CONFERENCIA DE JUAN LASCANO

“No tengo una razón para explicar por qué pinto”

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Lascano se considera artista de toda la vida. La pintura es su profesión, de la que vive.

Foto:FLAVIO RAINA

Convocado por Zurbarán, el artista que vive en Bariloche brindó una charla sobre su vida y obra, en la Bolsa de Comercio.

 

De la redacción de El Litoral

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De la mano de la galería Zurbarán, llegó nuevamente a Santa Fe el artista plástico Juan Lascano, esta vez para inaugurar su muestra de acuarelas y serigrafías en el Lawn Tennis Club. Previamente estuvo en la Bolsa de Comercio para hablar de su vocación y profesión.

Gabriela Garrote, representante de Zurbarán en Santa Fe, ofició de presentadora y entrevistadora, ya que le hizo frente al público presente una serie de preguntas que fueron guiando la exposición.

Inauguró la conferencia un principio cronológico: Lascano señaló que pinta desde siempre y recordó que su primer óleo lo pintó a los 11 años, “aún lo tengo. Eso marcaría mi comienzo como artista”.

—¿Vivís del arte?

—Vivo y nunca he trabajado de otra cosa. En una oportunidad empecé a estudiar Derecho, la tradición en mi familia es el Derecho, hasta la generación de mi padre eran abogados, la generación mía rompe con la tradición: hay un médico, otro periodista, una bailarina... siempre fue una familia culta y amante de la cultura y vieron que yo tenía condiciones destacadas desde chico y me apoyaron. Entonces mi rebelión desde chico fue seguir la tradición, estudiar Derecho, que por suerte no duró mucho.

Antes de irme a España, mis primeros cuadros los vendía a generosos parientes y a partir de ahí empecé a vivir del arte dentro de lo que se podía. He vivido siempre de la pintura pero no he dado clases, no tengo alumnos que es uno de los recursos más legítimos y más nobles de un artista que no puede vivir con su obra.

SIN RUTINAS

En su exposición contó que a “mucha gente le encanta imaginar que tengo un pigmento blanco especial y pinto con colores que puede comprar cualquiera, no creo en las recetas secretas de los pintores, sé que casi nunca existieron. Cuando la pintura empieza a ser un arte importante hacia el 1200-1300 que empiezan a tomar un valor plástico era vox populi lo que usaban los pintores. El oficio era muy común, hoy en día hay muchos más productos que antes, la tecnología moderna ha ayudado mucho al artista”.

Garrote lo llevó hasta su lugar de residencia: Bariloche, donde vive desde 2005. “Soy platense, nos mudamos a Buenos Aires cuando tenía 16 años y viví hasta el 2005 en que me mudé a Bariloche, después de pasar varias vacaciones en la Patagonia. A fin de mes se cumplen 7 años de mi estadía feliz en Bariloche y muchas veces sorpresiva: uno se imagina que es una vida retirada, no es así, es una vida en pleno contacto con la naturaleza pero con un importante movimiento social”.

—¿Cómo es la vida del pintor?

—No tengo horarios, ni leyes, no soy madrugador, me influye mucho la luz. Allá en invierno se hace de día a las 9. No soy demasiado constante en mis horarios, no tengo rutinas de trabajo pero pinto muy rápido. El tiempo que uno invierte en la obra no es marca de calidad, yo soy bastante caótico y a veces envidio a colegas que empiezan a trabajar metódicamente, y rinde mucho, pero no puedo hacerlo.

Yo trabajo con luz natural y precisamente en el invierno en Bariloche, el día es corto, pero en verano hay luz mucho más luz que acá, a las 10 de la noche todavía queda sol en las montañas. Toda mi obra depende de la luz natural por eso a veces si pinto en un día nublado, tengo que esperar otro día nublado para terminarlo.

Antes de venir estaba trabajando con modelos, estoy pintando mucho desnudo y el reflejo de los árboles altera el color de la piel de la modelo y sé perfectamente si pinté ese cuerpo un día nublado o de sol.

Más adelante consideró que “el hombre y el arte nacen juntos. En mí no tengo una razón para explicar por qué pinto. Soy artista hace 65 años y me he preguntado por qué y no hay respuestas, es un hecho que se da”.

—¿Los artistas son egoístas?

—Todos consideran que los artistas son seres muy egoístas, pero no. Hay un momento en la producción artística: cuando yo pinto me olvido de todo lo que soy como ser social, me olvido de mi nombre, sexo, altura, kilos, familia... cuando alguien se dirige a mí en ese momento me hace acordar de todo lo que soy socialmente y eso es lo que me molesta.

RETRATOS

Lascano retrató a varios famosos y Garrote le preguntó qué le pasa frente a este tipo de obra.

“Ahí hay un tema: si el modelo vive o no, si pasaron a otro mundo son trabajos de compromiso que muchísimas veces se acepta por razones monetarias, familiares o de amistad, pero no es divertido, no es gratificante.

“El caso de Mirtha Legrand, retomaba los almuerzos y Tinayre quería que el primer día entrara sin haber visto antes la decoración y que haya un retrato, entonces Mirtha no podía posar, no se podía enterar y tuve que trabajar con fotos, tuve que fabricar un vestido que no existió nunca... las manos de Mirtha y el pie eran de mi hermana. Y es un cuadro que no me gustó nunca, a ella le gustó y me dio un peso publicitario importante, pero no son obras gratificantes desde el punto de vista artístico. Lo mejor es que el artista esté presente”.