Al margen de la crónica

Visionarios

La Fundación Picasso rescató en un libro las críticas, una de ellas inédita, que se publicaron sobre la primera exposición del pintor malagueño, cuando tenía trece años y vivía en A Coruña, y que auguraban que sería un artista, además de ensalzar ya su valentía y su talento.

“No dicen aquellas obras pictóricas que su autor es ya un artista. Pero algo dicen. Dicen que lo será. Y esto es mucho”, señalaba una crítica inédita, recientemente descubierta, y que fue publicada en el “Diario de Galicia” el 22 de febrero de 1895.

El texto, titulado “Un pequeño pintor”, añadía que “lo primero que se admira en dichos trabajos es la precocidad; y lo segundo son ciertas adivinaciones de artista en algunos detalles”.

Otra crítica, aparecida en “La Voz de Galicia” un día antes, apuntaba que las obras “no están mal dibujadas, el colorido es acertado y la entonación es bastante buena, y todo ello resulta superior si se tiene en cuenta la edad del artista”.

“Pero lo que es sorprendente -agregaba el artículo- es la valentía y la soltura con que están ejecutadas, y no dudamos en afirmar que ese modo de empezar a pintar acusa muy buenas disposiciones para el arte pictórico en el infantil artista”. “Continúe de esa manera y no dude que alcanzará días de gloria y un porvenir brillante”, recomendaba entonces el articulista al joven Picasso.

La tercera crítica, del mismo rotativo pero del 3 de marzo, decía que la ejecución de una de las obras expuestas “denota verdadera valentía, como si los pinceles en vez de ser manejados por débil mano, lo fuesen por la de un pintor ya avezado al trabajo”.

“El color es sobrio, y el dibujo, aunque un tanto incorrecto en algunas partes de la figura, no lo es tanto que no permita presumir que le será fácil a su autor el corregirse de éste y otros defectos en que, a su edad, es muy fácil incurrir”, señalaba el artículo.

El libro forma parte de la colección “La hoja que se ríe asomada”, de la Fundación Picasso, que presentó hoy otros cinco números que recogen textos de César González Ruano, Pío Baroja, Manuel Abril, Manuel Alcántara y Gerardo Diego.

Con este título, tomado de un texto poético de Picasso, la colección reúne artículos de destacados autores sobre el artista malagueño publicados en vida de este, y a los que actualmente es difícil acceder, explicó su responsable, Rafael Inglada.

González Ruano evoca su figura en el artículo “Expediente Picasso” en 1933, “un año tan importante y revulsivo en el que estaban tan efervescentes las vanguardias históricas”, y Baroja analiza en sus memorias tanto al Picasso ya famoso como al muchacho que conoció en 1901 en Madrid, “cuando se relacionaba con la bohemia y dirigía la revista ‘Arte Joven’”, dijo Inglada.

Manuel Abril relata el último viaje de Picasso a España, en el verano de 1934, acompañado de su mujer Olga, su hijo Paul y su chofer, y en el que intentó pasar inadvertido; Manuel Alcántara aborda la exposición de grabados en Segovia en 1967 y recuerda al artista en su niñez, y Gerardo Diego trata la gran muestra con doscientas obras celebrada en Roma en 1953.