En una carrera cinematográfica

Sebastian Vettel logró un “tri” consecutivo

¡El campeón! Llevado en andas por todos lados, Sebastian Vettel festejó hasta más no poder el tercer título dentro de la máxima categoría. Lo acompañan, Christian Horner, director general de Red Bull, y el “pelado” diseñador con su magia a cuestas, Adrián Newey, entre tantos. Foto: Agencia EFE

En una extraordinaria y dramática puesta en escena en el autódromo de Interlagos (San Pablo), donde hubo choques, sobrepasos y situaciones cambiantes de pista constantemente a raíz de la copiosa lluvia que caía, el alemán igualó a Fangio y a Schumacher, al obtener su tercer título al hilo de la Fórmula 1.

Daniel Monticelli

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A los que nos gusta la Fórmula Uno y los deportes mecánicos en general, no nos podemos quejar. Estamos satisfechos de presenciar a través de la televisión, el Gran Premio de Brasil, que definía el título 2012 entre Sebastian Vettel y Fernando Alonso. Eran 13 los puntos que separaban al alemán del español. En una carrera que tuvo todos los condimentos, libretos y suspenso con la constante lluvia como protagonista, a Vettel le alcanzó con llegar en la sexta ubicación y con tres puntos más que Alonso, se coronó campeón del mundo y se calzó por tercera vez consecutiva la corona. Algo que solamente lograron de esa forma (lo que se llama “hat-trick” o tres al hilo), nada menos que Juan Manuel Fangio y Michael Schumacher, quien ayer le dijo adiós como piloto a la máxima categoría.

La competencia —que finalizó con Auto de Seguridad en pista—, fue ganada por el inglés Jenson Button, quien heredó la posición de privilegio luego de que su compañero de equipo y dominador prácticamente de todo el fin de semana, Lewis Hamilton fuese embestido por Nico Hulkenberg (también puntero por varias vueltas del GP de Brasil). En segunda posición arribó Fernando Alonso con la Ferrari F2012, lugar que no le sirvió para su cometido de ser campeón, pero que como es habitual en el de Oviedo, dejó todo y un poco más en pos del objetivo.

Tercero y quizás en su mejor performance del año, culminó el paulista Felipe Massa, tal vez uno de los más golpeados por el resultado final en Interlagos. Llegó llorando al podio; es que ayudó a más no poder a su compañero de equipo para tratar de obtener el título.

No ocurrió lo mismo con Mark Webber, a la postre cuarto, que parecía más un enemigo del posterior campeón Sebastian Vettel que su propio coequiper. Eso es lo que cosecharon desde Red Bull —sobre todo del “consultor” del team, Helmut Marko—, para con el australiano. Viejos y nuevos rencores entre él y Vettel, llevaron a que por momentos Mark Webber le pusiera presión al alemán como si fuese alguien que ayudara decididamente a Alonso.

La carrera tuvo matices de diversa índole y desde el arranque nomás tuvo “golpes” literales y de escena. Bruno Senna en su intento por ganar lugares se lo llevó puesto ¡a Vettel!, quien quedó en el fondo de la clasificación y con un Alonso que se iba hacia adelante después de haber largado séptimo, pero que a los pocos metros ya estaba detrás de los punteros.

La “carambola y palo” en la partida dejó el tendal y apresuró la marcha del mexicano Sergio Pérez de Sauber a McLaren (reemplazando a Hamilton), abandonando la competencia en la megalópolis brasileña, sumado al ya mencionado Bruno Senna, sobrino de Ayrton y al venezolano Pastor Maldonado con el Williams.

De a poco Vettel se sobrepuso, fue remontando y se impuso a Fernando Alonso. Por algo dijo que lo dijo: “Fue la carrera más difícil de mi trayectoria. Nunca creí que todo estuviera perdido; pero no sabía hasta el final si alcanzaría”, analizó el germano con absoluta razón.

