al margen de la crónica

Polaroids del planeta

Daniel Beltrá, uno de los fotógrafos de naturaleza más prestigiosos del mundo, se ha colocado en la vanguardia de la lucha contra el cambio climático con imágenes que intentan agitar la conciencia ecológica del ser humano.

“Estamos cada vez más separados de la naturaleza. Parece mentira que necesitemos catástrofes como el Sandy para despertar. Las imágenes de una Manhattan inundada han abierto los ojos a los norteamericanos”, señala el fotógrafo.

Mientras otros optan por fotografiar la belleza incomparable de la naturaleza de nuestro planeta, Beltrá prefiere adentrarse en el lado oscuro del impacto del ser humano en el ecosistema.

“Ojos que no ven, corazón que no siente. Las imágenes de los efectos del cambio climático son terribles pero, al mismo tiempo, bellas. Mi misión es traducir la ciencia en imágenes, transformar las emisiones de carbono en fotos”, afirma.

Su cámara ha captado la deforestación reflejada en un barco de pasajeros, varado durante meses en la Amazonía brasileña, la codicia del hombre en los ojos de unos pelícanos ennegrecidos por el vertido en el Golfo de México o el deshielo ártico en el salto de un oso polar entre dos témpanos.

Beltrá, galardonado con el World Press Photo en 2006 y 2007, cree que el cambio climático no es una cuestión de fe o de ideología, sino “una verdad tan grande como que la Tierra es redonda. El planeta se está calentando a un ritmo más rápido que nunca antes en la historia. No se puede negar, a no ser que tengas mala fe”, dice.

Al Gore escogió las fotos de Beltrá sobre el glaciar Upsala para el documental “Una verdad incómoda” (2006), mientras que la Fundación Príncipe Carlos de Inglaterra premió en 2009 sus escalofriantes imágenes sobre el deterioro de la Amazonía.

Beltrá no se duerme en sus laureles y acaba de regresar del Ártico, donde ha congelado con su cámara la acelerada reducción de los hielos.

“Las previsiones apuntaban a un mínimo histórico de la capa de hielo que cubre el Ártico. Los peores presagios se cumplieron. Hemos perdido una barbaridad de hielo. Hemos pasado del 29 por ciento en 2007 al 24 por ciento este año. Los científicos me dijeron que nunca habían visto algo igual”, indica.

Este fotógrafo madrileño lleva 20 años documentando el cambio climático y desastres naturales.

Beltrá no cree en la neutralidad o en la objetividad: “Tomo partido. Cuando me subo en una avioneta, puedo mostrar el bosque perfecto o la deforestación, ya que las dos cosas están juntas”.

Recientemente, ha encontrado otro medio de cambiar la percepción del público: la fotografía ecológica o conservacionista como arte y su presencia en museos, galerías de arte, bibliotecas, parlamentos o acuarios.

“Nadie quiere vivir sin agua potable y con un aire contaminado. Debería ser un derecho básico de la persona. Los recursos no son infinitos. Vivimos en un acuario cerrado. Animales y personas”, advierte.