Un gen que es de interés del Senado

La Cámara de Senadores de la Nación declaró de interés el desarrollo científico y el patentamiento internacional de la modificación genética de semillas a partir de la inserción de un gen de girasol gen HB4-, que generará especímenes más resistentes al incrementar notablemente la tolerancia al estrés hídrico y salino.

Este trabajo fue desarrollado conjuntamente por investigadores del Laboratorio de Tecnología Vegetal de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional del Litoral (FBCB-UNL), el Instituto de Agrobiotecnología del Litoral (UNL-Conicet), en colaboración con el laboratorio argentino Bioceres.

El texto del proyecto de declaración aprobado por el Senado expresa “su beneplácito por el logro conjunto de los investigadores del Conicet y la Universidad Nacional del Litoral, en la aislación del gen que permite mejorar la tolerancia de los cultivos a la sequía y la salinidad”.

Este desarrollo deviene de un trabajo de investigación que, desde hace casi de dos décadas, llevan adelante los científicos de la UNL y el Conicet, dirigidos por Raquel Chan. Los investigadores obtuvieron plantas transgénicas capaces de tolerar condiciones de sequía y salinidad; en otras palabras, capaces de sobrevivir en condiciones muy desfavorables.

La falta de agua y el exceso de sales son factores que afectan a las plantas: en lenguaje biológico, las “estresan”. Para hacer frente a estas agresiones, han adquirido mecanismos de adaptación que son más o menos efectivos, según la especie.

Uno de esos mecanismos está regulado por un gen de girasol que aislaron investigadores del Instituto de Agrobiotecnología del Litoral (IAL). El gen fue introducido como transgén en plantas que se utilizan como modelos experimentales. El resultado fue una nueva planta, con su estructura genética modificada, capaz de soportar algunas de las peores agresiones que sufren, por ejemplo, los cultivos extensivos.

El equipo viene trabajando en la genética del desarrollo de girasol desde hace años. De hecho, el primer gen que aislaron (y patentaron como herramienta biotecnológica) fue el HaHB4, que confiere a las plantas tolerancia a la sequía, la salinidad y el ataque de insectos herbívoros.

Posteriormente, el desafío fue trasladar el trabajo a soja, maíz y trigo, cultivos genéticamente muy distintos. Actualmente se está evaluando esta tecnología a campo, con resultados avanzados en los tres cultivos: trigo, soja y maíz. Estas tareas las lleva adelante Bioceres, a través de Indear.