¿Fin de la recesión?

Europa arrancó 2013 con optimismo

Muchos creen que en el último trimestre de este año empezará la salida de la crisis.

Europa arrancó 2013 con optimismo

Varias personas entran en una oficina de desempleo en Atenas. El desempleo en Grecia alcanzó un nuevo récord en octubre de 2012 al alcanzar la tasa de paro el 26,8 %, lo que supone un 0,6 % más que en septiembre y 7,1 puntos porcentuales más que en octubre de 2011. Foto: EFE

 

Fernando Heller - DPA

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La Unión Europea (UE) comenzó el nuevo año con una mezcla de prudencia y tibio optimismo ante quienes quieren ver, en el último tramo de 2013 o el comienzo del siguiente, el inicio del final de la crisis, y el grupo de los pesimistas que siguen sin avizorar signos alentadores y tampoco se atreven a certificar cuándo se producirá la salida del túnel.

Al respecto, la cacofonía entre expertos, analistas, economistas o agoreros fatalistas, es fiel reflejo de que la economía no es una ciencia exacta y que para intentar auscultar sus secretos en muchas ocasiones es necesario recurrir a métodos alternativos, en las antípodas de las cátedras universitarias.

“En Europa existe ahora, más que nunca, una imperiosa necesidad de insuflar optimismo a la población, aunque muchos líderes políticos sólo manejen datos provisionales y todavía nadie se atreva a poner fecha exacta a la salida de la crisis. Nos movemos entre los buenos deseos y la ‘astrología económica’, es decir, la necesidad de noticias alentadoras.

Es un intento por encontrar respuestas a una situación que es todavía muy difusa e incierta. Muchos creen poseer la bola de cristal, pero en realidad no lo tienen nada claro”, asegura a dpa Jacques Pelkmans, experto del Centro para Estudios Políticos Europeos, uno de los “think tank” mas prestigiosos de Bruselas.

Más allá de futuribles y buenos deseos, los datos objetivos para muchos de los socios del sur del euro no son muy halagueños en 2013: según las últimas previsiones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), España sufrirá este año una caída del Producto Interior Bruto (PIB) del 1,4 por ciento como consecuencia de los recortes para reducir el déficit y la desaceleración para el conjunto de la eurozona.

Ante la crudeza de esos guarismos, y a pesar de su optimismo casi ontológico, el presidente saliente del Eurogrupo y primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker, optó esta semana por la prudencia, tras asegurar que el camino para salir de la espiral de crisis de deuda en la eurozona todavía “es tortuoso”.

Además de las dos velocidades económicas, de una Europa más pujante y con menos desempleo (Alemania, Holanda, Austria o Finlandia), y otra que sufre los efectos de la austeridad (en el sur), en materia de presagios o vaticinios económicos también han surgido dos grupos: pesimistas y moderadamente (o razonablemente) optimistas.

“La superviviencia del euro ya no está en juego”, afirmaba recientemente un positivo editorial del rotativo galo “Le Monde”. “Grecia ya no es el epicentro de la crisis financiera mundial. La agencia Standard & Poor’s ha subido la calificación crediticia del país...se trata de una leve mejoría...muestra de que el país sale de la zona de máximo peligro. Después de cinco años de recesión, casi seis, aparecen los primeros signos positivos: Grecia podría volver a crecer en 2014”, apuntaba su editorial de finales del pasado diciembre.

En ese mismo sentido, la presidencia semestral irlandesa de la UE además del presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, dibujaban esta semana un panorama mucho menos sombrío para Europa de lo que se apuntaba en la última cumbre europea de diciembre pasado. De acuerdo con Van Rompuy, “2012 han marcado un cambio de rumbo en la crisis”, un hecho que -según el belga- contribuirá a sentar las bases de una recuperación gradual de la economía europea.

Para el presidente irlandés, Enda Kenny, cuyo país (uno de los tres rescatados junto a Grecia y Portugal) asumió la presidencia rotatoria del bloque el pasado día 1, se percibe una sensación de “vuelta a la normalidad”, al período anterior a las fuertes turbulencias de la crisis de deuda. También el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, y el comisario de Asuntos Económicos de la UE, Olli Rehn, aprecian algunos signos alentadores de cara a una vuelta progresiva a la normalidad, según aseguraron esta semana en Bruselas.

“Es posible que existan algunos datos objetivos, desde el punto de vista macroeconómico, que alienten la visión de un, siempre tímido, comienzo de salida del pantano de la crisis de deuda en Europa, pero en todo caso, los líderes europeos se han dado cuenta de que deben transmitir serenidad y confianza a la población, sobre todo en algunos de los socios mas golpeados por la crisis, porque Europa corre el riesgo de caer en la depresión generalizada y con eso no se estimula el crecimiento”, comenta a dpa Thomas Renard, investigador del Instituto Real Egmont para las relaciones internacionales, con sede en la capital belga.

Parlamento de Berlin rescata a su alcalde

El Parlamento de Berlín rechazó hoy la moción de censura contra el alcalde de la capital alemana, Klaus Wowereit, a pesar de los numerosos errores registrados en la construcción del nuevo aeropuerto de Berlín, que han obligado a retrasar su apertura en numerosas ocasiones.

Un total de 85 diputados votaron en contra de destituir al alcalde socialdemócrata de su cargo, como solicitaban los partidos de la oposición: Los Verdes, el partido Pirata y la Izquierda. Frente a 62 diputados que votaron a favor de convocar de nuevo elecciones.

“El alcalde de Berlín ha dañado seriamente la imagen nacional e internacional de la ciudad”, escribieron los diputados en su moción de censura.

El resultado de la votación se mantuvo así en línea con lo esperado, debido a que Wowereit contaba con el apoyo del gobierno de coalición de Berlín formado entre el partido Socialdemócrata (SPD) y la Unión Cristianodemócrata (CDU), con mayoría en el Parlamento.

“No tenía ninguna duda de que el gobierno de coalición me apoyaría”, declaró Wowereit después de la votación. “Cualquier otra cosa habría resultado ser fatal”, agregó y recordó que fue elegido para “todo el mandato” y que piensa quedarse “hasta el final del mismo”.

Por su parte, el presidente de la fracción parlamentaria del partido Pirata, Christopher Lauer, criticó que el gobierno de coalición haya defendido al alcalde con ‘gran arrogancia‘ a pesar del caos en las obras del futuro aeropuerto.

“Esto hace pensar que no tiene ninguna alternativa para suceder a Wowereit al frente de la alcaldía de Berlín”, indicó Lauer a la salida de la votación.

El lunes se dio a conocer un nuevo retraso en la inauguración del aeropuerto internacional de Berlín que desató una ola de críticas y algunos pedidos de renuncia contra el emblemático alcalde de la capital.

El aeropuerto Berlin-Brandenburg (BER), uno de los proyectos más ambiciosos de la Alemania reunificada, debía comenzar a operar a fines de 2011. Problemas en los sistemas contra incendios provocaron sucesivos retrasos. Hasta ahora se esperaba que abriera sus puertas en octubre de 2013, pero esta semana se anunció que no será antes de 2014.

El jefe de gobierno de Berlín desde 2001, sufrió la primera consecuencia concreta del largo escándalo y tuvo que renunciar el lunes a la presidencia del consejo de vigilancia del aeropuerto, algo que fue visto como insuficiente por la oposición que reclama su cabeza.

El nuevo aeropuerto, bautizado con el nombre del ex canciller socialdemócrata Willy Brandt, reemplazará a los dos que funcionan actualmente en Berlín. Los retrasos aumentaron el costo total del proyecto hasta los 4.300 millones de euros.