Manifestaron profundo dolor por su fallecimiento

La comunidad de Gobernador Crespo recuerda a Angélica Faisal de Rotella

De la redacción de El Litoral

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El viernes pasado, la comunidad de Gobernador Crespo experimentó un profundo dolor al conocer la noticia del fallecimiento, a la edad de 93 años, de doña Angélica Faisal de Rotella.

Había nacido en una familia de inmigrantes árabes y fue la quinta de once hermanos. Cursó sus estudios en el Colegio de las Adoratrices de la ciudad de Santa Fe. En el año 1942, tras un breve paso por Colonia Dolores, llegó como maestra a la escuela fiscal Nº 523 de Gobernador Crespo, que tan sólo contaba con tres aulas y a la que ella se encargó de engrandecer quedándose 12 años como maestra y 24 años como directora.

Fue la imagen de la maestra perfecta, incansable, predicando permanentemente con su ejemplo, educando con amor y dedicándose a los alumnos como si fueran sus propios hijos.

No sólo fue un pilar fundamental en lo educativo, sino que participó activamente en las primeras comisiones que edificaron las nacientes instituciones de su pueblo, como el primer hospital rural y el club de abuelos. Fue presidenta de la cooperadora que creó el primer colegio Secundario de la zona, que en un principio, sería sólo para varones y que por iniciativa de doña Angélica se logró que también las señoritas fueran integradas. Colaboró muchos años en la Comisión de Festejos Patrios de la comuna local y en los años ‘80 fue jefa de Zona del Congreso Pedagógico Nacional.

Además de la enorme entrega de tiempo y trabajo en pos del engrandecimiento de su pueblo, Angélica formó junto a su compañero Martín Rotella, una familia ejemplar, con tres hijos a su imagen y semejanza.

Cada uno de sus alumnos la recuerdan siempre con emotivo afecto. Gobernador Crespo y toda la zona le deben mucho. Es por eso que pocos años atrás se la homenajeó dándole su nombre al Salón Cultural Comunal. Por todas estas razones, esta comunidad nunca terminará de decirle gracias.

A sus seres queridos, les queda el consuelo de que doña Angélica vivió una vida provechosa, fiel a su corazón y exitosa en todos sus niveles: profesional, social y familiar. Sus últimos momentos los vivió rodeada de sus afectos y tan lúcida como aquel día, en el que con sus veinte jóvenes años entró al aula para saludar a sus primeros alumnos.

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Sus últimos momentos los vivió rodeada de sus afectos y tan lúcida como aquel día en el que entró al aula para saludar a sus primeros alumnos.

Foto: Luciano Marelli