Mañana dará su discurso anual sobre el Estado de la Unión

Obama ratificará prioridad sobre empleo, la reforma migratoria y el control de las armas

El presidente de EEUU pondrá en primer lugar a la educación. También planteará una agenda que haga al país menos dependiente del petróleo extranjero.

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Barack Obama y su esposa Michelle durante el desayuno de la Oración en Washington la semana pasada. Foto: EFE

 

Miriam Burgués - EFE

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EFE

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, presentará este martes en su discurso anual sobre el Estado de la Unión su agenda más ambiciosa y progresista hasta la fecha, centrada en crear empleos y en lograr la reforma migratoria, un mayor control de las armas y medidas contra el cambio climático.

Su discurso en la ceremonia de su segunda investidura presidencial fue “el último de su campaña por la reelección” y el de este martes será realmente “el primero” de su nuevo mandato, opina William Galston, analista del centro de estudios Brookings y que fue asesor del expresidente Bill Clinton.

La reactivación de la economía y la creación de empleos se espera que sean el eje del discurso que Obama pronunciará ante el Congreso.

“Voy a hablar de asegurarnos de que estamos enfocados en la creación de empleo en Estados Unidos”, adelantó Obama el pasado jueves en Leesburg (Virginia) en una reunión de congresistas demócratas.

Eso significa dar prioridad a la educación para que “todos los jóvenes estén equipados con las habilidades que necesitan para competir”, así como tener “una agenda energética que nos haga menos dependientes del petróleo extranjero” con el desarrollo de las energías limpias, agregó.

“Quiero hacer algo grande para dar seguridad y estabilidad a la economía y a las familias estadounidenses”, destacó el presidente.

Es probable que en este discurso regresen “a un primer plano“ políticas relacionadas con el cambio climático, la inmigración y los derechos civiles, en particular de los homosexuales, que fueron “marginadas” en anteriores intervenciones de Obama, considera Coates.

En su discurso de investidura, el pasado 21 de enero, Obama pidió a sus compatriotas unidad y acción para avanzar en asuntos como la inmigración, el control de las armas y el cambio climático.

Además, fue el primer presidente estadounidense en usar la palabra “gay” en un discurso de investidura, al defender que los homosexuales sean tratados como cualquier otra persona por la ley.

El crecimiento económico tras la grave crisis de 2008 “es una prioridad”, dijo la semana pasada Obama, quien además subrayó que la reforma migratoria “es crucial”, al igual que “no rehuir” la adopción de medidas “de sentido común” para un mayor control de las armas en el país.

Aunque las cuestiones nacionales dominarán en su intervención, Obama aprovechará también la oportunidad para marcar sus prioridades en política exterior, después de haber prometido en su investidura “coraje” para resolver mediante la diplomacia las diferencias con otros países.

Con el conflicto sirio a punto de cumplir dos años, recientemente se conoció que Obama rechazó en 2012 un plan para armar a la oposición apoyado entre otros por Hillary Clinton, su exsecretaria de Estado, y el saliente jefe del Pentágono, Leon Panetta.

Las tensiones con Irán por su programa nuclear siguen abiertas, con llamados a la negociación de ambas partes pero pocos avances hasta ahora, mientras la Casa Blanca ha anunciado que Obama hará su primera visita a Israel y los territorios palestinos desde que es presidente en primavera.

Latinoamérica fue la gran olvidada del discurso de Obama el año pasado.

Según un análisis de The Washington Post, el de este martes puede ser el discurso sobre el Estado de la Unión más importante para Obama, porque ya no está condicionado por el legado del Gobierno anterior, el del republicano George W. Bush, ni por la proximidad de unas elecciones.

Si Obama suaviza el tono “batallador” del día de su investidura y ofrece “un verdadero diálogo” con la oposición, su discurso de este martes podría marcar el inicio de un segundo mandato “exitoso”, vaticinó Galston.

