Vender Santa Fe Para destacar

María Cristina Bigi.

DNI. 4.571.309. Ciudad.

Señores directores: “Vender Santa Fe” como dice la nota del sábado 20 de octubre, significa también explotar el mayor potencial natural que son las playas junto a la Costanera.

La Subsecretaría de Turismo de la Municipalidad parece olvidarlas, ya que sólo habla de visitas guiadas, eventos, compra de productos típicos, etcétera, y no tienen en cuenta que no todo movimiento de personas pasa por ahí.

Son muchos los que deseamos, locales y de afuera, estar en contacto con la naturaleza, descansar del estrés que significa el trabajo, la inseguridad y la violencia en medio de los que vivimos, o de los problemas de familia, es decir del trajín diario. Pero tenemos que quedarnos arriba, en el paseo, porque está prohibido bajar a la playa, que no pueden disfrutarse por el abandono que siempre presentan y la falta de infraestructura para disfrutarlas.

Tenemos una extensa zona de playas que la gran mayoría de las localidades no tienen, pero falta una decisión política que haga de nuestra ciudad de verdad una “ciudad turística” con playas incluidas.

Esto daría un diferencia importantísima. Es un lugar ideal para que tanto en verano con sanitarios, sombrillas, duchas, lugares de juego, bares, etc. como en invierno limpias y sin yuyos, que puedan aprovecharlo tanto nosotros como los turistas.

¿Queremos una ciudad turística? Aprovechemos el valor diferenciador que tiene nuestra querida ciudad: sus playas.

Es mi deseo y el de muchos santafesinos que la gente de turismo incluya en el Plan Estratégico de Turismo, la puesta en valor de nuestras playas, que además se convertirían en una fuente de trabajo para muchos que necesitan.

Atilio Félix Giordano.

DNI. 3.170.184.

Señores directores: Tuve la oportunidad de observar detenidamente una actitud que me dejó gratamente sorprendido. Se trata nada más ni nada menos que del control diabético de las personas.

En efecto, personal especializado se constituyeron y organizaron en pocos minutos frente a una casa de comercio de la avenida Aristóbulo del Valle, un control minucioso de dicha enfermedad.

Es dable destacar las atenciones dispensadas, afectuosas diría yo, por parte de ese grupo de profesionales especializados hacia los ocasionales pacientes, entre los cuales me incluyo. Muchas gracias y que Dios los bendiga.