Como en Paraná y Santo Tomé

En la ciudad hay 17 locales habilitados como whiskerías, cabarés, café concert o bares nocturnos. En 2011, se establecieron algunos requisitos para su funcionamiento. La ordenanza 11.795 define a los cabarés como “aquellos locales en que se difunde música, con o sin pista de baile, donde interviene personal contratado para bailar, cantar y/o dialogar con los clientes, contando con servicio de bar y/o restaurante, adecuado a la norma vigente para tales actividades”.

“En ese momento existían dos alternativas: o prohibir los cabarés o permitir que sigan existiendo, pero con modificaciones”, comentó Adriana Molina, secretaria de gobierno municipal.

Se optó por lo segundo y dentro de los nuevos requisitos, se exige que los titulares prueben la relación laboral con el personal (a través de un contrato) y se prohíbe que los locales cuenten con habitaciones, boxes privados o conexiones con otros edificios. “El objetivo es que no sea un lugar encubierto de explotación sexual”, señaló la funcionaria.

Para eso, son fundamentales los controles. Según Molina, “se están realizando en conjunto con la Unidad de Trata del Ministerio de Seguridad y, hasta ahora, no se encontró nada que constituya delito, sólo infracciones menores”.

De todas formas, la explotación sexual no va de la mano de la legalidad, por lo que también deben hacerse controles en lugares clandestinos. Molina comparte esta opinión: “Los mejores operativos, que terminaron en el rescate de mujeres, se hicieron con las Tropas de Operaciones Especiales (TOE) y la fiscal NN, que permite ingresar a lugares no habilitados. Se han encontrado mujeres en hoteles, que son lugares donde puede haber explotación sexual. En departamentos privados, es más difícil. Pero ese trabajo de inteligencia excede al municipio y depende de la Unidad de Trata”.

Consultada acerca de la repercusión de la clausura de cabarés en ciudades vecinas, como Paraná y Córdoba, la funcionaria negó que esto “haya incrementado el público”. De todas formas, no descartó la posibilidad de que, en un futuro, Santa Fe también cuente con una ordenanza que prohíba las whisquerías y cabarés.