A cuatro semanas de las elecciones presidenciales

EEUU: guerra de encuestas en la previa del

debate entre candidatos a vicepresidentes

Luego del mal desempeño de Obama la semana pasada, los estrategas demócratas ponen todas las fichas a Joe Biden.

Peer Meinert - DPA

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Hace apenas una semana parecía que Barack Obama tenía la victoria en el bolsillo. Estaba por delante en las encuestas y su competidor, el republicano Mitt Romney, no dejaba de meter la pata: ¿qué más podía pasar?

Pero entonces llegó el cambio: Obama patinó en su primer debate televisivo y Romney logró quitarse de encima el aura de perdedor. Quienes conocen bien Washington hablan de una “october surprise”, es decir, una sopresa en octubre que podría dejar atrás todos los pronósticos. Cuatro semanas antes de las elecciones presidenciales, sólo una cosa queda en claro: el resultado aún no está definido.

Debido a esta incertidumbre, cobra mayor relevancia el debate de los candidatos a vicepresidente de este jueves por la noche Joe Biden y Paul Ryan, el “número dos” de Romney. Normalmente, el debate de los vicepresidentes es un acontecimiento mediático de relativa importancia. Sin embargo, esta vez la cosa es distinta: “El apoyo a Biden es de repente más alto que nunca”, afirmó el “The Washington Post”.

El motivo es que muchos creen que Biden hará aquello en lo que Obama falló. Por eso debe atacar, presentarse como opositor y defender su postura en política económica y fiscal. Se afirma que Biden se prepara meticulosamente desde hace semanas para el debate. Su mayor temor es que Ryan termine mostrándose hábil como Romney, que logró evadir con éxito los ataques del presidente.

Otro de los riesgos es que el político de 69 años, de cabello cano, no suele tener pelos en la lengua. Ya en otras ocasiones ha puesto en aprietos a su jefe por irse de la lengua. Hace poco, Biden dijo que la clase media “había sido enterrada en los últimos cuatro años”. En TV, debería evitar este tipo de metidas de pata.

Para Ryan, de 42 años, también hay mucho en juego. “Parto de la base de que el vicepresidente se lanzará sobre mí como una bala de cañón”, esbozó este fanático del ahorro y candidato soñado del movimiento conservador Tea Party. El problema de Ryan es que no tiene experiencia en debates y que en política exterior es considerado un novato. Tampoco maneja con mucha exactitud los datos.

Con sus 36 años como senador Biden es, en cambio, uno de los políticos más experimentados de Washington, e intentará crear la duda de si Ryan realmente tiene lo necesario para, en caso de emergencia, asumir el timón en la Casa Blanca.

Sin embargo, ningún tema ocupa tanto la política de Washington en estos momentos como la pregunta de hasta qué punto son confiables las encuestas. Actualmente se difunde una encuesta tras otra, y el “Washington Post” ya bromea diciendo que se publica una nueva cada 15 minutos, por lo que hay que ser cauto.

En las últimas 24 horas, llamaron la atención especialmente dos encuestas. Primero, fue el renombrado Pew Research Center el que asustó al sector de Obama: el 49 por ciento de los “electores probables” (es decir, los estadounidenses que dicen que votarán el 6 de noviembre) votaría por Romney y el 45 por ciento por Obama. Hace cuatro semanas, Obama tenía una ventaja del ocho por ciento.

Luego, apareció la encuesta de Gallup: el 49 por ciento para Romney y el 47 por ciento para Obama en base a los electores “probables”. Sin embargo, en el caso de los electores registrados, el resultado fue distinto: Obama llevaba la delantera con el 49 por ciento y Romney quedaba segundo con el 46 por ciento. “¿Cuáles son las que cuentan?”, se pregunta ahora la mayoría de los estadounidenses.

El jefe de Gallup, Grank Newport, intentó resolver el misterio: tradicionalmente, los “electores probables” tienden más hacia los republicanos. “Actualmente los electores de Romney se inclinan más a decir que seguro irán a votar”.

Sin embargo, el experto advierte acerca de basarse demasiado en una encuesta en particular. “Ninguna de las encuestas da a los candidatos una ventaja importante estadísticamente”, explicó. Todas ellas muestra más bien lo ajustada que está la carrera.

Imagen del primer debate entre candidatos a presidentes realizado el miércoles de la semana pasada. Foto: EFE

Envían “fuerza de tarea” a Jordania por crisis de Siria

Estados Unidos ha enviado una “fuerza de tarea” con más de 150 militares a Jordania ante la posibilidad de que el conflicto en Siria se extienda, informó hoy el diario The New York Times.

El diario, que describió su fuente de información como “funcionarios familiarizados con la operación”, señaló que el contingente lo componen “planificadores y otros especialistas”.

Una de las tareas, según el artículo, es “ayudar a las fuerzas armadas (de Jordania) en el manejo del flujo de refugiados sirios” y otras son “la preparación para el caso de que Siria pierda control de sus armas químicas, y el posicionamiento ante la posibilidad de que la turbulencia en Siria se expanda a un conflicto más amplio”.

La “fuerza de tarea”, encabezada por un oficial estadounidense de alto rango, tiene su cuartel en un centro de instrucción militar jordano construido en una vieja cantera al norte de Amman, según el Times.

“Ahora la atención está centrada, principalmente, en la ayuda para que los jordanos atiendan a unos 180.000 refugiados sirios que han cruzado la frontera e imponen demandas graves sobre los recursos del país”, añadió.

“Funcionarios que están familiarizados con la operación señalaron que la misión incluye también la preparación de planes para tratar de mantener a Jordania aislado del conflicto en Siria, y evitar el tipo de choques que han habido en la frontera de Siria y Turquía”, continuó el diario.

El gobierno del presidente Barack Obama se ha abstenido hasta ahora de intervenir en el conflicto de Siria más allá de la provisión de equipos de comunicaciones y otra “asistencia no letal“ a los rebeldes que se oponen al gobierno del presidente Bachar al Asad.

“Pero el puesto de avanzada cerca de Amman podría desempeñar un papel más amplio si cambiara la política estadounidense”, apuntó el diario.

“Está ubicado a menos de 55 kilómetros de la frontera siria y es la presencia militar estadounidense más próxima al conflicto”, añadió.