Gigliotti hizo zafar a Colón con su avivada

El penal, un truco del mago Emmanuel

El penal, un truco del mago Emmanuel

Gigliotti, el Señor Gol. Cierran sus números Emmanuel Gigliotti, el delantero que buscó Colón en el semestre pasado para hacer olvidar a Fuertes, se está pagando solo en Santa Fe. Fue el autor de los últimos cinco goles de Colón en el fútbol argentino y lleva ocho gritos de los últimos doce que marcó el equipo de Sensini.

Foto: Amancio Alem

El equipo de Sensini perdía 1 a 0 y no convencía a nadie en el Cementerio. Hasta que Vigliano compró el chapuzón del goleador y todo cambió.

 

Darío Pignata

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Por más que mejoró un poco, a Colón no lo salvó el cambio de esquema del entretiempo. Es más, San Juan lo tuvo dos veces seguidas al 2-0 cuando en el arranque del complemento lo pelotearon en el arco de la J. J. Paso. Pero una de las tantas corridas de Curuchet tenía que traer buenas noticias: se le quedó atrás la pelota al punterito —a veces, el “7” hasta es más rápido que la propia velocidad del balón—, lo habilitó igualmente a Gigliotti y el goleador le robó el traje a Pablo Lampone para reeditar un capítulo inolvidable de “Los Simuladores”. El que compró la serie fue Mauro Vigliano y sancionó penal. El mismo Gigliotti lo canjeó por un gol más, dejando en claro el acierto de Lerche más Batistuta cuando lo buscaron para no sentir tanto la ausencia de Fuertes.

Antes y después del 1 a 1 hubo un partido que Colón sufrió más de lo que jugó. Hace años, Menotti y Bilardo se “mataban” en el fútbol argentino discutiendo —respectivamente— si la defensa zonal o la línea de tres eran señales de identidad para un equipo.

Estoy convencido que, en la teoría, la intención de Sensini era buscar en el mercado de verano a Romero de líbero para jugar con tres e intentar presionar más arriba. El tema es que no sirve la presión sin técnica.

Y aún apostando a que el tridente del barredor más los dos stoppers hubiera funcionado a la perfección en el fondo, es difícil progresar cuando por las bandas hay dos marcadores de punta adelantados. Dicho sea de paso, más que respetables marcadores de punta en defensa zonal.

“Son cinco defensores, Sensini”, le gritó un plateísta y el reclamo no está desubicado. Puede resultar apresurado por ser una segunda prueba, pero en el fondo es así: tres zagueros y dos laterales.

Aún con intermitencias, no fue casualidad que Colón mejorara con un solo argumento: pararse bien atrás para cambiar las bandas con Moreno (mejorado) y Graciani (empeorado). Llegó el empate por el truco de magia de Emmanuel, el ilusionista que engañó a Vigliano. Pero también llegó al empate porque el equipo mejoró su señal de ajuste.

Esa intención de achicar con tres atrás no va de la mano con el amarretismo de sacar a Curuchet del equipo como lo pensó en la pretemporada. Nadie puede darse el lujo de dejar afuera a uno de los tres jugadores más rápidos de la Argentina, menos Colón.

Ahora bien, armar un circuito de juego para que Curuchet no corra, corra y corra como Tom Hanks en Forrest Gump ya no es culpa del “7”.

Si alguno de los tres anda mal atrás, está Pellegrino. Si a Prediger se le salta la térmica o Bastía anda mal, está Bernardello. Si Gigliotti no juega está Ramírez. Pero si Mugni no aparece, no hay nadie. Entonces, el equipo no tiene rueda de auxilio. Para mi gusto, si sólo se trataba de un cupo para cuidar la economía y no hacer locuras, imaginar un Colón más agresivo para ser protagonista pasaba por sumar un todocampista con juego. Por las bandas o por el centro al lado de Mugni o en lugar de Mugni.

Colón tiene arriba, para lastimar, a un puntero imparable como Curuchet y un goleador respetable como Gigliotti. El tema pasa por saber cómo aprovecharlos, porque el pelotazo por las alturas terminará siendo previsible cuando le encuentren la vuelta.

Sin poner excusas, Sensini dijo que en Lanús “lo mató” la ausencia de Romero y la baja de Pellegrino, por lo que debió armar zona de cuatro cuando en toda la pretemporada había entrenado con el otro sistema: se comió cuatro. Ayer, la línea de tres vivió 45 minutos y se apagó de muerte natural.

Puede ser real —como dice el entrenador— que algunos jugadores de Colón volvieron, en rendimiento, más bajos que en el 2012. Pero a Sensini también le comprenden las generales de la ley. Jugar un rato de una manera y otro rato de otra no parece una buena receta, mucho menos para un equipo que hizo el esfuerzo de mantener la base y que antes hacía bien cosas que en estos 180 minutos hizo mal. Por ejemplo, defender.


