lucio guberman

“La discusión sobre la seguridad es desaforada”

El director del posgrado en Comunicación Política de la UNR opinó que el tema va a ser eje de las campañas políticas de este año. “No es fácil ni para el kirchnerismo ni para el socialismo involucrarse en temas como la violencia narco, porque hasta hace poco tiempo, cuando la discusión era casi teórica, ambos sectores coincidían”, remarcó.

“La discusión sobre la seguridad es desaforada”

“La escasa paciencia que tiene la sociedad sobre este tema va a terminar por deslegitimarlos muy pronto a ambos sectores, tanto al kirchnerismo como al socialismo. Hay poca paciencia para la discusión porque los hechos son reales y suceden todo el tiempo”, consideró Guberman. Foto: Pablo Aguirre

 

Germán de los Santos

[email protected]

La violencia que surge a borbotones de la pelea territorial de bandas narco en varios sectores de Rosario puso a este problema como eje de la agenda política en un año que estará marcado por un clima electoral. Lucio Guberman, politólogo y director del posgrado en Comunicación Política de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) interpretó que son desacertadas tanto las posturas del gobierno provincial, que trata de “no hacerse cargo plenamente” del problema, como desde la oposición, que lanza acusaciones “demasiado gruesas” contra el oficialismo. “La idea del peronismo de imponer eslóganes, como el de narcosocialismo o narcópolis, resultan exagerados y hasta llegan a ser ficticios. Exagerar aporta una idea riesgosa”, apuntó el docente de la UNR.

En diálogo con El Litoral, el docente oriundo de la capital provincial, consideró que “es un riesgo abordar este tema en una campaña electoral como se está haciendo”. “No es fácil ni para el kirchnerismo ni para el socialismo involucrarse en temas como la violencia narco, porque hasta hace poco tiempo, cuando la discusión era casi teórica, ambos sectores coincidían. Y esto quedó claro con la rúbrica del Acuerdo de Seguridad Democrática. Es decir, tanto uno como otro tienen una visión parecida del tema, aunque haya matices en el medio cuando arranca la campaña”. Y ocurre, según el politólogo, que “a estas dos expresiones políticas, englobadas en lo que se podría llamar el progresismo, les cuesta hacer pie en este problema. Toda la dirigencia política tiene baja credibilidad cuando hablan de la lucha contra la droga y el narcotráfico. Porque no aparecen soluciones puntuales en un horizonte cercano”.

“Hoy, no hay un Álvaro Uribe (ex presidente colombiano) en la política. Mauricio Macri está más cerca de ese perfil pero no por su posición política sino por la interpelación de ciertos sectores sociales. No resulta creíble asumiendo posiciones de la derecha más tradicional. Y en la provincia, Miguel del Sel no tiene espesor en su forma de reflexión política para articular un discurso de ese tipo. La gente lo puede buscar y reconocer en ese espacio porque existe un vacío que quedó vacante tras la decisión de Carlos Reutemann de correrse del eje político”, sostuvo.

Efecto contrario

“La escasa paciencia que tiene la sociedad sobre este tema va a terminar por deslegitimarlos muy pronto a ambos sectores, tanto al kirchnerismo como al socialismo. Hay poca paciencia para la discusión porque los hechos son reales y suceden todo el tiempo”, consideró Guberman, quien recordó que un analista francés Jean Paul Fitousi publicó un artículo sobre Jean Marie Le Pen, el histórico candidato de la derecha francesa, en el que criticaba a la izquierda por dejar el debate central del problema de la inmigración en manos de ese sector. “Decía que la izquierda planteaba como única alternativa y con cierta soberbia que la solución a los problemas de la inmigración era la integración de los extranjeros, pero los inmigrantes se integraban en los barrios de los trabajadores, donde no vivían los dirigentes socialistas”, opinó el director del posgrado en Comunicación Política.

