119º Argentino Abierto

La final más esperada

La Dolfina y Ellerstina estarán mañana en la cancha 1 de Palermo, definiendo el certamen más importante del mundo. El primero -defensor del título- llega como favorito, pero... partidos son partidos.

La final más esperada

Pablo Mac Donough (la Dolfina) y Mariano Aguerre (Ellerstina) volverán a verse las caras mañana en la Catedral del Polo, en una nueva edición de un duelo con pretensiones de clásico. Foto: César Román

César Román

Con sus idas y venidas y sus vaivenes a cuestas y luego de haberse disputado los Abiertos de Tortugas y Hurlingham con los triunfos de Ellerstina y La Dolfina, respectivamente, mañana en Palermo se vivirá el capítulo final del 119º Campeonato Argentino Abierto de Polo, cuando ante veinte mil personas y televisado en directo por ESPN, entre a rodar la bocha para coronar al campeón de 2012.

Estas dos formaciones de 38 y 40 goles de handicap y absolutos ganadores de sus respectivas zonas se enfrentarán nuevamente en un clásico que nos hace revivir las mismas y encontradas emociones a que nos tienen acostumbrados, dándonos la oportunidad de presenciar y poder contarles luego a ustedes... la misma historia de siempre pero con matices distintos, enfrentamiento éste, que data de siete de los últimos ocho años.

Esta vez, puede llegar a ser distinto: un verdadero poker de ases, un cóctel explosivo que une al mejor jugador del mundo, Adolfo Cambiaso, junto a tres polistas de excepción, David Stirling, Pablo Mac Donough y Juan Martín Nero, totalizando la valorización perfecta de 40 goles de handicap, preanuncia a La Dolfina como casi seguro candidato al triunfo.

Una formación homogénea, en constante alza, codeándose con este tipo de finales y familiar en su formación compuesta por los tres hermanos Facundo, Gonzalo y Nicolás Pieres, con más el agregado de su cuñado, el experimentado Mariano Aguerre, define a Ellerstina como el único equipo con posibilidades concretas de amargarle la tarde a los de Cañuelas.

Para tener en cuenta

Para los neófitos o recién llegados a este deporte, una valiosísima constante en el polo, aunque no muchas veces concretada, define el accionar de los cuatro puestos dentro de la cancha de la siguiente manera: dos delanteros, un mediocampo y un back.

El Nº 1 debería ser el más veloz, el 2 el más activo, el 3 el más diestro y el 4 el más seguro. Esta formación se acerca a lo que representaría Ellerstina por el despliegue de su juego: abierto, de palos largos y buscando permanentemente el arco contrario desde distintas posiciones.

Notable similitud presenta la actual estrategia de La Dolfina, muy distinta a la que nos tenía acostumbrados en sus últimos años, donde la actuación de Adolfo Cambiaso como primerísima figura, era factor determinante en el desarrollo del juego, pues todo quedaba supeditado al indudable talento y magia de su taco, versatilidad de su accionar y mejor conducción, dependiendo sus compañeros de la genialidad de todas y cada una de sus intervenciones, lo que se traducía muchas veces en un juego lento y muy poco clásico.

El cambio actual es drástico. Ha pasado a ser un engranaje más de una formidable formación prácticamente invencible, que unido al magnífico trabajo de mediocampo desplegado por David Stirling y Pablo Mac Donough y la entera solvencia del cada vez más seguro Juan Martín Nero, conforman un cuarteto prácticamente... invencible.

La cita es entonces este sábado, 16.30, en la Catedral del Polo en Palermo. Orgullo nuestro, para el mundo entero.

Esperando la decisión

Inmerso en la particular jornada que ayer vivió la ciudad de Buenos Aires, el polo no quedó exento, por lo que la cancha principal del Campo Argentino de Palermo sufrió los embates de una lluvia abundante en tan poco tiempo.

Por ende, recién en las primeras horas de la tarde de hoy se sabría con exactitud si la ansiada definición del 119º Campeonato Argentino Abierto entre La Dolfina y Ellerstina se disputará mañana o bien se posterga para el domingo.

Puntualmente, los 130 milímetros que soportó el impecable césped de La Catedral superó largamente la media habitual de diciembre. Felizmente, los pronósticos meteorológicos permitieron que se implementaran medidas especiales en el célebre campo de juego en forma previa.

Por ejemplo, los dos días iniciales de la semana se habían pasado las púas, hasta 40 centímetros, con la finalidad que el agua baje lo máximo posible. Obviamente, amén de todo esto, la preciada superficie necesitaba de sol y viento sur (en lo posible), para prolongar un drenado natural adecuado y de ese modo estar en buenas condiciones para mañana.