Una radiografía de la Cuarta Edad

Una radiografía de la Cuarta Edad

En muchos países cada vez resulta menos excepcional llegar a los cien años y una considerable proporción de quienes nacen ahora tienen posibilidades de alcanzar esa edad. Conozca algunas luces y sombras de las nuevas generaciones de personas centenarias.

 

TEXTO. DANIEL GALILEA. FOTOS. REVISTA NOSOTROS.

Si a finales del siglo XIX, la esperanza de vida de las personas rondaba los cincuenta años de edad, actualmente los niños que nacen en los países más desarrollados podrán llegar a cumplir en muchos casos los cien años. Convertirse en un centenario ya no será algo excepcional sino que pasará a ser una mera rutina.

De hecho, algunos especialistas en geriatría y demografía ya hablan de la “Cuarta Edad” para referirse a esta generación emergente de gente longeva que planteará nuevos desafíos a las estructuras médicas y económicas y sobre la que se debate si podrá disfrutar o no de una mayor calidad de vida.

Un tercio de los niños que nacen actualmente en Gran Bretaña tendrán una esperanza de vida de casi un siglo, según un informe elaborado por el Centro Internacional de Longevidad del Reino Unido (ILC-UK, por sus siglas en inglés), en una tendencia que se considera extrapolable a otros países desarrollados.

Según las estadísticas del informe, titulado “Living Beyond 100” o LB100 (“Viviendo más allá de los 100”) el 33,3 por ciento de los nacidos en 2011 se convertirán en centenarios, una edad a la que sólo llegará el 19,5 por ciento de los nacidos a principios de la década de 1980 y el 12,3 por ciento de los que lo vinieron al mundo a finales de la década de 1950.

De acuerdo al LB100, los centenarios en el Reino Unido, que actualmente suman unas 12.640 personas, podrían llegar al medio millón para el año 2066, y se calcula que una de cada cinco personas que actualmente tienen menos de veinte años de edad tienen la posibilidad de llegar a vivir cien años.

Según Iain MacGowan, director de inversiones de Scottish Widows, la compañía aseguradora que ha encargado el estudio de ILC-UK, “si la gente vive más años lo hará en peores condiciones y todas las etapas vitales se alargarán, por lo que debemos modificar algunos aspectos de nuestro estilo de vida”.

Algunos investigadores opinan que las nuevas generaciones vivirán peor que sus padres porque deberán destinar un elevado porcentaje de sus ingresos a pagar las deudas contraídas y porque aumentarán los costes de la educación universitaria, la duración de las hipotecas para adquirir una vivienda y las contribuciones de los asalariados al sistema de pensiones.

¿MÁS PROBLEMAS ECONÓMICOS?

Además, se prevé que aumente el riesgo de empobrecimiento de “los viejos más viejos” porque los recortes en los estados desarrollados encarecerán el acceso a la salud y otros servicios públicos.

Según ILC-UK, hay evidencias de que las personas que traspasen la marca de los cien, continuarán gozando de una buena salud física durante sus años centenarios y se evitarán muchos trastornos de salud asociados con la edad avanzada, aunque la calidad de vida de los viejos más viejos (85 años y más) se encuentra en riesgo de empobrecimiento.

Los servicios sociales y de salud deberán estar preparados para afrontar la mayor demanda de la población centenaria, según el estudio británico LB100.

Por su parte, el Centro Danés de Investigación en Envejecimiento (DARC, por sus siglas en inglés) ha anunciado que en el siglo XXI muchos de los nacidos en los países desarrollados llegarán a convertirse en centenarios.

Las “vidas muy largas no son el privilegio distante de futuras y aún lejanas generaciones: son el destino probable de mucha gente que vive actualmente en los países desarrollados”, según el profesor Kaare Christensen, que dirigió el estudio del DARC.

Asimismo, según cálculos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, en apenas cinco años la esperanza de vida ha aumentado en Canadá de 73,2 a 79,9 años; en Japón, de 73,3 a 81,9 años, y en Grecia, de 72,3 a 78,2 años, en una tendencia compartida por muchos países. Aunque en este último país la crisis está haciendo estragos y se están modificando de forma muy rápida sus estadísticas positivas.

