Comenzó el Argentino Abierto

Los mejores en Palermo

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La Dolfina levanta el trofeo de Hurlingham. Como el año pasado, aspira a hacerlo de nuevo en Palermo.

Foto: César Román

Como en Hurlingham, ocho equipos animarán el certamen en su edición número 119. Pero dos se destacan sobre el resto: La Dolfina, el de la valoración perfecta, y Ellerstina, que siempre puede dar una sorpresa.

 

César Román

Hoy se puso en marcha el 119º Campeonato Argentino Abierto de Polo. Durante veinte inolvidables días, los aficionados podrán disfrutar del orgullo argentino de ver en acción a afamados polistas del mundo, que deslumbran montados en excelentes caballos, en el mejor escenario posible, las canchas de Palermo. Sí, en la Catedral del Polo, donde todo está preparado para funcionar mediante una sincronización perfecta desde su inicio hasta su final, el próximo sábado 8 de diciembre.

Ocho equipos y treinta y dos jugadores protagonizarán este certamen único e incomparable, siendo que la propuesta este año presenta similitudes y diferencias con otras competencias anteriores, con primerísimas figuras estelares: La Dolfina con cuatro jugadores de excepción, totalizando la valorización perfecta de cuarenta goles como máximo emblema mundial y Ellerstina, con Facundo Pieres como líder de un equipo que atraviesa una excelente temporada.

Eso los diferencia y nos obliga a decir que, indudablemente, si se pidiera colocar la marquesina de quienes jugarán la finalísima el próximo 8 de diciembre, son esos dos conjuntos los grandes y seguros candidatos a ganar el grupo A y B. y los que llegarán a ser los finalistas de este magnífico evento que año tras año atrae la atención de aficionados locales y de distintas latitudes del mundo entero.

El resto, va por la sorpresa como viene ocurriendo en años anteriores. Son los mismos que disputaron el último Abierto de Hurlingham.

Un párrafo muy especial en el que va implícita la secreta esperanza que prive la buena conducta de los jugadores durante todo el torneo; que sea sin reclamos, alaridos ni discusiones. La vulgarización de lo que aún en ciertos ambientes se entiende como una disciplina elegante y de caballeros, había avanzado demasiado.

La Asociación Argentina de Polo decidió emprolijar lo que ofrecía al público conocedor y al neófito, o al que recibe una entrada y va a curiosear de que se trata esto de pegarle a una pelota de madera montado a caballo; en pocas palabras, para que se dignifique al deporte y sea valedero el legado del legendario Pedro Christophersen que definió al polo como “un arte y una ciencia que se practica durante toda una vida. Es un torneo, un duelo, una lucha que exige destreza, estrategia y coraje, pero es también una prueba del temperamento y el honor, que al tiempo que ofrece la oportunidad de mostrarse un hombre, crea la obligación de mostrarse como un caballero”.

Que así sea.