No se detiene la ola de violencia

Rosario, dos crímenes a plena luz del día

Asesinaron de un tiro en la cabeza en Corrientes y Pellegrini a un barrabrava de Newell’s. El año pasado fue quien generó la saga sangrienta que terminó en el triple crimen de Villa Moreno. Un policía fue ultimado de cuatro balazos en un confuso hecho.

 

Corresponsalía Rosario

Cerca de las 18.30, la esquina de Corrientes y Pellegrini, en pleno centro de Rosario, se transformó en el escenario de un crimen mafioso, que generó pánico entre los vecinos, por las características cruentas de un hecho que se suma a la intensa escalada de violencia que dejó en enero más de una veintena de muertos.

Maximiliano Rodríguez, conocido como “Quemadito” o “El Hijo del Quemado” su padre Sergio está preso desde enero del año pasado y procesado por el triple crimen de Villa Moreno fue asesinado en la vereda donde se encuentra una sucursal del banco Macro de un disparo en la cabeza mientras caminaba con muletas acompañado de su novia, una joven que fue testigo de la mayoría de los ataques que en los últimos dos años tuvieron como blanco al joven hincha de Newell’s.

A pocas cuadras de allí, en 3 de Febrero y San Martín, un policía que hacía trabajos adicionales de custodia a negocios de la zona fue acribillado de 8 balazos en un confuso intento de asalto a una clínica.

Disparos con aviso

Maximiliano Rodríguez salió de la cárcel a fines de diciembre, luego de que la Cámara Penal cambiara la carátula del expediente, como había pedido el abogado defensor Carlos Varela, y atenuara la imputación de intento de homicidio a lesiones graves contra Facundo Osuna.

“El Quemadito” estuvo preso doce meses en Piñero, por la saga que se desató en las horas previas al triple crimen. Rodríguez estuvo imputado de disparar, junto con otros dos cómplices, contra Osuna en Dorrego al 400, en Villa Moreno, mientras un patrullero estaba apostado en la esquina. El atentado contra Osuna, de 17 años, derivó en que el “Hijo del Quemado” fuera blanco de un ataque unos días después, cuando se trasladaba en su auto BMW junto con su novia, la misma que lo vio morir ayer.

Maximiliano salvó su vida de milagro y fue trasladado al Heca, donde uno de los oficiales de guardia no lo registró de manera intencionada. A la mañana del primer día del año 2012, Adrián Rodríguez, Jeremías Trasante y Claudio Suárez, ya habían muerto acribillados por una ráfaga de ametralladora que empuñó en una canchita de fútbol del barrio Sergio Rodríguez, “El Quemado”, quien está preso en el penal de Piñero.

En la causa, están procesados el comisario inspector Eduardo Ismael Carrillo, el suboficial Norberto Claudino Centurión y el agente Lisandro Jesús Martín.

Tras salir en libertad, beneficiado por la decisión de la Justicia, Maximiliano Rodríguez recibió hace diez días una advertencia de lo que le podría pasar. Fue baleado en una pierna en la puerta de la casa de su novia en Coronel Arnold al 3200. Y ayer a la tarde, en la vereda del banco Macro, en Corrientes y Pellegrini, fue asesinado de un balazo en la cabeza.

Según la investigación, “El Quemadito” vio que en la vereda de enfrente había un joven en moto, en actitud sospechosa. Pero cuando intentó reaccionar apareció un hombre a sus espaldas y le descerrajó un disparo en la cabeza con una pistola 9 milímetros. Los sicarios huyeron en dos motos, mientras la novia del asesinado gritaba despavorida.

Policía asesinado

A pocas cuadras de donde ocurrió el crimen de Maximiliano Rodríguez, en 3 de Febrero y San Martín, un policía que hacía trabajos de custodia fue ultimado de cuatro balazos, en un sospechoso intento de asalto a una clínica oftalmológica.

Con el correr de las horas, la pesquisa viró hacia a un hecho relacionado con un problema entre el profesional atacado y al menos uno de los dos detenidos por el crimen, que cayeron minutos después del hecho en la zona sur.

El agente asesinado, que desde hace casi dos años estaba en disponibilidad, recibió múltiples impactos en el pecho y falleció mientras era atendido en el sanatorio Rosendo García, donde fue llevado de urgencia por un médico que pasaba por la escena del asesinato.

Según señala el diario El Ciudadano, minutos antes de las 18 de ayer, un hombre ingresó a una clínica oftalmológica de 3 de Febrero al 1000. Allí se abalanzó sobre uno de los profesionales que atiende en el lugar, con quien se trenzó en lucha. La pelea duró pocos segundos y cuando el recién llegado iba a ser reducido por otras personas de la clínica optó por darse a la fuga.

Los últimos instantes de la pelea fueron vistos por el agente Carlos Alberto Dolce, un policía que estaba en disponibilidad y hacía tareas de vigilancia en la cuadra desde hace casi un año. En la calle, ambos se trabaron en lucha, hasta que hizo su aparición un segundo hombre, quien con un arma de fuego ejecutó a quemarropa a Dolce, quien recibió al menos cuatro impactos de bala en el pecho.

El policía cayó al piso agonizante, mientras que sus atacantes huyeron en un auto.

El escape del rodado fue visto por vecinos que aportaron los datos de la patente al personal policial. Numerosas patrullas, ante el ataque a un integrante de las fuerzas del orden, llegaron al lugar y desde allí comenzaron a peinar cuanto lugar fuese posible para intentar dar con los autores del ataque.

Personal policial de distintas reparticiones se abocó a la búsqueda de los atacantes, que habían escapado en un Chevrolet Corsa negro. El desesperado intento por evadir una inminente persecución terminó con el auto chocado en inmediaciones de Ayacucho y Ocampo, donde fue atrapado uno de los sindicados autores del crimen de Dolce. Su presunto cómplice, en tanto, fue detenido en inmediaciones de 27 de Febrero y Ayacucho. Ambos, de 23 y 25 años, cuyos datos no fueron aportados.