“Fedra en karaoke”

Sobre la persistencia de la memoria

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El talento del actor Juan Kohner, en una propuesta muy bien dirigida por Valeria Folini destinada al puro entretenimiento. Los espectadores más desprejuiciados se atreven... y entonan canciones. Reina la “buena onda”. Foto: Gentileza producción

 

Roberto Schneider

Todo espectador más o menos asiduo al teatro que alguna vez se haya encontrado con un único actor que en escena tiene la responsabilidad de entretener, conmover, contar una historia y viajar a una dimensión imaginaria habrá notado las dificultades que tiene ese trabajo en soledad. La primera impresión, dicen, es la que cuenta, y cuando el espectador, cómodo en su butaca, ve salir a escena a ese individuo solo -y sabe que así será a lo largo de toda la representación-, lo primero que siente es empatía. Esa simpatía hacia el otro, que por espacio de algo más de una hora tratará por todos sus medios de hacerle ver creíble algo que sabe que no lo es, es una de las bases del unipersonal. Es un género difícil, más allá de soliloquios. Porque se puede llenar el espacio con escenografía y elenco, pero si lo que falta en escena es talento...

En “Fedra en karaoke” -espectáculo presentado en el Patio de los Potus del Teatro Municipal-, el talento está. Por varios motivos. Se trata de un espectáculo basado en el mito de Fedra, recogido por Eurípides en su obra “Hipólito”. Antes del estreno, sus autores -Valeria Folini y Juan Kohner, integrantes inteligentes de Grupo de Teatro del Bardo- sostuvieron que en su propuesta el espectador se ve inmerso en una fiesta karaoke, de la que es parte activa y fundamental. Será invitado por Fedra a una fiesta temática en la que la anfitriona dispone de todos los elementos necesarios para que sus invitados canten sus temas preferidos y beban algún trago, mientras ella espera.

En esta libérrima y disparatada versión Fedra ya ha deseado a su hijastro Hipólito, éste ya la ha rechazado, ella ya se ha suicidado, dejándole una nota a su esposo Teseo, acusando a su propio hijo de ser la causa de la muerte de su esposa, debido a un ultraje por él proferido. Teseo ya ha maldecido a su hijo, utilizando unos favores que Poseidón le había prometido, y además, lo ha desterrado. Pero Hipólito no ha sido inmolado por las furias del dios del mar, y solo y desterrado, cuenta por los bares su historia, la de su familia, para tratar de comprender.

Esta versión de “Fedra...” encuentra en su actor protagonista el soporte esencial para el logro de un espectáculo sin fisuras. Con su enorme capacidad expresiva en todos los registros, Juan Kohner despliega su talento en la recreación de esa mujer que a las tribulaciones propias del mero existir opone un talante heroico. También en la de los roles de los dos hombres, tan metidos en su historia. Fedra recurre a los modestos rituales cotidianos -como sacarse la pintura de labios de los dientes, acomodarse la ropa (inteligente y certero el vestuario de Victoria Esquivel y Laly Mainardi), incurrir en triviales comentarios mundanos al principio- para enfrentar, después, un destino atroz. Mientras todo sucede y el actor interpreta con una voz estupenda diversos y conocidos temas del cancionero de todos los tiempos, sobre todo de amor, los personajes metódicamente disponen en su entorno frágiles objetos a los que se aferran para no desesperar.

Ahí está ese actor cantando y diciendo y trascendiendo, bajo una seducción hipnótica, a sus personajes. Los espectadores no pueden apartar de él la mirada, su presencia se vuelve casi obsesiva, con matices de angustia, de resignación y de humor que él transmite. Varía su registro vocal, con amplia versatilidad, desde la serenidad hasta algún alarido, del grave al agudo, de la parodia a la vibración lírica. Kohner revela sutilmente, por debajo de la aparente sumisión al destino, la veta de oculta rebeldía que carcome a Fedra. La puesta en escena de Folini es precisa y sugestiva, a partir de significativos detalles de luz y de sonido, de Matías Maín. Sobre el final, la sensación de soledad infinita tras la hora de entretenimiento puro se instala y aparecen imágenes de ensoñación para que el pasado o la persistencia de la memoria se instalen sobre la escena.

Teatro de humor

Rodrigo Barba, Fernando Belletti e Ignacio Grünbaum regresan hoy al Patio de los Potus del Teatro Municipal (San Martín 2020) para presentar “Notinforma”. En la continuidad del ciclo de Teatro de Humor, desde las 21.30 el trío cómico Difícil que el Chancho Chifle pondrá en escena esta obra en la que realizan una multimedial parodia de un noticiero televisivo.

Vale destacar que la función no se suspende por lluvia ya que en ese caso se traslada a la Sala Marechal y que durante toda la noche el Bar del Teatro ofrecerá en el Patio de los Potus una propuesta gastronómica especialmente pensada para que los espectadores puedan disfrutar del show.

El ciclo continuará el sábado a las 21.30 en el Patio de los Potus cuando Teatro del Bardo vuelva a presentar el unipersonal “Fedra en Karaoke”.