 

/// SÍNTESIS

COLÓN 1

SAN MARTÍN (SJ) 1

Colón: Diego Pozo; Gerardo Alcoba, Mauricio Romero, Ronald Raldes; Maximiliano Caire, Adrián Bastía, Iván Moreno y Fabianesi, Bruno Urribarri; Lucas Mugni; Facundo Curuchet y Emmanuel Gigliotti.

DT: Roberto Sensini.

San Martín (SJ): Luis Ardente; Santiago Hoyos, Damián Ledesma, Lucas Landa; Facundo Affranchino, Andrés Alderete, Francisco Alarcón, Emmanuel Mas; Jorge Luna; Diego García y Humberto Osorio.

DT: Gabriel Perrone.

Goles: en el primer tiempo, a los 7 minutos, Luna (S). En el segundo tiempo, a los 13 minutos, Gigliotti (C), de penal.

Cambios: en el segundo tiempo, desde la reanudación, Gabriel Graciani (C) por Raldes; a los 20, Claudio Riaño (S) por Botello; a los 25, Marcelo Melli (C) por Mugni; a los 32, Leandro Velázquez (S) por García; a los 36, Damián Canuto (S) por Alarcón y, a los 39, Rubén Ramírez (C) por Bastía.

Árbitro: Mauro Vigliano.

Cancha: Colón.

El penal, un truco del mago Emmanuel

Nada por aquí... ¿Quién lo tocó? Tanto Santiago Hoyos como el arquero Ardente levantan las manos con Gigliotti nadando en la pileta. Es la típica señal de “no lo tocamos”, pero ya Mauro Vigliano había sancionado la pena máxima. Incluso, en la protesta posterior con el tumulto, amonestó al propio Santiago Hoyos.

Foto: Amancio Alem

El penal, un truco del mago Emmanuel

... Todo por allá Abracadabra y gol El mago Emmanuel completa el mejor de sus trucos en Colón y de la galera saca el gol del empate con un fuerte derechazo. Lo gritó con todo Gigliotti y después se disculpó con el mismo arquero Ardente, que adivinó la esquina pero no evitó el 1 a 1.

Foto: Manuel Fabatía

 

/// bajo la lupa

POZO (5): le tapó sendas situaciones a Luna y Osorio. Algunos, directamente, lo insultan por cualquier cosa, porque fue un golazo con todas las letras el de Luna por más que no se tiró.

RALDES (4): una cosa es ser o parecer “duro” después de una pretemporada; otra cosa es mostrarse lento. Era obvio que se iba a quedar en los vestuarios.

ALCOBA (5): es de esos jugadores que, con actitud, siempre reemplaza cualquier falencia técnica o táctica. Metió un montón en cada mano a mano y zafó.

ROMERO (5): se nota que es livianito y rápido, sabe cómo pararse en el fondo para ordenar. Siempre le pidió la pelota a Pozo por abajo para salir jugando.

CAIRE (4): no se acomodó con ninguno de los dos sistemas. Volvió a verse ese jugador con dudas e impreciso de sus primeros tiempos en Colón.

MORENO (5): uno de los pocos que metió, empujó y corrió por todos lados,. Mucho mejor por afuera que de volante interno.

BASTÍA (4): lo sufrió a Luna y no sólo en la jugada del golazo, donde lo dejó clavado con un caño. Se lo nota distinto al 2012 en la parte física.

URRIBARRI (5): fue uno de los que mejoró con el cambio del sistema y fue bastante más claro con la pelota por la banda izquierda que en el primer tiempo.

MUGNI (4): desconocido por completo. No sólo porque equivocó las opciones cada vez que le llegó la pelota sino porque muchas veces quedó como “escondido” entre los rivales.

CURUCHET (6): el mejor de Colón, por movilidad, ganas y actitud en cada uno de los piques que desacomodaba a los defensores cuyanos. Debe ser titular.

GIGLIOTTI (5): estaba para el “4” pero se salvó y salvó a Colón con la jugada donde inventó el penal que él mismo cambió por gol, uno más para su cuenta personal con la rojinegra.

GRACIANI (4): esta vez no logró imponer su desequilibrio físico por la banda derecha y no ganó casi nunca un mano a mano.

MELLI (-): el pibe de las inferiores reemplazó a Mugni para darle un poco más de oxígeno al mediocampo. Bien parado y criterioso para repartir la pelota.

RAMÍREZ (-): entró, cerca del final, en remplazo de un desbordado Bastía para intentar ganar el partido en alguna pelota quieta pero no le quedó ninguna clara a “Tito”.