Según la Oficina de Censos estadounidense, la cantidad de centenarios supera actualmente las 340.000 personas en todo el mundo, con la mayor concentración en Estados Unidos y Japón, y para 2050 ese número aumentará 20 veces más que el porcentaje de la población total, por lo que ese grupo será el que crezca más rápido.

Se prevé que Japón tendrá la mayor cantidad de centenarios para 2050, unos 627.000, y que otros países como Estados Unidos. Italia, Mónaco y Singapur, también tendrán una buena proporción de personas centenarias, sobre todo mujeres.

Los expertos en demografía atribuyen el crecimiento de la población longeva a los progresos médicos y científicos, la vacunación y las mejoras en la alimentación, que han reducido la cantidad de enfermedades, y permiten tratarlas y sobrevivirlas mejor, así como a la influencia de factores genéticos y el estilo de vida de las personas.

CUANDO LA VEJEZ SE VUELVE LENTA

No obstante, la acelerada extensión de nuestra expectativa de existencia en las últimas décadas también ofrece aristas desconcertantes, como el hallazgo de que después de un cierto punto las tasas de muerte, en vez de aumentar, bajan, es decir que más allá de los 90 años el envejecimiento se hace más lento.

Según el biólogo Michael Rose, en 1939 los expertos británicos en estadística, Greenwood e Irwin, ya observaron este fenómeno y años después fue comprobado experimentalmente por los investigadores estadounidenses Jim Carey, de la Universidad de California, y Jim Curtsinger, de la Universidad de Minnesota, quienes determinaron, en poblaciones de moscas, que primero su mortalidad crecía exponencialmente y después se estabilizaba.

Otras sorpresas que depara la nueva generación de centenarios son: su crecimiento se ha multiplicado 60 veces desde comienzos del siglo XX, y un estudio de la Universidad de Dinamarca del Sur sugiere que la longevidad excepcional no siempre conduce a niveles pronunciados de discapacidad.

Asimismo, la enfermedad de Alzheimer es relativamente rara entre quienes llegan al siglo de vida, cuyos cerebros a veces tienen las lesiones de la enfermedad, pero no suelen desarrollarla.

Los centenarios presentan menos riesgo de padecer cáncer que la población general, según revela el estudio realizado por un grupo de investigación de los “Centros de Excelencia de Investigación en Salud y Ciencias de la Vida, y en Actividad Física y Deportiva” de la Universidad Europea de Madrid.

Esta investigación sostiene que la genética de estas personas “es similar a la de los deportistas de élite que practican disciplinas relacionadas con la resistencia física”, protegiéndoles así frente a dolencias de gran mortalidad.

En España, el Hospital Carlos III (HCIII) de Madrid y la Sociedad Española de Médicos Generales y Familia (SEMG) han puesto en marcha el programa RENACE, un registro nacional de centenarios, que coordina a clínicos, epidemiólogos y científicos básicos, bioquímicos y genéticos para investigar la longevidad extrema.

Según su coordinador, el doctor Juan Martínez Hernández, RENACE “permitirá describir el estado de salud de los centenarios y conocer alguno de los factores que favorecen la longevidad, desde aspectos epidemiológicos, como los relacionados con la geografía, el clima, la dieta y los estilos de vida, hasta aspectos genéticos”. Además, “se buscarán las claves para alcanzar esa extrema longevidad con calidad de vida, es decir, cómo prolongar la vida libre de enfermedad”, según Martínez Hernández.

EN SANTA FE

La tendencia hacia un mayor envejecimiento poblacional se registra también en nuestra región. De acuerdo a datos del censo nacional 2010, en la provincia la población de 65 años y más alcanza el 11,8 %, y en el departamento La Capital es de un 10,4 %, menos del 15,7 % de Caseros (que registra el porcentaje máximo), y más que 9 de Julio, con 7,4 %, el mínimo en todo el territorio provincial, tal como publicó este medio en un informe a principios de julio de 2012.

Allí también se apuntaba que, en los mayores de 64 años, a partir del año 1970 sobreviven más mujeres que varones: esta desigualdad se acentúa con el paso del tiempo, y de 89 varones por cada 100 mujeres del año 1970 se llega a 66 varones por cada 100 mujeres en el año 2010.

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la cantidad de centenarios supera actualmente las 340.000 personas en todo el mundo.

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“Si la gente vive más años lo hará en peores condiciones y todas las etapas vitales se alargarán, por lo que debemos modificar algunos aspectos de nuestro estilo de vida”.