“Y acá hay algo de eso. La inseguridad afecta mucho más a los pobres que a la clase media. Al tipo que le roban la bicicleta le arruinan la vida porque notiene cómo ir a trabajar. Esa frase: ‘Lo mataron por una bicicleta’ no es real. En realidad, al tipo lo matan porque se resiste a que le roben la bicicleta. El tema afecta con más intensidad de abajo hacia arriba de la sociedad. A toda la dirigencia política le costó ver eso. Y ahora la discusión es totalmente desaforada”, señaló.

“Otra cosa que hay que discutir es lo que el peronismo llama con cierta exageración como el abandono del Estado de los barrios. No hay que discutir si hubo más o menos presencia que en otros lados. Lo que hay que debatir es si las intervenciones fueron suficientes y tuvieron éxito. El narcotráfico se cuela por ahí porque le es más fácil, nada más. Se han criado muchos rosarinos por fuera de la lógica inclusiva del socialismo. Hay que revisar hasta dónde la intervención estatal no terminó maquillando lo que estaba ocurriendo por debajo. Pero también me parece que es injusto echarle la culpa al gobierno municipal. La gestión de Bonfatti no puede hacer política pública con el planteo que tiene hoy de decir que el problema viene de afuera. El problema es más complicado de lo que parece. Y el Estado demora para todo, y en esto el costo va a ser muy alto”.

Guberman interpretó que existe una contradicción en la acusación que hace la oposición al gobierno de Bonfatti. “O lo acusa de narcosocialismo, que es exagerado, o de incapacidad de conducir a la policía. Pero los dos conceptos juntos son contradictorios. El peronismo, entusiasmado en que el socialismo tiene problemas, denunció con la brocha gorda. Lo de narcópolis parece de historieta, e irreal. Es difícil meter en el mismo lugar a la narcópolis del PJ y a la Rosario de alta complejidad médica y a la ciudad universitaria. En Nueva York, hubo problemas más serios que acá con el tema de la inseguridad. Apareció en la campaña el corazón de ‘I love NY’ mordido. Era sólo un pedacito. No podían ir en contra del orgullo del neoyorquino. Muchas veces por poner un rótulo exagerado nadie termina de creerlo”, señaló el analista.

B.jpg

“La inseguridad afecta mucho más a los pobres que a la clase media. Al tipo que le roban la bicicleta le arruinan la vida porque no tiene cómo ir a trabajar”.

Foto: Archivo El Litoral

Spot que quedó viejo

Guberman fue uno de los primeros consultores políticos que empezó a ver que el tema de la inseguridad se iba a empezar a colar en la agenda política. Y un candidato debía absorber esa demanda, pero desde una visión distinta. En 2009 participó en el armado de la estrategia del concejal Diego Giuliano, quien salió a la escena proselitista con un eslogan que sacudió el terreno político en ese momento: “La Guardia Urbana Municipal (GUM) a las comisarías y la policía a la calle”.

“Yo le dije a Giuliano en aquel momento que tenía dos noticias para darle. Una mala y otra buena. La primera era que debía asumirse como un candidato de la derecha peronista. Y la segunda era que había mucha gente dispuesta a votarlo”, recordó Guberman.

Después, en 2010 trabajó para la campaña de Omar Perotti, quien peleó en la interna con Agustín Rossi y Rafael Bielsa. “Hice el spot publicitario del ex intendente de Rafaela tirando con el brazo una parva de cocaína de una mesa, porque en ese momento significaba poner el tema arriba del tapete desde un costado diferente al concepto macro de inseguridad. Y era un tema que tenía impacto en Rosario donde gran parte del electorado desconocía a Perotti. Pero ahora el tema de la violencia narco y los problemas con las adicciones no son cosas nuevas y no se pueden borrar de un plumazo como quería mostrar ese spot de campaña. Hoy nadie creería en esa publicidad. Es un problema muy instalado en la trama social santafesina. Esa campaña que en el 2011 estaba demasiado adelantada hoy quedó vieja y es imposible de reponer esa idea”.