Promesas Una visión sobre el proxenetismo

José María Chartier

DNI 6.191.112. Ciudad.

No hagamos de una promesa algo valorativo, si no tenemos la certeza de poder llevarla a cabo. Las promesas incumplidas son la mentira más aberrante.

Las promesas son la realidad de todo lo posible. Nunca digas “te lo prometo” si no tienes integridad y respeto en tus procederes.

En la promesa está la firmeza sobre el carácter acumulado en el aprendizaje de la vida.

Las promesas mal convenidas acompañan a la desidia y al poco amor.

Muchos, con el solo hecho de conseguir una posición de privilegio, hacen promesas sabiendo que el imposible los acosa. Nunca le hagas promesa a un niño y no le cumplas, porque seguro que en toda su vida no se olvidará que ha sido tomado como un objeto sin valor. Con promesas antojadizas la sensación de bienestar cae en el olvido.

La promesa de amor sin sentimiento es una actitud sumisa con falta de cortesía.

No prometamos sin el cumplimiento.

Roberto Rubén Sánchez

DNI 8.634.022

Sres. Directores:

A raíz del caso de Marita Verón, víctima involuntaria, se ha llegado a la conclusión que hay poderosísimas redes de proxenetas tan emparentadas con el poder político, que es muy difícil de erradicar en virtud de los fuertes lazos que los une.

He viajado durante 35 años por todo el país, especialmente por el norte argentino y la Mesopotamia.

En cada lugar de ingreso a los pueblos, podía verse la famosa lucecita roja que indicaba un lugar de copas y divertimento, regenteado por gente de fama de “pesados”, siendo en realidad viles explotadores que lucraban con las “chinitas pobres” periféricas que nacen en los alrededores de los pueblos de madres de iguales, o traídas contra su voluntad de otros lugares para ser sometidas en beneficio de estos siniestros personajes.

No son las leyes las que hay que cambiar, sólo readecuarlas. Sin embargo, básicamente, el problema son las personas involucradas: delincuentes, policías, funcionarios judiciales, jueces, etc. Sin la connivencia de ellos nada sería posible.

Todos somos responsables por olvido u omisión, en algún caso por miedo. Creo que hay que sacarse la careta, porque también es abandono de persona no culturizarla ni contenerla, o simplemente mirar para otro lado. Esa actitud genera un estigma reversible.

Acompaño en el dolor a su señora madre que lucha titánicamente por la verdad, espero que definitivamente la justicia se expida según el derecho.