editorial

Escuelas tomadas

Se sabía que las reformas curriculares implementadas en las escuelas técnicas de la provincia iban a provocar, indefectiblemente, cierto grado de inquietud y preocupación entre alumnos y docentes. Incluso, las autoridades barajaban la posibilidad de que los cambios generaran cierto grado de malestar.

Sin embargo, la toma de las escuelas por parte de los estudiantes superó las previsiones gubernamentales. Tanto es así, que la ministra de Educación, Letizia Mengarelli, reconoció que fallaron las instancias de diálogo tendientes a aclarar las dudas que fueron surgiendo en los establecimientos en los últimos tiempos.

El abanico de los reclamos es amplio y merece ser escuchado. Lo que fundamentalmente les preocupa a los alumnos es la posibilidad de perder calidad en la capacitación específica que buscaron en el momento de elegir el establecimiento educativo.

En cada una de las escuelas tomadas, los estudiantes expresan su rechazo a perder horas de talleres de especialización. Incluso, se muestran dispuestos a cursar nuevas materias de formación general, siempre y cuando se les garanticen los contenidos y las prácticas técnicas.

El gobierno, por su parte, asegura que ninguno de los nuevos planes de estudio para las tecnicaturas de nivel secundario tienen menos horas de cursado, ni pierden contenidos específicos de la formación técnica. En cuanto a los talleres, desde Educación se insiste en que no existen reducciones horarias, ni de contenidos.

A partir de la implementación de la nueva currícula, sí se recortarán las horas de taller para los alumnos que cursan 1º y 2º año, pero oficialmente se asegura que dicha reducción se verá compensada a partir de 3º año y hasta la finalización del ciclo.

Estas disposiciones apuntan a que los alumnos reciban una educación general básica durante los dos primeros años, sin importar a qué escuela técnica asistan. Esto les permitirá, entre otras cosas, contar con la posibilidad de cambiar de establecimiento sin la necesidad de rendir equivalencias.

Las protestas del alumnado contaron, en general, con el apoyo de docentes preocupados por su futuro laboral. En este sentido, oficialmente se informó que con el proceso de cambio de los planes de estudio todos los docentes que se desempeñan en las escuelas técnicas (titulares e interinos) tienen sus cargos y horas cátedra garantizados; que no van a ser trasladados contra de su voluntad, ni podrán ser reubicados en asignaturas que no estén relacionadas con su título.

Si la situación es como el gobierno la plantea, y todos los pasos se corresponden con la ley nacional vigente, resulta llamativo que se haya llegado a la toma de los establecimientos. La única explicación es que hubo problemas de comunicación en el momento adecuado.

Ahora, se establecieron mesas de diálogo en cada uno de los establecimientos en conflicto para intentar resolver la situación.

Es muy importante que las escuelas retomen su actividad y que, tal como lo reclaman los alumnos, se les garantice que la calidad educativa de estos establecimientos no se verá perjudicada por los nuevos contenidos.