Doce días después del temporal

Todavía quedan viviendas

destruidas en Barranquitas

Todavía quedan viviendas destruidas en Barranquitas

Desde abajo. La casa de Mimí Esquivel fue borrada por el viento: sólo quedó en pie el ingreso y el terreno delimitado por trozos de madera. Fotos: Mauricio Garín

 

De la Redacción de El Litoral

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Los vecinos de la zona del terraplén Irigoyen y los que viven en las casas que construyó el movimiento Los sin Techo, en Barranquitas, aprovechan el buen tiempo para acomodar y reparar los serios daños que causó la tormenta de hace 12 días. Pero, a pesar del tiempo que pasó ayer un grupo volvió a cortar ambas manos de la autopista Santa Fe - Rosario para reclamar atención del municipio.

El Movimiento Los sin Techo relevó un total de 25 viviendas que necesitan reparación estructural, para lo cual presentarán próximamente un proyecto a la Secretaría de Hábitat de la provincia.

Sobre la defensa, quedan los rastros de lo que fue un desastre natural: donde había un rancho hay un poste en pie, hay viviendas de las que solamente se ve el piso, el resto son escombros mezclados con ropa, vajilla rota, juguetes y ruedas de bicicletas. Y la precariedad de las conexiones eléctricas representan un serio peligro para cualquiera ya que los cables penden a la altura de la cabeza de una persona de estatura media, sostenidos por varillas o ramas.

Hasta hoy las cuadrillas de la Municipalidad atendieron 148 casas del barrio: a 5 le acomodaron los techos con chapas, a otras 7 además le aseguraron mamposterías y al resto sólo se afirmaron las chapas flojas.

A pesar de los trabajos que realizó el municipio, es mucha la disconformidad y son más las necesidades de quienes todavía tienen sus viviendas averiadas, ya que afirman, que las cuadrillas municipales no van al barrio desde el viernes pasado. “Nos dijeron que iban a volver pero con la carrera del TC no aparecieron más. Trajeron materiales pero faltan chapas y tirantes. Además yo perdí camas y colchones como muchos otros vecinos”, afirmó Juan Barro, uno de los vecinos que cortó la autopista..

Su prima, Andrea Barro, también perdió muebles y colchones. Vive en otra de las casas del movimiento al lado de Juan. Con ella conviven sus seis hijos, una está embarazada y además tiene dos nenes y su hermana con dos hijos. “Con la última lluvia se me arruinó lo que me quedaba. No tengo baño y la luz la conectó mi primo”, lamentó la mujer.

La tercera vivienda afectada es la de Alejandra Monzón a la que sólo le quedó en pie una pared que da al sur. El municipio le entregó ladrillos y chapas que están mezclados con los escombros, todavía están desparramados. Ella espera que alguien vaya a colaborar con la reconstrucción. “Estoy en lo de mi mamá con mis hijos. No sé que voy a hacer porque cuando intentaron poner chapas se cayeron las paredes y así quedó”, dijo la mujer.

Las familias del terraplén

Ana Cáceres, que tenía su rancho sobre el terraplén, se mudó a una vivienda a pocos metros Según dijo, un representante de Los sin Techo se comprometió a acercarle materiales para reparar la vivienda a la que le falta una parte del techo y tiene paredes rajadas. “Tengo que arrancar de cero por mis tres nenas. Están con mi mamá porque se llueve todo acá y no termino de sacar mugre, la verdad es que no sé por dónde empezar”, dijo.

Mientras tanto, a pocos metros, Adriana Bogadín partía con un martillo los ladrillos de lo que era la casa de su vecina, Mimí Esquivel. “Esto es lo único que le quedó”, explicó señalando lo que era el ingreso. Adriana decidió darle una mano a su vecina porque “le prometieron que iban a ayudarla pero no vino nadie y necesita su casa porque tiene cinco chicos”.

Uriel, uno de los seis hijos de Rosana Martínez, trepaba a los escombros, a pesar de sus cuatro años. Y mientras perseguía al fotógrafo de El Litoral para que lo retratara, gritaba “se cayó mi casa”. “El techo se voló y una chapa cayó arriba de uno de mis hijos, lo dejó inconciente por un rato”, recordó Rosana. De la vivienda recuperó algunas chapas y otras le dio el municipio, aunque quedaron cortas.

Tres de las que construyó el Movimiento Los Sin Techo tienen serios problemas de mampostería y en los techos. Los vecinos reclaman que la Municipalidad vuelva a colaborar para reparar los daños que persisten.

Todavía quedan viviendas destruidas en Barranquitas

Más ayuda. Las chapas que le entregó el municipio a Rosana Martínez cubrieron un sector del techo pero quedaron cortas y el agua se filtra por todos lados. Necesita colchones y ropa.

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Mis hijos sienten que se levanta un poco de viento y empiezan a llorar todos. Nunca vivimos algo así, están muy asustados”.

Rosana Martínez

Vecina de Barranquitas