EDITORIAL

Primavera árabe bajo el régimen y la teocracia

 

 

 

En Siria, la guerra civil se libra entre una dictadura que gobierna a este país desde hace más de treinta años y musulmanes, fanáticos y moderados, de signo sunnita aliados tácticamente a sectores laicos que lamentablemente parecieran tener cada vez menos influencia. Desde esa perspectiva, hay buenos motivos para suponer que en Siria una dictadura laica será reemplazada por una religiosa, previo una transición acompañada de discordias y turbulencias políticas y religiosas que provocarán nuevos derramamientos de sangre

En Egipto, en estos días, hubo amplias movilizaciones contra la intención del presidente Morsi de constituir un régimen teocrático. No obstante ello, en las recientes elecciones, los Hermanos Musulmanes obtuvieron una amplia mayoría, lo que confirma la representatividad de esta tradicional corriente religiosa y política y la escasa o débil penetración social de los sectores reformistas y laicos.

Para los políticos de Occidente, los Hermanos Musulmanes siguen siendo una incógnita, en tanto por un lado no disimulan sus simpatías por los regímenes integristas y las teocracias, mientas que por el otro, parecieran interesados en presentarse como un régimen moderado dispuesto a negociar con Occidente y a tolerar internamente a otros partidos y religiones, aunque en su práctica cotidiana alientan los regímenes despóticos y la actividad terrorista. Conclusión: mientras que para unos los Hermanos Musulmanes vendrían a ser algo así como una versión parecida a la Democracia Cristiana, para otros se trata de extremistas peligrosos que sólo por razones de conveniencia económica disimulan sus intenciones ante Occidente.

Por lo pronto, hay muy buenos fundamentos para creer que su moderación no es más que un recurso táctico nacido de la necesidad, ya que sus intelectuales, sus clérigos y sus programas de gobierno afirman el objetivo estratégico de restablecer el espacio que en su momento ocupó el califato otomano.

Delirante o no, esa parece ser la estrategia de la Hermandad. Es verdad que existe la esperanza de que los actuales dirigentes archiven por anacrónicos y delirantes estos objetivos, pero las declaraciones de algunos de sus intelectuales y, sobre todo, los textos que reparten a sus afiliados de base, no alientan al optimismo.

A dos años de iniciada lo que se calificó con evidente apresuramiento como “primavera árabe”, queda claro que los impulsos modernizadores protagonizados por estudiantes e intelectuales con formación occidental, estuvieron a cargo de activistas que nunca fueron capaces de constituirse en una fuerza política importante. Por el contrario, tal como lo demuestran los recientes comicios en Egipto, las grandes mayorías suelen ser controladas por clérigos y políticos que no disimulan sus simpatías abiertas por la teocracia.

Hamas, la organización terrorista que controla la Franja de Gaza es una rama de los Hermanos Musulmanes en Medio Oriente. ¿Ellos son los extremistas mientras que sus pares de Egipto son los moderados? La pregunta pude admitir diversas respuestas, pero en todos los casos para lo que no hay lugar es para la ingenuidad.