Volver a dar vida al cartón

“Ecológicos, utilitarios y estéticos”. Así define Santiago Morahan a sus diseños, realizados con el cartón como principal materia prima. Aquí explica cómo empezó y cómo sigue este original desarrollo.

TEXTOS. MARÍA LAURA RÍOS. FOTOS. DISEÑO CARTONERO.

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Sillón que puede utilizarse en forma doble, generando dos asientos, o simple (como se muestra en la imagen).

 
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Banco con ‘bolsillo‘ para colocar libros o revistas

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Bancos realizados con siete capas de cartón corrugado. Cada uno de ellos puede soportar 140 kilos.

Hay un banco triangular que recuerda que alguna vez contuvo en su interior una caja de botellas de cerveza, un revistero que simula una “w”, cartucheras de diferentes formas y tonalidades, sillones que invitan a sentarse: todos son objetos elaborados a partir de reutilizar cartón como materia prima. De esto se tratan los productos de Diseño Cartonero, una marca paranaense que propone “desacartonarse”.

Santiago Morahan es el creador de estos objetos que se presentan como “ecológicos, hechos en su totalidad con materiales reciclados” y “pensados para que cumplan una función utilitaria, sin dejar de lado el aspecto estético”. Tal cual las palabras con las que presenta su blog www.disenocartonero.blogspot.com.ar, la vidriera desde donde muestra al mundo sus producciones.

Comenzó a trabajar allá por 2007, tras ser despedido del empleo que tenía en ese momento. En el largo derrotero en el que a veces suele convertirse la búsqueda de un nuevo empleo, “comencé a hacer cosas que me gustaban, sin un peso. Había visto que se podían hacer muebles con cartón, así que empecé con eso. Primero fue un sillón, después fueron cartucheras como las que se usaban antes. Después fui haciendo lámparas, juguetes y otras cosas”, dice sobre sus primeros pasos.

Con una base en la carrera de Arquitectura en el camino y una capacidad marcada para la realización de maquetas, pensó en orientarlo hacia un perfil que define como “más utilitario”. Lo hizo, en un primer momento, con la intención de mantenerse concentrado en alguna actividad. “Yo no le veía ningún tipo de salida a eso. Era para mantener la cabeza ocupada; sobre todo, porque cuando estás sin trabajo y sin plata te empieza a maquinar la cabeza”. Durante ese año, en ocasión de una feria de diseño en Paraná, presentó en sociedad sus primeros objetos. Luego vinieron invitaciones para participar en exposiciones en Buenos Aires y otros eventos que se fueron sumando.

LA MATERIA PRIMA

Santiago reconoce que comenzó a trabajar en cartón porque era un material de escaso costo y al alcance de la mano, pero bien podría haber sido PET (sigla en inglés del polietilentereftalato), en el que también ha hecho algunas pruebas, aunque aún sin resultados que lo satisfagan.

A la hora de trabajar con cartón, el elemento que recalca como primordial es la paciencia. Ni habilidad en el manejo de la trincheta, ni un pulso que se precie de ser firme resultarán útiles si no están conjugados con paciencia. Estima que para diseñar una lámpara, por ejemplo, emplea entre 10 y 15 cajas de galletitas (esas que contienen las bolsas de medio kilo). Resume el proceso de trabajo en “paciencia y saber organizarte”. Y en ese camino de organizar el trabajo, agrega que “necesitás fordizarte” (en alusión al sistema de producción en cadena): “Primero cortás todo. Cuando ya tenés todo listo, comenzás a pegar. Cuando ya agarraste cancha, una lámpara que originalmente te hubiese llevado 10 días, capaz que en un día y medio la resolvés”.

El cartón que Santiago utiliza para crear sus objetos lo consigue de la calle, de los negocios o, directamente, se lo compra a cartoneros. En general, sus objetos necesitan una importante inversión de tiempo y dedicación, ya que “todo es artesanal, está hecho a mano y no es seriado. No hay ningún molde. Todos los cartones, todas las cajas que uso, tengo que adaptarlas y ver qué medidas hay, con qué herramientas cuento”.

El exterior de los objetos suele recordar cuál fue su uso anterior. “Por una cuestión estética, porque me gusta que se vea de dónde salió. También por evitar el uso de otros materiales o insumos tóxicos”. Así explica por qué sus creaciones no son pintadas o decoradas con otros insumos.

POR QUÉ SUSTENTABLE

En Diseño Cartonero, los objetos son únicos y hechos a mano. Si bien se reconoce dentro de lo que se da en llamar diseño sustentable, le cuesta encasillarse en una definición: no deja de creer que “estaría bueno que todo el diseño sea sustentable”. Éste hace referencia al uso de productos que tengan un bajo o nulo impacto ambiental a lo largo de su ciclo de vida: en la elaboración propiamente dicha, en la vida útil y en el descarte. Es un concepto que se aplica tanto para objetos de la vida diaria, como en el área de la arquitectura o del urbanismo, entre algunos casos.

En ese sentido, la base de los diseños de Santiago está edificada en lograr la reutilización de un material. “Ahí está el fuerte: en no generar demanda por material nuevo sino aprovechar el material que ya está”, dice. Pero también se anima a ir más allá: “Creo que con todas las actividades que hemos hecho como especie nosotros, los humanos, y con todo lo que hay tirado en la basura, con todo el PET, podríamos llegar a construirnos casas enteras”.

CONSUMIDORES FINALES

Santiago también dicta talleres sobre reutilización de cartón corrugado. Hasta el momento ha llegado a lugares como Chajarí, Paraná, General Ramírez (Entre Ríos); también a Santa Fe, en ocasión de la inauguración de la Fábrica Cultural El Molino; en el Centro Cultural Estación Esperanza de Rafaela, en la ciudad de Corrientes y en las ediciones 2008 y 2009 del Festival Sustentable de Buenos Aires. En esa ciudad, también fue invitado por la Universidad de Palermo para compartir su experiencia con los estudiantes.

Excepto en este último caso, los talleres siempre tienen la intención de ser abiertos para quien quiera acercarse. No es necesario ningún conocimiento previo. Santiago rescata que al no limitarse sólo a diseñadores o estudiantes de diseño o arte, permite la posibilidad de “pensar en otras formas de trabajar que vos ni siquiera te imaginaste. Están menos acartonados”.

El objetivo de sus instalaciones en ferias y exposiciones buscan, al mismo tiempo que dar a conocer lo que construye, comprometer al otro en la idea de que es posible hacerlo con sus propias manos. “La idea es que trabajen ellos (por el público) también. Que no sean meros consumidores finales, porque la gente está programada en muchas cosas para eso”. Y después de preguntarse qué es lo que producimos con nuestras manos en estos días, aporta: “Estamos en un modelo de sociedad en que cada vez más esto se acentúa. Vos ves eso y decís: ‘Qué lindo, cómo me gustaría hacerlo’. Y podés hacerlo, se puede hacer”.


VIDA ÚTIL

Un banco triangular y un sillón fueron de los primeros objetos que diseñó. Tienen alrededor de cinco años, se conservan en excelentes condiciones, y son utilizados en ambientes interiores.

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Revistero.

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Cartucheras.

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MUNDO CARTONERO

“Yo lo consigo de la calle o de negocios. Si pasa algún cartonero y tiene alguna caja que está buena se la compro”. En general, el cartón es comprado a 50 centavos por kilo. “Si es una caja buena, yo le ofrezco 5 pesos”. Una caja de galletitas pesa alrededor de 100 gramos: con una de ellas puede realizar dos o tres cartucheras; una lámpara le insume entre 10 y 15 cajas.