Sobre aguas vivas y aguas muertas

Sobre aguas vivas y aguas muertas

Las aguas vivas son un fenómeno que se presenta cada año en las costas del sur bonaerense sobre el Atlántico, por efecto de los vientos predominantes del Norte.

Foto: Archivo El Litoral

(C) IADO/Conicet Bahía Blanca UNS -Conicet Santa Fe - El Litoral

En mis recorridas por la costa de Monte Hermoso, balneario del sur bonaerense sobre el Atlántico, me ha llamado la atención la poca información que tiene el turista sobre las especies marinas que, durante el verano, se encuentran varadas allí.

Un ejemplo de ello son las aguas vivas, un fenómeno recurrente cada año en la zona de playa de esta costa, con alrededor de 1.000 personas afectadas por temporada. La aparición de medusas peligrosas, como la Olindia sambaquiensis, incomoda a los turistas y amenaza su deseo de un baño placentero. En el verano de 2012, la presencia de esta especie fue esporádica debido a que el viento norte no sopló de forma intensa ni continua como para que las medusas se hallaran en la orilla, si bien se las podía encontrar a cierta distancia de las zonas de baño. Otra de las causas posibles fue la aparición de una medusa del grupo Schyphozoa, Chrysaora lactea, que podría haber competido con Olindia sambaquiensis.

¿Por qué las medusas se concentran allí?

La habitual presencia de medusas en la costa montehermoseña, con una ubicación Norte-Sur, se debe a que los vientos predominantes del Norte -y perpendiculares a la playa- empujan las aguas superficiales mar adentro y producen la surgencia de las del fondo marino, con el consiguiente arrastre de las aguas vivas hacia la zona costera y, en particular, al balneario. Olindia sambaquiensis es una medusa de cuidado, no tiene grandes dimensiones y posee una corona de tentáculos con células urticantes alrededor de una campana gelatinosa, o plato. Algunos turistas suelen confundir esta especie con otras, por ejemplo, con Chrysaora lactea, una medusa de proporciones más grandes, de color blanco lechoso, que se caracteriza por tener 4 bolsas gástricas y 4 labios orales, en la parte ventral de la campana. En el caso de Chrysaora lactea el contacto con el humano produce una leve urticaria, con una picazón que puede durar alrededor de 20 minutos, a menos que la persona afectada padezca alguna alergia capaz de provocar otros síntomas.

Diferenciar las unas de las otras

En una suerte de polaridad con las “aguas vivas” existen las “aguas muertas”; así se denominan otras especies de Ctenóforos, entre ellas Beroe ovata y Mnemiopsis sp, inofensivas, a las que los turistas suelen despedazar en las orillas al confundirlas con Olindia sambaquiensis. Las “aguas muertas” tienen forma ovoidal, son pequeñas y de aspecto frágil; poseen una serie de cilios laterales que tienen la propiedad de ser luminiscentes, dar movilidad y brillar durante la noche en el mar. Sería importante que la población contara con información sobre la presencia de celenterados en la costa y su nivel de peligrosidad, ya que no todos estos organismos gelatinosos son nocivos para el hombre; solo la Olindia produce significativas reacciones al tomar contacto con la piel debido a las células urticantes de sus tentáculos. En el caso de detectar estos organismos en la costa, sobre todo en verano, los bañistas podrían estar prevenidos, como ocurre en España, donde el Instituto de Ciencias del Mar, de Barcelona, implementó programas de avistaje de estas especies para reconocerlas.

* Por la Dra. en Ciencias Biológicas Elena Contardi, profesional del Conicet, a/c del Área de Extensión Institucional y Académica del Instituto Argentino de Oceanografía (Conicet B. Blanca-UNS). Adaptó: Lic. Enrique A. Rabe ÁCS/Conicet S. Fe).