Inolvidable paso por Tigre

La grandeza, por encima de todo

Roger Federer ratificó sus bondades deportivas y humanas, en un contexto organizativo complicado por diversos inconvenientes. Del Potro se quedó con la primera exhibición.

Redacción de El Litoral

DPA/EFE/DyN

Como si hubiese hecho falta algún gesto más para valorar sus excepcionales dotes humanos, amén de los deportivos, el suizo Roger Federer se dedicó no sólo a brindar lo mejor de su juego, sino también a derrochar su caballerosidad y carisma sin par a la multitud que colmó el estadio Pipa Tigre, en la extensa noche de la víspera.

En ningún momento manifestó incomodidad, pese a los múltiples inconvenientes surgidos desde el aspecto organizativo, que hicieron eclosión en las momentos previos al partido en el que finalmente el argentino Juan Martín Del Potro superó al helvético, por 3-6, 6-3 y 6-4.

Amén de las interminables colas para ingresar al escenario, la demora de casi una hora en el inicio de la exhibición fue el hecho puntual más significativo; y más aún, cuando se debió a que uno de los tablones de las tribunas tubulares cedió por exceso de carga, lo que motivó la evacuación de unos 300 espectadores.

* “Me sentí como en una cancha de fútbol...”, dijo en tono tan amable como ambiguo el mejor tenista de todos los tiempos, esbozando la misma sonrisa que -hasta aquí- signa a su primera visita a la República Argentina.

Sin embargo, más allá del nerviosismo provocado por quienes habían abonado una onerosa entrada, llegado el momento del juego todo fue satisfactorio. Comenzando por las múltiples ovaciones que los 20.000 espectadores brindaron al notable tenista suizo, quien una y otra vez agradeció con sentida emoción semejante reconocimiento.

Previamente, los aplausos y gritos habían sido para el tandilense Juan Martín del Potro, quien también lució conmovido por tanto afecto derrochado.

Antes, el duelo de experimentados había concluido con el triunfo de José Luis Clerc sobre Guillermo Vilas, por 6-2 y 6-1; mientras que antes del Himno Nacional entonado por el inefable “Cacho” Castaña, varios videos dieron la bienvenida al ilustre visitante (entre ellos, uno de Diego Maradona).

Sólo agradecimientos

Más allá de las circunstancias descriptas, vale señalar que Federer cumplió de la mejor manera con las múltiples actividades “extra curriculares” que debió asumir desde el momento mismo de pisar suelo argentino por primera vez.

Como una cena para 1.000 personas la noche del martes, en la que soportó un indescriptible acoso en busca de fotos y autógrafos; mientras que ayer, además de la visita a la presidenta Cristina Kirchner en la Residencia de Olivos, cumplió con marcado entusiasmo con la Clínica de Tenis reservada para niños y niñas bonaerenses.

* “Creo que Roger se debe estar preguntando por qué no vino ya hace muchos años a Sudamérica. Esto es fantástico y muy diferente a Asia...”, aseveró Tony Godsick, agente y mano derecha del ex número uno del mundo.

Roger marcó territorio de la mejor manera: mostrándose cuán grande es, dentro y fuera del court. Esta noche se reeditará la cita, en el mismo escenario y ante idéntico adversario... Seguramente, en la crónica de mañana, habrá margen más que suficiente para referirse al indeleble halo que seguramente dejará su inolvidable primera visita por territorio nacional.

La grandeza, por encima de todo

Profesor estelar. Pasado el mediodía de ayer, Roger Federer brindó una clínica destinada a niños y niñas bonaerenses, procedentes de diferentes estratos sociales. Foto: DyN

La grandeza, por encima de todo

Reconocimientos. Tal como el sentido aplauso del tandilense Del Potro que se observa en la imagen, el excepcional tenista suizo recibió múltiples muestras de respeto y admiración por la multitud presente en el escenario tigrense. Foto: DyN

La grandeza, por encima de todo

Históricos. José Luis Clerc y Guillermo Vilas, aunados en un abrazo plausible, luego del partido que culminara con el triunfo del primero en dos sets. Foto: Matías Napoli

Repudiado

No debieron pasar muchos minutos para que alguien descubriese que había llegado al Pipa Tigre el polémico juez federal Norberto Oyarbide. Inmediatamente, surgieron insultos personalizados, que de manera inexorable se transformaron en una generalizada manifestación de reprobación por su presencia. Como consecuencia de semejante repudio, el “magistrado predilecto” del gobierno nacional optó por retirarse del estadio junto a varios de sus habituales custodios.

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