Unión volvió a perder y está cada vez peor...

Es lo que hay y no hay para más

Es lo que hay y no hay para más

Hay gestos que lo dicen todo. Martín Perafán se va de la cancha descargando en su rostro toda la bronca por la derrota. Adelante va Alemán, atrás lo sigue Magnín y al costado se ve la calvicie de Correa. Foto: Matías Nápoli

 

Fue ordenado hasta el primer gol. Luego no tuvo jerarquía para aprovechar las posibilidades que le dio el peor River de las últimas décadas. Llegó a 18 fechas sin ganar.

 

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Buenos Aires)

Es lo que hay y además no liga. Este Unión, así, se condena irremediablemente. No puede aprovechar absolutamente nada. Ni siquiera la circunstancia especial de jugar ante uno de los peores equipos de River de los últimos 20 ó 30 años. No le alcanza plantándose con orden y hasta autoridad en el primer tiempo. No le alcanza con un regalo de Barovero —y lesionado además— que Jara se apresura en pretender definir. No le alcanza sabiendo perfectamente, todos, que si no había un error defensivo muy notorio, este River de limitaciones casi exasperantes, jamás podía complicarlo. En fin, a Unión no le alcanza nada y ya acumula una condenatoria cadena de 18 partidos sin ganar. Así, de esta manera, es imposible suponer o pretender que se pueden tener posibilidades de salvación.

Este Unión sin ninguna clase de jerarquía, apenas si se estimula en “manotazos” que parecen más de alguien a punto de ahogarse que del que se aferra a la vida. ¿Por qué le empata a Argentinos y a Tigre?, porque consigue goles agónicos. ¿Por qué le empata a Estudiantes?, porque entraron los pibes y le dieron una brisa de aire fresco y enchufaron la manguera cuando el equipo y el estadio era un incendio.

Unión es un equipo que no está en condiciones, de esta manera, de provocar el desequilibrio sobre nadie. ¿Es ordenado?, lo es. ¿Ponen?, ponen. Pero esa disciplina táctica y ese esfuerzo no le sirven para nada. Crea pocas situaciones de gol y las desaprovecha; no tiene un jugador que encare y gane en el mano (algo logra el pibe Cavallaro cuando le toca ingresar en los segundos tiempos); no tiene profundidad y le convierten muchos goles. Es el equipo más vencido del campeonato (24 goles en 14 partidos) y salvo Independiente y Tigre (ambos con dos partidos menos), es el que menos goles convirtió (11). ¿Cómo se hace para ganar un partido así?, es imposible.

Insisto en el concepto de lo que es River, porque eso sirve también para reflejar lo que es Unión. Este River es limitadísimo, sin jerarquía, defiende mal, toca la pelota con intrascendencia en el medio y no es punzante ni tiene filo en ofensiva. No hay un solo jugador temible, de ésos que en otros tiempos despertaban respeto e insinuación de peligro permanente como podía ser un Saviola, un D’Alessandro, un Aimar, un Ortega y ni qué hablar de un Francescoli o un Crespo. Este River es poco y nada. Al menos eso fue lo que mostró ayer, hasta que apareció el único capaz de mostrar algo de lo que el hincha de River reclama (Mora) para marcar los dos goles y sellar el resultado del partido.

¿Y Unión?. Como se dijo, ordenadito en el primer tiempo. Bien el pibe Bruna (¿por qué salió él y no Míguez?), tratando de abrir la cancha por izquierda con Moreno para tratar de ampliarle espacios a Jara y a Chiapello (River jugaba con 3 y el que seguía a Moreno no era Sánchez sino Mercado), sin demasiados problemas en defensa y animándose a plantearle un partido de igual a igual a River. Si bien pareció que a veces el equipo retrocedía, también fue clara la intención de apretar en la salida del rival. Y así, Unión se cansó de robarle pelotas al fondo “millonario”, aunque luego no tuvo la suficiente explosión de parte de sus delanteros (sobre todo de Jara) para aprovechar esos regalos que le brindaban los defensores rivales.

Es cierto que el gol de River llegó en el momento en que no debía y que el segundo arrancó de un error defensivo (pelota mal cruzada y Maidana que calcula mal y permite que Carlos Sánchez se la robe) y también de una definición fallida en primera instancia de Mora en el segundo (quiere hacerlo, pifia y tiene la fortuna de que la pelota le quede otra vez a su merced). Pero también Unión recibió regalos y oportunidades por parte de River y no supo concretarlos en goles. Por eso perdió y también por eso se dice que este equipo adolece, casi en forma absoluta, de esa jerarquía individual y colectiva que debe tenerse para aspirar a quedarse en Primera.

El presidente Spahn dijo en la asamblea del jueves que el club (¿o él?) hará el esfuerzo económico de traer dos refuerzos de importancia. La pregunta es: ¿será así de todas formas o sólo si Unión llega al final del Inicial con un puntaje que le otorgue un relativo margen de chances?. ¿Qué puede pasar si Unión no consigue llegar a 15 puntos, por ejemplo?, ¿seguirá pensando igual el presidente?, ¿quién va a querer venir a sabiendas que llega a un equipo con altísimas chances de descender?

Uno no tiene la bola mágica para saber cómo estará el mercado ni cómo estará Unión a fin de año. Muchos creen que mientras haya posibilidades matemáticas hay que intentarlo. No está nada mal. Pero la sensación de que se está dilapidando increíblemente en poquitos meses lo que costó ocho años conseguir, se mantiene inalterable. Y también que ya no se puede sostener el concepto de que este equipo tiene más que el del torneo pasado. Son dos verdades que quedan al desnudo. Dos errores que a Unión le están costando la categoría.