Para el profesor Coates, el mayor fracaso en política interna de Obama ha sido no poner en marcha programas de lucha contra la pobreza y no aludir nunca en el Estado de la Unión a la “magnitud“ de ese problema, algo que espera que ahora cambie.

Marco Rubio ¿la salvación hispana del Partido Republicano?

Silvia Ayuso - DPA

Es joven, bien parecido, mediático y, pese a no llevar ni tres años en Washington, Marco Rubio ya se codea sin complejos con los senadores y congresistas más veteranos del Capitolio.

Únase a ello su origen hispano, sin que por ello desluzcan sus indudables raíces conservadoras -fue y sigue siendo uno de los favoritos del ultraconservador Tea Party- y el cóctel que ofrece el senador de origen cubano Marco Rubio se presenta como la mezcla perfecta para reflotar el Partido Republicano de Estados Unidos.

Por el momento, la formación conservadora ya ha logrado con Rubio un buen golpe mediático: el anuncio de que el senador por Florida dará la réplica republicana al discurso sobre el estado de la nación -el principal del año- que pronunciará el presidente, Barack Obama, este martes, hizo titulares de inmediato. La revista “Time” llevó incluso a Rubio a su portada como el “Salvador Republicano”.

Y es que dentro de las reglas del juego de Washington, recibir este encargo es una clara señal de que el partido tiene una gran confianza en tu persona y, sobre todo, en tu futuro político, con la vista puesta por lo general, ni más ni menos, que en la Casa Blanca.

Que se lo digan si no al congresista Paul Ryan, encargado de este discurso en 2011 y, un año después, candidato a la vicepresidencia de la fracasada fórmula republicana encabezada por Mitt Romney.

Rubio, que ya está acostumbrado a altas expectativas, se apresuró a rebajar el tono: “Solo hay un salvador y no soy yo.#Jesus”, tuiteó nada más conocer la portada de la influyente revista.

Con todo, pese a su breve carrera en la primera división de la política, su nombre ya suena en muchas quinielas presidenciales.

El año pasado, no hubo aspirante a candidato presidencial republicano serio que no lo cortejara e incluso se llegó a apostar firmemente por que fuera elegido como compañero de fórmula del finalista. No fue así en parte porque él mismo no quiso, lo cual no ha acallado los rumores acerca de que podría tener la mira en la propia candidatura presidencial de 2016.

Al fin y al cabo, ¿qué mejor que ofrecer la perspectiva del primer presidente hispano tras lograr los demócratas el hito de poner al primer afroamericano en la Casa Blanca?

Y ahí está según muchos analistas buena parte de la clave del éxito de Rubio, más allá de sus méritos personales.

“Los líderes del Partido Republicano saben que tienen un problema demográfico. Esperan que Rubio pueda ayudarles a proporcionar la solución, que es el motivo de que lo hayan elegido para dar la respuesta al discurso de Obama, en inglés y en español”, señalaba “Time” en su artículo central sobre el joven senador, de 41 años.

Porque este “problema demográfico” habla español. Se trata de la cada vez más poderosa -demográfica y por tanto electoralmente- comunidad hispana, ya la primera minoría del país y, con su imparable crecimiento, con un voto que no hará más que incrementarse.

Ya en las elecciones de noviembre, el apoyo hispano a Obama (se hizo con el 71 por ciento del voto latino) fue decisivo para que el demócrata se asegurara otros cuatro años en la Casa Blanca.

Si en vez del 27 por ciento de voto hispano que logró, Romney hubiera llegado al 40 por ciento que consiguió en su momento el último republicano en la Casa Blanca, George W. Bush, el candidato republicano de 2012 “podría ser hoy presidente”, afirma “Time”.

Algo que el Partido Republicano no ha tardado en ver y hasta reconocer. Y ahí vuelve a entrar Rubio en la ecuación. Porque rápidamente se ha convertido en la figura más visible del equipo republicano que, junto con senadores demócratas, acaba de iniciar un proyecto para la reforma migratoria tan demandada por la comunidad.

Un plus más: su juventud.

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