La lluvia como es habitual en San Pablo, por momentos era intensa e incitaba a los pilotos a cometer errores de conducción porque en algunos sectores la visibilidad era prácticamente nula. Si hasta el propio Alonso se fue afuera en el giro 4 (de 71), por pretender ir más rápido de lo recomendado para esas circunstancias.

Primero Hamilton marcaba el camino, después lo superaba su compañero Button y Hulkenberg era la sorpresa con el Force India, propulsado con un motor Mercedes. Más atrás, como sucedió en casi toda la temporada, las Ferrari de Alonso y Massa.

La suerte aunque parecía que en este caso no, estaba del lado de Vettel porque el “bombazo” de Senna fue en el lateral del RB8 de Red Bull, el cual dibujó un trompo casi completo. Sin embargo, el ‘joven maravilla' se rehizo y se vino hacia adelante como un rayo. De hecho que desde el box debían “pararlo” para que no cometiera excesos, porque venía desempeñando un papel que lo erigía en campeón.

Por momentos y para mantener a la multitud expectante y a los millones de telespectadores vibrando a través de la imágenes, el titular del cetro era Alonso, en otros Vettel. Así, al menos seis veces en la carrera, la copa de campeón cambiaba de manos.

El equipo Red Bull en los momentos de definición de la prueba se equivocó al hacerlo entrar a Vettel y sacarlo nuevamente a pista con gomas blandas, en lugar de las intermedias para piso mojado por lo que precipitaba en esos instantes. Sobre todo teniendo en cuenta que poseían el ejemplo de otros competidores (por caso Rosberg o Ricciardo), que fueron por ese compuesto extremo al ver que la lluvia era intensa y que no iba a cesar al menos en lo inmediato.

Para muestra... A quienes tienen que tomar decisiones en Ferrari, hecho que también pasó a lo largo de toda la temporada, se les mojaron las ideas y ¡cometieron el mismo error que sus contrincantes! Le pusieron los neumáticos blandos a la F2012 de Alonso y ahí quedó sellada para siempre la suerte del campeón (Vettel) y del ahora subcampeón (Alonso).

A todo esto, Michael Schumacher en un retorno a la F-1 que no fue bueno para él, rodaba sus últimas vueltas como piloto de la categoría. A bordo del Mercedes y disfrutando de su carrera final, llegó en un séptimo puesto con el cual cerró una brillante campaña en la que se apoderó de casi todos los récords.

Mientras Button quedaba adelante, Alonso era segundo aunque lejos y tercero el impecable Felipe Massa, Paul Di Resta fue el último protagonista que se subió al “plató” de esta carrera que se asemejó a una película: cuando restaba un giro y medio para el final, un golpazo contra las barreras dejó pedazos del Force India por todos lados y las autoridades de la competencia debieron neutralizarla con el Saffety Car y de esa forma se bajó la bandera a cuadros a todos los autos que intervinieron en la cuadragésima edición del GP de Brasil.

Ganó Jenson Button con el McLaren, pero Sebastian Vettel, con apenas 25 años, se llevó el premio mayor y nada más ni nada menos que el tricampeonato mundial de Fórmula Uno.

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Dejó todo. Fernando Alonso hizo todo para tratar de obtener su primer título con Ferrari (tiene 2 con Renault). Nunca le dieron el auto que se merece. En la toma, se saluda con Massa, quien en Brasil “puso el alma” por su coequiper.

Foto: Agencia EFE

25+145 El más precoz

Sebastian Vettel se convirtió ayer en el tricampeón más joven del historial de la Fórmula 1. Con 25 años y 145 días, pulverizó la edad que tenía Ayrton Senna, cuando en 1991 logró el “tri” y contaba con 31 años y 213 días.

Intentaron hacer de todo contra nosotros este año. Aprendí desde niño a ser honesto y ganamos este campeonato así, en la honestidad. ¿El próximo desafío? En primer lugar quiero aprovechar todo, pues lo más importante es estar presente y para eso no puedo emocionarme demasiado para los próximos años”.

Sebastian Vettel, flamante tricampeón de F-1