Tiene una semana de plazo

Obama interrumpe sus vacaciones para buscar un acuerdo que evite el abismo fiscal

El presidente dejará a su familia en Honolulu y regresará esta tarde a Washington.

Obama interrumpe sus vacaciones para buscar un acuerdo que evite el abismo fiscal

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama y su mujer, Michelle Obama, saludan a personal militar que celebra el día de Navidad en el Anderson Hall en la base naval en la bahía Kaneohe en Hawai. Foto: EFE

 

De la Redacción de El Litoral

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DPA - EFE

El presidente estadounidense, Barack Obama, interrumpirá hoy sus vacaciones navideñas en Honolulu y regresará a Washington e intentar buscar un acuerdo con los republicanos para evitar el temido “abismo fiscal”.

Según informó la Casa Blanca a última hora del martes, Obama volará en la tarde del miércoles a la capital estadounidense.

Antes de fin de año, el gobierno y los republicanos deben sellar un compromiso para poner fin a la disputa presupuestaria. De lo contrario se producirá un “abismo fiscal” a principios de 2013 cuando coincidan drásticos recortes de gasto público y subidas generalizadas de impuestos de alrededor de 600.000 millones de dólares.

Las negociaciones se reanudarán mañana jueves. El gobierno de Obama no está dispuesto a renunciar a elevar los impuestos de los ciudadanos más ricos, algo a lo que se niegan los republicanos, que tienen mayoría en la Cámara de Representantes.

“Todavía es posible que consigan acordar algo hasta finales de algo. Pero hay una probabilidad bastante alta de que lleguemos a enero sin acuerdo”, opinó el economista jefe de Barclays Capital, Dean Maki, en declaraciones a “The New York Times”.

“Nadie puede conseguir el cien por cien de lo que quiere”, apuntó Obama tras el fracaso de las últimas negociaciones con los republicanos.

El presidente se ha mostrado dispuesto a elevar de 250.000 a 400.000 dólares el límite de ingresos anual a partir del cual los ciudadanos tendrán que pagar más impuestos. Aún así, los republicanos rechazaron la propuesta.

“Gobernar es una responsabilidad compartida de ambos partidos, eso significa que cada parte tiene que ceder algo y que no se puede conseguir el 100 % de lo que uno quiere”, dijo Obama el viernes antes de partir con su familia de vacaciones a Hawai.

Así, el presidente parece estar dispuesto a hacer alguna última concesión en aras de lograr un acuerdo contra el “abismo fiscal”.

Alternativas

Mientras, el llamado “plan B” presentado por el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, fracasó estrepitosamente al no conseguir apoyos suficientes dentro de su propio partido.

El “plan B” de Boehner contemplaba la subida de impuestos para aquellos hogares con ingresos anuales de más de un millón de dólares y se topó con el rechazo enérgico de congresistas, en su mayoría del movimiento derechista Tea Party, que se oponen radicalmente al aumento de cargas fiscales a los ciudadanos.

Las ofertas que han hecho hasta ahora Obama y Boehner parecen coincidir en un ahorro de en torno a los 2 billones de dólares en la próxima década.

Los republicanos quieren que sea mitad en ingresos y mitad en gastos, mientras que Obama opta por que el porcentaje de ingresos sea mayor que el de los recortes: en torno a 1,4 billones de ingresos y 750.000 millones en gastos.

De no llegarse a un acuerdo antes de fin de año, los impuestos aumentarán para todos los estadounidenses y se calcula que las familias de clase media afrontarían un incremento promedio de unos 2.200 dólares anuales.

Esas subidas de impuestos se producirían como consecuencia del vencimiento de exenciones aprobadas durante la presidencia de George W. Bush. Por su parte, los recortes automáticos del gasto público fueron acordados por el Congreso en el verano de 2011 como mecanismo de presión para forzar un acuerdo bipartidista, que nunca llegó, sobre la reducción del déficit presupuestario y la deuda.

Los analistas alertan de que este abrupto ajuste fiscal podría devolver a Estados Unidos a la recesión en el momento más inoportuno, cuando su economía todavía se está recuperando con lentitud de la grave crisis de 2008.