llegan cartas

Doctor: ¿Por qué me falta el respeto?

Orlando Agustín Gauna Bracamonte

D.N.I. Nº 6.255.319

Señores Directores del Diario El Litoral: Si voy a pedir turno a un hospital público, me lo dan vaya a saber Dios para cuándo.

Si voy a pedir turno a un Sanatorio o consultorio privado, depende: si es particular, pagando la consulta, la atención es inmediata, si es por obra social, todo está supeditado a la “calidad” de la misma. Si es por el PAMI, el turno puede ser para dentro de varios meses. Y en la mayoría de los casos, además de la orden de la obra social, exigen el pago de un adicional ilegal, conocido como “plus”.

Una vez conseguido el turno, la orden de la obra social y el dinero para el pago del plus, acudo puntualmente a la cita acordada. Pero no menos de treinta minutos después, recién llega el médico. Saluda a su secretaria, hace una llamada telefónica, luego atiende su celular y finalmente empieza a atender a los pacientes que, impacientes, aguardamos ser atendidos.

Al fin, llega mi turno, pero en ese preciso instante, se me adelanta un visitador médico, al que el facultativo le da prioridad de atención. Tras interminables minutos de charla y luego de una efusiva y prolongada despedida, se retira el visitador médico y se me invita a ingresar al consultorio.

Yo, que gozaba de una salud casi perfecta y que sólo había acudido a un control de rutina debido a mi avanzada edad, tengo la presión arterial por las nubes y mi corazón late alocado como el de un potro en la doma de Jesús María.

Entonces, el médico sabiamente me prescribe una medicación diaria para la presión, me recomienda un electrocardiograma urgente y me pide que evite situaciones estresantes, como la que él mismo me ha provocado con su irrespetuosa impuntualidad y el ilegal cobro del “plus”.

Doctor: Ud. es un transgresor y perjuro del juramento hipocrático. Ud. es un innombrable

Como en toda regla, también hay excepciones. Médicos que atienen pacientemente a sus pacientes, a los que sólo les exigen que cumplan con el tratamiento recomendado. Médicos de la talla de los doctores Paira, Ortiz y demás facultativos de la Sala de Reumatología del Hospital J. M. Cullen, que cumplen fielmente el juramento hipocrático.

Pero usted no.

Usted me enferma con su irrespetuosa impuntualidad. Ud. me estafa cobrándome “plus”.

Ahora usted, innombrable doctor, y el Colegio de Médicos tienen la palabra. Explíquenme el por qué de la reiterada impuntualidad y el ilegal cobro del “plus”.