En la primera década de la Emancipación

La Asamblea de 1813

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Amenábar. El presbítero santafesino fue el vicepresidente de la Asamblea. Óleo que se conserva en el Museo Histórico Provincial Brig. General Estanislao López. Foto: archivo

Alicia Talski

A partir de 1810 se desarrolló en el Río de la Plata un proceso caracterizado por intentos de organización y quiebres institucionales, agudizado por las diversidades regionales, la actuación de los poderes locales y esbozos graduales de organización de las provincias .Todo ello perturbado por disensiones internas y la lucha contra los españoles, que se extendió hasta la década de 1820.

En ese contexto se inscriben dos hechos de particular significación: la Asamblea de 1813, convocada por el Segundo Triunvirato en octubre de 1812, con los objetivos de Independencia y Constitución; y el combate de San Lorenzo, primera actuación del Regimiento de Granaderos a Caballo creado poco antes por don José de San Martín.

Investida de poder soberano y “en representación de las Provincias Unidas del Río de la Plata”, la Asamblea inaugurada el 31 de enero de 1813 asumirá la soberanía nacional, por primera vez en nombre del pueblo, y no del rey Fernando VII. Por eso encarnará la dirección del gobierno, y durante los primeros meses de 1813 tendrá una autoridad superior a la del propio Triunvirato.

Ideas en tensión

Las provincias o antiguas intendencias representadas en ese cuerpo deliberativo eran Buenos Aires, Córdoba, Catamarca, Jujuy, Entre Ríos, Corrientes, La Rioja, Salta, Mendoza, San Luis, San Juan, Santiago del Estero, Santa Fe y Tucumán. En ese ámbito, las tensiones entre las ideas sanmartinianas y alvearistas y el rechazo expreso a las “Instrucciones” de Artigas signaron el tono político de muchas de las deliberaciones.

Las instrucciones de los diputados de Artigas, y las de los diputados de Charcas y Potosí, propendían a la conformación de un Estado federal, en oposición a quienes sustentaban el centralismo porteño. Artigas- además- había instruido a sus representantes para peticionar la absoluta independencia de España y de la dinastía de los Borbones. Los diputados de Tucumán, en cambio, consideraban prematura la declaración de la independencia, sin antes haberse liberado en el terreno militar de las amenazas externas. Los cordobeses llevaban instrucciones para la conformación de un sistema unitario.

Si bien la asamblea no declaró la independencia ni sancionó una constitución, sus acciones fueron decisivas en el proceso de soberanía y en cuestiones sociales vinculadas a la opresión y desigualdad social.

Por ley del 8 de marzo de 1813 se proclamó soberana y declaró que los diputados representaban colectivamente a la Nación.

Inicialmente para evitar presencias contrarias a los principios revolucionarios, se fijó un término para que los europeos residentes en la ciudad obtuvieran carta de ciudadanía. De lo contrario perderían sus cargos civiles, militares o eclesiásticos; un decreto aclaratorio posterior vinculaba dicha exigencia sólo con los españoles, no requiriendo la ciudadanía al resto de los extranjeros. Por decreto del 3 de abril se exigió dicha ciudadanía a los escribanos españoles para pudieran seguir ejerciendo su profesión.

Sello, fiesta cívica e himno

La Asamblea adoptó un sello muy similar al del actual diseño del escudo nacional. El 5 de mayo se declaró que el 25 debería ser fiesta cívica, y el 11 de mayo se impuso por decreto el Himno Nacional compuesto por Vicente López y Planes.

Del mismo modo fue dispuesta la acuñación de moneda a través de los decretos del 13 de abril y del 28 de junio. En las monedas de plata, el escudo nacional aparecía rodeado de las palabras “Provincias Unidas del Río de La plata” en una de sus caras; y en la otra mostraba un sol contorneado por la siguiente inscripción: “En unión y libertad”. A su vez, las de oro exhibían similares características, pero añadían al pie de la pica y debajo de las manos, trofeos militares.

Se tendió a organizar la Justicia mediante el Reglamento de Administración de Justicia, con diferentes instancias. Se reorganizó el Ejército , y el 4 de junio de 1813 se declaró la Independencia de toda autoridad eclesiástica extranjera.

Sobre la dignidad humana

No se decretó la abolición de la esclavitud pero la libertad de vientres constituyó un avance puntual y conceptual.

Se estableció que todos los nacidos y que nacieran luego de establecida la Asamblea serían libres, decretando entonces la libertad de vientres. Los hijos de esclavas serían libres desde su concepción. Con respecto a la disposición que establecía que todos los esclavos que ingresaran en el territorio nacional adquirían la libertad, hubo un cuestionamiento por parte de Brasil, lo que finalmente llevó a rever esa decisión y disponer que, en tales casos, los esclavos serían devueltos a sus amos.

El 23 de marzo se decretó la supresión del Tribunal de la Inquisición, y el 21 de mayo de 1813 se extinguieron los títulos de nobleza, suprimiéndose los tormentos y azotes.

Con respecto a la población aborigen, a sus integrantes se los declaró libres e iguales en derechos. Esta era la letra , aunque no siempre fue respetada en el campo de los hechos.

El Directorio y el fin de la Asamblea

El 22 de enero de 1814 la Asamblea creó un Poder Ejecutivo unipersonal denominado Directorio, designándose para esa función a Gervasio Antonio de Posadas, quien gobernó hasta enero de 1815. Tras su renuncia asumió Carlos de Alvear, quien gobernó tres meses. Sus excesos y su extremado centralismo originaron la sublevación de Fontezuelas, al mando de Álvarez Thomas, quien comandaba una expedición contra Artigas. El 15 de abril de 1815, y luego de la renuncia de Alvear, la Asamblea fue disuelta. Además de los conflictos del propio poder directorial ya se había iniciado el tiempo de los enfrentamientos entre el Litoral y Buenos Aires, parte de la misma historia pero con otra secuencia singular.