Según Economía & Regiones

El año llega sin pronósticos de subas en consumo ni inversión

La perspectiva implica que no se generarán nuevos puestos de trabajo. El sector externo impulsará la suba de la economía en un piso de 2,8 %.

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La industria automotriz, una de las gemas del modelo, mira de cerca a Brasil y de reojo al mercado interno, que padece ahogo de financiamiento.

Foto: Archivo El Litoral

 

De la redacción de El Litoral

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DyN

La economía argentina tendrá este año un piso de crecimiento de 2,8 por ciento, lo que implica una suba de 1 punto en relación a 2012, y ese leve incremento estará impulsado por el sector externo y las exportaciones, según estimó un informe de la consultora Economía & Regiones.

“El aumento marginal de la tasa de crecimiento del PBI que se experimentaría en 2013 no tendría sustento, ni el consumo privado ni en la inversión, sino que vendrá dado por el sector externo y las exportaciones”, diagnosticó la consultora que dirige Alejandro Caldarelli.

Ese diagnóstico es consistente con el reciente informe del Banco Mundial sobre la economía del país el pasado año (ver página 4) y con los pronósticos de venta de oleaginosas y demanda desde Brasil por la recuperación, como motores para sostener el debilitado crecimiento de la economía nacional.

En este sentido, Economía & Regiones planteó que este año, ni el consumo ni la inversión registrarán tasas de crecimiento elevadas, que permitan un “salto” de la demanda agregada, necesario para generar puestos de trabajo y evitar que aumente el desempleo.

Entre los factores por los cuales no prevé que el consumo privado despegue en 2013, la consultora explicó que el mismo depende del ingreso disponible de las familias, del crédito y de la tasa de interés.

Al respecto proyectó que, en el mercado laboral, la demanda crecería menos que la oferta de trabajo, por lo que la tasa de desempleo subiría suavemente. Asimismo, sostuvo que el exceso de oferta podría generar que los sueldos aumenten menos que la inflación, “forjando un deterioro del salario en términos reales”.

A su vez, consideró que la suba de impuestos y de tarifas sería “otro elemento que le pondría un techo a la expansión del ingreso disponible y del consumo privado”. Además, estimó que en 2013 el crédito hacia el sector privado tampoco contribuiría a que la tasa de crecimiento del consumo privado ganara dinamismo.

“Se espera una mayor injerencia del sector público como tomador de crédito bancario, lo cual desplazaría en parte al sector privado y aumentaría moderadamente la tasa de interés”.

U$S 9.500 millones

gastó el país para importar energía en 2012

lo que se llevó tres cuartas partes del superávit comercial del pasado año.

¿Estacional?

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El dólar “bleu” cotizó ayer en la city porteña a $ 7,36 y alcanzó una brecha de 48 % con el dólar “oficial”. La suba es por la presión turística según dijo días atrás la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont. En los destinos turísticos nacionales los aumentos de precios también desalentaron la “ocupación total” esperada tanto por los operadores como por el gobierno, y los que pueden viajar prefirieron ante esa alternativa pagar el “paralelo” y “fugar” al exterior.

Menos crédito

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“Hay que recordar que, sin acceso a los mercados voluntarios de deuda, tanto YPF -conducida por Miguel Galuccio- como los gobiernos provinciales, que no tienen al Bcra ni al Anses como fuentes de financiación, deberán recurrir al mercado bancario”, evaluó Economía & Regiones. Eso implica tasas de interés más caras y menor financiamiento a sectores privados que podrían expandir la economía.

Un escenario que inhibe la expansión

En cuanto a la inversión, el informe destacó que en el 2012 cayó fuertemente debido a que el cepo cambiario afectó negativamente a la construcción, principal sustento de esa variable macroeconómica durante los últimos años.

Economía y Regiones enlistó las medidas que desalientan las inversiones: las trabas a las importaciones, la imposibilidad de girar dividendos al exterior, el aumento de la presión tributaria, el cambio permanente de reglas y las confiscaciones al sector público. Estas cuestiones “atentaron contra la inversión en maquinaria y equipo”.

“Ninguno de estos elementos se revertirá en 2013 y lo más probable es que se profundice. Adicionalmente, si se tiene en cuenta que el crédito tampoco podrá estimular la inversión, se concluye que no hay ningún elemento que nos permita proyectar que la tasa de inversión capaz de ampliar la frontera de posibilidades de producción, generar puestos de trabajo y permitir una expansión del PBI similar a la de los años anteriores”, concluyó.

Diferencias desde el diagnóstico

“En muchos países la tasa de inflación cayó junto con la tasa de desempleo, lo que es el mayor logro. En la Argentina, en cambio, el desempleo subió y convive con una pequeña aceleración de la inflación medida por las provincias”.

La reflexión de Jorge Vasconcelos, investigador jefe del Ieral (Fundación Mediterránea) es consistente con la de muchos otros economistas que -salvo desde el oficialismo- reconocen un punto crítico entre la inflación y la generación de trabajo.

La presidenta admitió algunos problemas de empleo este año en su gira por los Estados Unidos, pero el gobierno sigue cerrado a compartir el diagnóstico y generar soluciones de consenso. Nada pasó desde que Cristina dijo que “hay que sentarse a discutir para hablar de inversión, inflación, cosas que tenemos que hablar muy en serio”; fue en la UIA, en diciembre de 2011.

Ayer el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, negó la necesidad de “un acuerdo social”. Lo hizo en medio de los reclamos gremiales de aumentos salariales del 25 % -consistentes con la inflación real- y los pedidos para bajar el mínimo no imponible de Ganancias.

Sin inversiones, la oferta de bienes y servicios no se expande y el crecimiento de la “demanda agregada” se convierte en billetes que alimentan la inflación y debilitan el “modelo”.

Para Moreno, la inversión es un problema de “competitividad” que se resolverá este año cuando el mercado internacional salga de la crisis y sincere sus costos (hasta igualarlos con los argentinos). Para los inversores, en cambio, los problemas son internos. Y políticos.

Mientras tanto, la inflación “recauda” para un modelo con cuentas fiscales en rojo, que afronta el reclamo de gobernadores con recuros flacos en provincias que agregan impuestos y tasas, acrecientan la presión fiscal y desalientan más a los inversores.