AL MARGEN DE LA CRÓNICA

Celebración austera

Una gran exposición sobre la historia de la Real Academia Española inaugurará, en septiembre de este año, la celebración del tercer centenario de esta institución, que culminará en octubre de 2014 con una nueva edición del Diccionario. “Será un centenario austero pero sin renunciar a hacerlo significativo”.

La Academia no desea que este tercer centenario pase “sin pena ni gloria”, como sucedió con el segundo, en el que se hizo “alguna sesión extraordinaria” y se comenzó a publicar el Boletín de la Real Academia Española, que en 2014 cumple cien años, recuerda el secretario de la RAE, Darío Villanueva.

Pero tampoco se trata de programar “unos fastos que resulten inaceptables” para la situación actual de crisis. La RAE se financia al cincuenta por ciento con recursos propios y el resto con la aportación del Estado, que para 2013 ha disminuido un 37 por ciento. Esos recortes han obligado a diseñar un tercer centenario “sostenible”.

Todo comenzó en agosto de 1713, bajo “aquella oleada de impulso ilustrado que hubo en el XVIII español y que dio lugar también a la creación de otras instituciones, como la Biblioteca Nacional”.

Un grupo de eruditos y de nobles, liderados por el marqués de Villena, empezó a reunirse dispuestos a subsanar “una carencia importante: la lengua española no tenía un diccionario a la altura de las circunstancias”.

En octubre de 1714 el rey Felipe V reconoce con una real cédula la existencia de la Academia, cuyos miembros “trabajaron mucho” para comenzar a publicar el “Diccionario de autoridades” en 1726 y terminar sus seis tomos en 1739. Todo un récord para los medios que había entonces.

Luego vendrían la Gramática, la Ortografía y ediciones de obras clásicas, “como el famoso Quijote ilustrado” de 1780.

Han sido tres siglos de servicio a la lengua española y de lucha por su unidad. Y tres siglos en los que la irrupción de las nuevas tecnologías, en el último tercio del XX, ha dado un vuelco total a la labor de esta institución, que prepara sus grandes obras de referencia de forma “totalmente coordinada” con las 21 Academias de la Lengua Española restantes y que trata de ser útil “a todos los hispanohablantes, especialmente a la gente más joven”, a los llamados “nativos digitales”, subraya el secretario.

La conmemoración del tricentenario le prestará atención al pasado, pero “no será puramente nostálgica”. Habrá también esa “‘nostalgia del futuro’ de la que hablaba el poeta”, comenta Villanueva.

Esa doble vertiente estará presente en “la magna exposición” que se inaugurará el próximo mes de septiembre en la Biblioteca Nacional y cuyos comisarios son la historiadora Carmen Iglesias y José Manuel Sánchez Ron, historiador de la ciencia. Podrá verse en otras ciudades españolas y quizá viaje a América. Con fondos de la propia RAE y de otras instituciones, la exposición revisará el pasado de la Academia sin olvidar el siglo XXI, “donde las instancias y las urgencias son muy distintas”. Habrá también “una presencia muy llamativa de la irrupción de las nuevas tecnologías en el trabajo académico”, añade Villanueva, que da por hecho que la familia real estará presente “en los acontecimientos fundamentales del centenario”.