pedestal, es decir, que era inaccesible para el común de los mortales, muy elitista: todo lo que él mostraba era una verdad absoluta. La otra investigadora más moderna, mucho más didáctica, aún con desprolijidades, era más accesible. Así, se pudieron reflejar las dos caras que aún hay en la ciencia actual. Todo abordado desde el humor, pero creemos que dejamos un buen mensaje para reflexionar”, coincidieron los jóvenes.

Tras los pasos de Golombek

La perspectiva de desacralizar a la ciencia y explicarla en términos domésticos no es nueva. Unos de los precursores más conocidos de esta línea es el científico Diego Golombek, autor del libro Demoliendo papers -y conductor del original programa Proyecto G, que emite canal Encuentro- en el que desmitifica muchos “vicios” de la producción científica tradicional. “Nosotros seguimos esta línea de divulgación al momento de dictar el curso de iniciación, lo hicimos con la idea de que fuera más accesible, no tan metateórico, y que los alumnos cientibecarios encuentren un espacio desde el cual pudiera hablar desde la propia experiencia”, apuntó Siano.

Hoy, la ciencia tradicional ¿sigue cerrada entre las cuatro paredes del laboratorio, o se ha permitido aperturas hacia la sociedad? “En la actualidad, hay un poco más de llegada a la gente, sólo un poco más. Vemos más investigadores que aparecen en los diarios, dan charlas, o participan de cafés científicos. Ha habido un cambio, pero falta todavía abrir más la divulgación. No es fácil: un investigador está muchas horas trabajando sobre contenidos muy técnicos y complejos; y después llevar esa complejidad a un lenguaje y discurso al que lo entiendan todos no es tan fácil”, coincidieron Tobke y Sarquis.

El equipo

Los docentes del curso fueron: el Dr. Álvaro Siano (FBCB), la Dra. Cintia Carrió (FHUC) y Dr. Claudio Passalia (Fich). De la producción del noticiero participaron: Jésica Tobke, Juan Andrés Sarquis y Analía Ale, estudiantes de Lic. en Biodiversidad (Fhuc); María Victoria Vignolo y Julio Bellere, estudiantes de Ciencias Veterinarias (FCV). En diseño dio su aporte Erwin Widmer, y del Iscaa trabajaron Gastón Emiliano Devic; María Eugenia Mayoraz; Adrián Retamoza; Lorenzo Enrique Cechetto; Hugo Imsand; Lucas Giuliano; Santiago Vera; Ana Paula Ponce; María Paz Pizzio; María Victoria Ficetto; Aldin Motatu y Emilia Gauna.