Tribuna de opinión

La falacia del pensamiento político

Dr. Gabriel Barbara

El mecanismo del pensamiento del hombre, tiene un núcleo cuyos factores de producción están condicionados por la idea generada de un aprendizaje cultural, un sentimiento real, que condiciona la intencionalidad de esa idea; la presión cultural de la sociedad y la información recibida desde su nacimiento e infancia, adolescencia y adultez. Todo esto aplicado a la política da inclinaciones de sentimientos, intenciones y conveniencias que son innatas al ser humano. Pero cuál es la falla general por la que a lo largo de la historia de la humanidad, el pensamiento político ha sido desvirtuado, degenerado y alterado al momento de su aplicación, sea cual sea su esencia.

En el terreno ejecutivo, la dirección del pensamiento político se diluye en la etapa de su ejecución práctica: fundamentalmente la disgregación moral es el factor de fondo, donde naufraga el pensamiento original. Por ejemplo, a través de la historia de la humanidad, salvo excepciones, los hombres no tuvieron conciencia moral en la etapa sobre todo de obediencia a la ley y en la escala de controles a la ejecución de la misma por falta de sensibilidad social (distorsión del pensamiento hacia la ejecución del pensamiento).

De la boca para afuera el individuo humano genera criterios y palabras viables para ser considerados, pero hacia adentro generalmente no puede ser sincero: la apetencia de poder y prestigio, la conveniencia individual, la falta de un freno moral y de una creencia de castigo divino enmascaran la intencionalidad del sujeto, de esa forma dicen verdades a medias, estudiadas y muchas veces mienten a sabiendas. Y dicen que tiene “habilidad” el que miente mejor.

Las ciencias políticas generan leyes que son serias y viables al comportamiento humano, pero no me refiero a ese estadio de la formación de la ley si no al fracaso en la ejecución de la ley y o a la relatividad del espíritu de la misma. Es el pensamiento de Gandhi cuando dice “que el hombre es bueno pero los hombres son malos”. Es en el conjunto, en grupos y en el poder donde se desdibuja la intención del mandato. La hipocresía, la competencia, los intereses creados, la ingratitud y el continuo denigrar al prójimo son productos de una lucha por prestigio y poder que son un común denominador a la especie humana. Ese error biológico que es el hombre es el que no le permite ver más allá de sus propios intereses. Veamos un ejemplo de inconsciencia e insensibilidad de los hombres estando en el poder. Eurípides decía “Las naciones grandes hacen lo que quieren y las chicas lo que les dejan hacer”.

Mientras potencias como Estados Unidos gastan miles de millones de dólares en investigaciones espaciales buscando una remotísima posibilidad de que el hombre habite otros planetas, sus hermanos terrestres se mueren de ignorancias, miserias, enfermedades, etc.

Malvinas Argentinas, basta mirar el mapa para darse cuenta de quiénes son las Malvinas Argentinas, pero a los señores ingleses no se les mueve un pelo cuando dicen que son británicas, un ejemplo acabado de que la razón en diplomacia no existe, es un lujo ya que es avasallada por el más fuerte.

El ácido ribonucleico es el padre la especie humana y en su perfil biológico, un ser antagónico, con un lóbulo pre-frontal que lo distingue de los animales y que le permite razonar, pero con tendencia a destruir al más débil cuando se encuentra en el poder. La justicia ha sido siempre manejada por el poder y en nuestro Martín Fierro, José Hernández lo señala: “La ley es como la lluvia nunca puede ser pareja, el que la aguanta se queja pero el asunto es sencillo, la ley es como el cuchillo no ofende a quien lo maneja”. Y luego agrega “Es señora la justicia y anda en ancas del más pillo”.

Si bien las Naciones más desarrolladas gracias a sus raíces religiosas, filosóficas y científicas, tomaron como punta de lanza el desarrollo económico, tuvieron la característica en el poder de respetar la ley y lograr una vida de mayor bienestar para su pueblo. Sin embargo estos Imperios a lo largo de la historia de la humanidad avasallaron y despojaron riquezas de Naciones más débiles, condicionaron las vidas de las mismas para su propia conveniencia, armaron guerras, dividieron Estados, realizaron hechos criminales inconfesables comportándose como el último ser primitivo en su crueldad.

Destacamos que la especie humana, sobretodo en lo individual, tiene humanidad, solidaridad y buenos sentimientos, pero el mismo producto del razonamiento que los diferencia de los animales los lleva a un sentimiento de apetencia por el poder, de disociación cognitiva de la idea, piensa una cosa y hace o dice otra.

Ya hemos destacado que en diplomacia la verdad es un lujo. Si no se doblega en la discusión el más débil, el más fuerte lo doblegará con más fuerza, o sea que no importa quien tenga razón.

Es muy interesante destacar que a pesar del desarrollo que logró obtener el hombre a través de la historia dominando las ciencias duras y blandas, desarrollo que se basó en la matemática, en la física, en la quántica, desentrañando algunos enigmas y sorprendiendo por su inteligencia; en lo concerniente a lo humano, la evolución ética y humanística fue casi nula, lo que condicionó que el mayor problema sea moral llevando a los mejor intencionados a una sensación de cansancio moral.

En mi pensamiento, la izquierda, la derecha y el centro son meras palabras, allá va a estar cuando tengan que aplicar sus políticas el viejo generador de la raza humana, al ácido ribonucleico con su proterva hermandad a lo inesperado humanamente.

Destaco que hay personas con mayores cargas morales, pero los anticuerpos negativos del mundo social muchas veces las desviaron.