Sin Barisone el martes

Para el encuentro de pasado mañana ante San Lorenzo en el 15 de Abril (a las 19.30 con el arbitraje de Lunati), Unión no contará con Diego Barisone, que fue amonestado ayer y llegó a las cinco amarillas.

Pitana le mostró la tarjeta en el final del partido, cuando se jugaba prácticamente el tiempo de descuento, pero no dio la impresión de que fue algo “orquestado” para que pueda estar en condiciones de jugar el clásico del domingo que viene en el Centenario ante Colón.

Una de las posibilidades que tiene Pumpido para reemplazar a Barisone es la de Bruno Bianchi, quien originalmente jugó siempre de marcador central en Douglas Haig de Pergamino, club del cual proviene, que en Unión lo hizo generalmente de “4”. Para el cotejo del martes en el 15 de Abril, el socio de Unión entrará con la cuota de noviembre. Por ello, el club adoptó un horario amplio de atención por parte de la Oficina de Socios, para el pago de la misma. Mañana, por ejemplo, el horario será de 9 a 21 y el martes también habrá atención de la oficina, de 9 a 16, para el pago de la cuota.

Otra de las decisiones adoptadas por la dirigencia es que las entradas para el clásico del domingo que viene (habrá 2.500 para Unión) se venderán exclusivamente a los socios con la cuota de noviembre paga.

/// SÍNTESIS

River 2

Unión 0

Cancha: River.

Árbitro: Néstor Pitana.

River: Barovero; Mercado, Pezzella y Bottinelli; Sánchez, Ledesma, Cirigliano y Diego Martínez; Mora, Funes Mori y Luna. Estuvieron en el banco: González Pirez, Acevedo, Lanzini y Villalva. D.T.: Matías Almeyda.

Unión: Perafán; Pérez, Barisone, Correa y Maidana; Donnet, Bruna, Míguez y Moreno; Jara y Chiapello. A.S.: Limia. Estuvieron en el banco: Lugo, Sarmiento y Montero. D.T.: Nery Pumpido.

Goles: en el primer tiempo, a los 44 min Mora (R). En el segundo tiempo, a los 24 min Mora (R).

Cambios: en el segundo tiempo, a los 16 min Vega (R) por Barovero; a los 21 min Cavallaro (U) y Alemán (U) por Bruna y Moreno; a los 27 min Magnín (U) por Jara; a los 32 min Augusto Solari (R) por Luna y a los 44 min Rojas (R) por Funes Mori.

Incidencias: a los 38 min expulsado Ledesma (R) por doble amarilla.

Amonestados: en Unión, Pérez, Barisone y Alemán.

Es lo que hay y no hay para más

10 puntos para la gente. Notable acompañamiento tuvo Unión en Buenos Aires. Los hinchas no insultaron nunca, aplaudieron al equipo y al final cantaron: “... Que el domingo cueste lo que cueste, el domingo tenemos que ganar...”. Foto: Matías Nápoli

BAJO LA LUPA

PERAFÁN (5).- No tuvo mucho trabajo. En el primer gol, la pelota se le fue abriendo pero quizás pudo haber llegado. En el segundo, nada que hacer.

PÉREZ (5).- Alternó buenas con malas. Se animó un par de veces a pasar al ataque aunque no aportó demasiado. Partido apenas discreto.

BARISONE (5).- Atento a la marca de Funes Mori y con firmeza para jugar el mano a mano con los rivales. Lo amonestaron pero no dio la sensación de ser algo premeditado para poder jugar el clásico con Colón.

CORREA (6).- Es “figurita repetida” cuando en realidad se trata de un jugador que transmite mucho temperamento y amor propio, pero que no pertenece al grupo de los que pueden destacarse por su calidad. Obviamente, se le reconoce todo lo que da. Que no es poco.

MAIDANA (4).- Complicado cuando Sánchez (una de las figuras de River) le ganó las espaldas a Moreno. Se equivocó al llegar tarde en el arranque de la jugada del segundo gol.

DONNET (4).- Escaso aporte futbolístico y contribuyendo al error de Maidana en el inicio del segundo gol de Mora.

BRUNA (6).- Sorprendió su salida porque en el primer tiempo había sido el mejor jugador de Unión y no estaba ni siquiera amonestado. igual, Pumpido buscó armar un equipo lo más ofensivo posible para tratar de empatar.

MÍGUEZ (5).- Buenas y malas, como ocurre con él en los últimos tiempos. Es otro jugador que se estacionó en un rendimiento con altibajos, apenas con el nivel de discreto.

MORENO (4).- La idea fue que llegara hasta el fondo para meterle centros a Jara y a Chiapello, como ante Estudiantes. Lo hizo muy poco y se complicó con Sánchez.

JARA (4).- Uno se pregunta por qué se apresuró tanto en el regalo de Barovero cuando se lesionó. Impreciso con la pelota, egoísta y poco claro cuando pretendió jugarla.

CHIAPELLO (5).- De los dos delanteros fue el más preciso y peligroso, aunque no tuvo situaciones propicias para convertir.

CAVALLARO (5).- Se la jugó en varias, encaró y hasta tuvo una situación concreta que terminó con un remate que pegó en la parte exterior de la red.

ALEMÁN (4).- A pesar de que quiso hacer gala de su pegada, no consiguió peso propio en el partido.

MAGNÍN (4).- Tuvo una situación bastante clara que arrancó en Cavallaro y que él no pudo concretar por imprecisión en el remate final.