¿Qué es lo que está en juego?

Stefan Voss

Dpa

La situación en Mali está cambiando a pasos agigantados. La fuerza aérea de Francia, respaldada a nivel logístico por el Reino Unido, se sumó en el combate contra las filas rebeldes islamistas en el país norafricano. Pero no sólo los franceses vieron venir el conflicto, y el hecho de que hasta ahora no se haya lanzado un operativo mayor de tropas extranjeras no se debe únicamente a las dudas expresadas por el gobierno interino de Mali.

- ¿Por qué la intervención de Francia, antigua potencia colonial en el país africano, se produce ahora?

En los últimos meses Francia intentó en reiteradas ocasiones persuadir a los gobiernos de Estados Unidos y a Naciones Unidas sobre la necesidad de intervenir en el norte de Mali. Pero el intento no logró su cometido. Además, en las negociaciones Francia debe tener constantemente presente que grupos islamistas mantienen como rehenes a franceses en África. También intervienen intereses económicos. El avance de las fuerzas islamistas sobre la ciudad de Mopti, de relevancia estratégica, forzó la intervención del país europeo. Fracia ve desde hace tiempo que su influencia en la región, a tan sólo tres horas de vuelo de Europa, corre peligro, y que el avance de fuerzas insurgentes podría repercutir en la propia Francia debido a que muchos de los líderes rebeldes hablan francés y tienen familiares en territorio galo.

- ¿Cuáles son las tres fuerzas que integran las filas rebeldes en el norte de Mali?

Se considera que las filas rebeldes son lideradas por la organización terrorista Al Qaeda en el Magreb Islámico, que se estima disponen de millones de dólares generados por el tráfico de drogas y las pagas obtenidas a cambio de la liberación de extranjeros secuestrados. Según fuentes de los servicios secretos, los islamistas cuentan en el norte de Mali con 6.000 combatientes entrenados, entre ellos yihadistas de Egipto, Sudán y otros países. En sus filas también luchan hombres tuareg que se denominan Ansar Dine. Junto a ellos figura además el Movimiento por la Unidad y la Yihad en África Occidental, que también defiende la implementación de la sharia.

- ¿Por qué Mali podría convertirse en el segundo Afganistán?

Durante mucho tiempo Mali fue uno de los pocos países democráticos ejemplares de África. Tras el golpe militar en marzo de 2012 en la capital, Bamako, en el sur del país, un grupo de combatientes tuareg conquistó junto con agrupaciones islamistas el norte de la nación. Los islamistas ordenaron destruir numerosos objetos de valor histórico que se encontraban en Tombuctú, donde hay mausoleos y cementerios que son Patrimonio de la Humanidad. Los analistas temen que el enorme norte del país, al quedar librado del control estatal, se convierta en una zona de crecimiento de células terroristas, como sucedió en Afganistán bajo el régimen talibán. En el caso de Afganistán, la primera señal que puso en alerta a la opinión pública internacional fue la destrucción de valiosos objetos culturales.

- ¿La comunidad internacional ignoró durante demasiado tiempo la evolución de la situación en Mali?

Los dramáticos sucesos son una catástrofe anunciada. Francia, Estados Unidos y Naciones Unidas emitieron durante meses advertencias sobre los señores de la guerra en el norte del país. Sin embargo, el gobierno de transición nacional sostiene que fue poco lo que se hizo. Alarmado por los recientes avances de los islamistas, el Consejo de Seguridad destacó este viernes que la misión de respaldo Afisma debe empezar a intervenir con mayor rapidez en el país. De hecho su envío ya estaba decidido desde hacía semanas, pero la realidad es que aún no se había producido ningún avance en su actuación. Uno de los obstáculos eran las reticencias expresadas por Mali contra la intervención de soldados de países vecinos. Se teme además que el conflicto se extienda a otros estados de la región.