25 comercios atacados en la noche y esta madrugada

Ola de robos con dos muertos en Rosario y Villa Gobernador Gálvez

Ola de robos con dos muertos en Rosario y Villa Gobernador Gálvez

Los desmanes se extendieron hasta la madrugada y obligaron a reforzar la custodia policial. Foto: Corresponsalía Rosario

 

Una mujer murió desangrada tras cortarse con un vidrio en medio del tumulto, y un hombre falleció como consecuencia de un balazo de procedencia aún incierta. Hay numerosos heridos. Los súper “chinos” fueron los más afectados.

 

Patricio Dobal

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Especial para El Litoral

Justo cuando Rosario comenzaba a reponerse del temporal que anegó bastas zonas con cifras récords en precipitaciones, la violencia se apoderó de algunos barrios periféricos. La consecuencia directa fue la generación de una ola de robos que afectó a unos 25 supermercados y ya se cobró dos vidas.

Con epicentro en el sudoeste de la ciudad y en la vecina Villa Gobernador Gálvez, una mujer murió desangrada tras cortarse con un vidrio cuando saqueaba un local y un joven falleció en el hospital, tras ser alcanzado por un bala que partió desde desde el interior de un comercio que estaba siendo abordado.

Más de uno recordó los trágicos episodios de diciembre de 2001, cuando la crisis social doblegó a las fuerzas de seguridad y los supermercados locales se llevaron la peor parte. Esta vez, tras las lluvias, los oportunistas que no buscaban artículos de primera necesidad arremetieron con violencia sobre varios negocios.

A media tarde de ayer, se registraron los primeros hechos sobre supermercados chinos en su mayoría y la tensión se incrementó conforme comenzó a oscurecer.

Con un total de 129 personas detenidas en la tarde y la noche, y más de 10 policías heridos, la primera víctima fatal de un fenómeno que la mayoría de los funcionarios comunales y provinciales endilgaron a “instigadores” (ver pág. 8), se produjo anoche en la esquina de Avellaneda y Quintana, en la zona sur de Rosario. En este caso, una mujer se produjo un corte letal en la arteria femoral cuando rompió una vidriera para ingresar a un comercio. La policía que con balazos al aire intentaba repeler los ataques en medio de la noche, fue quien llevó a la herida al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez donde falleció posteriormente.

El saldo luctuoso se completó con la muerte de un joven de 22 años, víctima de una balazo en el tórax, que habría salido desde el interior de un supermercado en Arijón y Avellaneda, también en la zona sur. El muchacho era uno de los tantos que pugnaba por ingresar al negocio para saquearlo en la madrugada, cuando se escuchó un disparo que lo dejó tendido en el suelo. De inmediato fue trasladado al Hospital Roque Sáenz Peña donde ingresó sin vida.

Alcances

Los hechos de violencia se contaron hasta media mañana y afectaron a negocios de mediano tamaño. Las grandes cadenas ubicadas en algunas avenidas, con más recursos para defenderse de los vándalos mediante seguridad privada y efectivos adicionales, amanecieron con importante custodia.

Tras los operativos de detención, que no dieron abasto en los más de 25 saqueos, en la mañana de hoy, familiares de varios jóvenes apresados llegaron a cortar Ovidio Lagos al 5200, frente a la sede de Jefatura de la Unidad Regional II, pidiendo la liberación de menores de edad y mujeres embarazadas. Sobre las primeras horas de la tarde Rosario y Villa Gobernador Gálvez recobraban la calma con efectivos de refuerzo patrullando los sectores afectados.

/// análisis

Rogelio Alaniz

En el Uritorco, las agencias de turismo promocionan la llegada del fin del mundo y compungidos turistas pagan un ojo de la cara para ser testigos de la tragedia o del inicio de una nueva era. Los precios no son módicos, pero hay lugar para todos. Las agencias aseguran comodidades, diversión y buenos espectáculos. Apurarse porque quedan pocas localidades. El fin del mundo justifica eso y mucho más.

Mientras tanto, en Bariloche, San Fernando, Resistencia y Rosario, los “hambrientos” asaltan supermercados ante la mirada atenta y protectora de la policía que tiene órdenes de no reprimir las protestas sociales. Que el botín de los hambrientos no sea comida sino televisores y bebidas alcohólicas, representa un error de ortografía menor en la textura del relato. Los “hambrientos” lucen saludables y enérgicos. Destrozan autos, eligen las mejores marcas de vinos y whiskies y los televisores más caros. Los muchachos practican el pillaje y el vandalismo y a ese mamarracho social no faltará el teórico nacional y popular que lo califique como fermento de la nueva era que se avecina. Entre tantas zozobras espirituales, sólo un consuelo nos acompaña: esta vez el promotor no es Duhalde.

Mientras las hogueras del lumpenaje social se levantan en diversos puntos de un país cuya máxima autoridad se jacta de haber garantizado la inclusión social, el gobernador de la provincia de Santa Fe intenta comunicarse con el ministro Randazzo, pero a los teléfonos del ministerio nadie lo atiende. Bonfatti corta resignado porque supone que el compañero Randazzo está festejando con sus pares la decisión revolucionaria de la señora de expropiar el local de la Sociedad Rural en Palermo.

El razonamiento es sencillo y eficaz: ya que no hacemos la reforma agraria inmediata y profunda, entre otras cosas porque muchos compañeros serían los perjudicados, nos quedamos con el local de la Sociedad Rural. Ya que en su momento no pudimos inaugurar el Hospital de Niños en el Sheraton Hotel, ahora vamos a garantizar cumbia villera para el pueblo en el corazón de la ciudad puerto y en las instalaciones de la Sociedad Rural, símbolo de la oligarquía explotadora.

Y ya que estamos hablando de ventas a precio vil. Pregunto: con las tierras compradas en el Calafate, ¿qué hacemos? Y ya que estamos hablando de explotación y trata de blancas: con los cuarenta prostíbulos inaugurados por Él en Río Gallegos, ¿qué hacemos? O nos van a hacer creer que como el personaje de Arlt, los prostíbulos son los instrumentos que se valen los revolucionarios para financiar la revolución social. Si es así, la estrategia me parece formidable. Néstor es Haffner y Ella, la Visca. Lo demás es todo literatura.

Regresemos a Buenos Aires. La mesa está puesta y la fiesta ya se inició. Para quienes el espectáculo no lo satisface demasiado, a pocas cuadras de allí, disponen de los placeres que el compañero Cristóbal López brinda a precios razonables en las instalaciones del Hipódromo de Palermo. Ya que no hacemos la revolución, vamos a divertirnos. El programa de todos modos es nacional y popular: cumbia en la Sociedad Rural y máquinas tragamonedas en Palermo. Como diría algún lector de Laclau: estamos latinoamericanizando a Buenos Aires. Y además, nos estamos haciendo multimillonarios, agregarían los epígonos de Santa Cruz, ante la mirada rapaz y codiciosa de los aguiluchos de La Cámpora. No vamos a tomar el Palacio de Invierno, pero vamos a tomar Puerto Madero. Como se dice en estos casos. “Contra toda la traición, Boudou conducción”.

El 21 de diciembre está llegando a su fin y la única estación real que nos aguarda es la del verano. Ni fin del mundo, ni nueva era, ni cambios revolucionarios. Pobreza, desmanes, barbarie social y arbitrariedad política. El espectáculo es deplorable, pero digno de contemplarse. No sé si es lo que nos merecemos, pero es lo que hay. La Argentina de fines del 2012 ha transformado a Oliverio Girondo en un poeta regional y al tango Cambalache en sinónimo de literatura evasiva.

El programa nacional y popular en marcha