Por homicidio culposo

Está procesado el taxista que se descompensó y mató a una joven

La Justicia lo responsabilizó, además, por las lesiones ocasionadas a otras siete personas y lo sancionó, inhabilitándolo para conducir.

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Leonela Noble, de 22 años, falleció el 29 de enero cuando caminaba hacia un banco a cobrar el cheque de su primer aguinaldo. Foto: Télam

 

Télam

El taxista Rubén Darío Botta, quien atropelló y mató a Leonela Noble al perder el control de su auto por un problema de diabetes, hace un mes, en el barrio de Recoleta, fue procesado por ese “homicidio culposo” y por las “lesiones” ocasionadas a otras siete personas e inhabilitado para conducir vehículos.

Fuentes judiciales informaron a Télam que esta decisión la adoptó a última hora del jueves el juez de instrucción porteño a cargo de la causa, Alberto Baños, quien además le trabó a Botta (35) un embargo sobre sus bienes de dos millones de pesos.

De todas formas, Baños le dictó el procesamiento sin prisión preventiva, por lo que el imputado continuará en libertad, mientras siga el proceso y al menos hasta que la Cámara del Crimen resuelva la apelación que la fiscal de la causa, María Paula Asaro, realizó por su excarcelación.

En el auto de procesamiento -al que Télam tuvo acceso-, el juez Baños da por probado que Botta tuvo un “cuadro de hipoglucemia que en principio motivó una falta de dominación consciente en el manejo y luego el descontrol del bólido que embistió cosas y personas”.

Imprudencia y reproche

Sin embargo, el magistrado aclara: “El reproche se asienta en la evidencia de un accionar imprudente, que lo advierto desplegado con anterioridad al inicio de la mecánica propia de la circulación del rodado”.

“El imputado Rubén Darío Botta actuó de manera imprudente, infringiendo el deber de cuidado que le era exigible al no haber cumplido, el día del fatal evento, con las pautas e indicaciones referentes a la educación diabetológica impuesta por su médica de cabecera, esto en cabal conocimiento de la enfermedad que padece, Diabetes mellitus tipo 1 e insulino-dependiente, y asumir, en dichas condiciones, la conducción de un vehículo de pasajeros”, señala.

Choque múltiple

El hecho ocurrió el 29 de enero, cuando el taxi Ford Focus conducido por Botta transitaba a gran velocidad por avenida Santa Fe hacia el lado de Palermo, embistió una moto, chocó con un colectivo de la Línea 152 y pasó a circular en contramano por los carriles que van hacia la avenida 9 de Julio.

Luego, el Focus embistió a otro taxi, un Chevrolet Corsa, que cruzaba Santa Fe por Montevideo, y colisionó con un tercer taxi, un Volkswagen Suran.

Leonela Noble (22), quien caminaba hacia un banco a cobrar el cheque del primer aguinaldo que le habían pagado en el consultorio médico donde trabajaba, murió en el lugar, en tanto que otras siete personas -dos mujeres y cinco hombres- resultaron heridas.

Al ser indagado en dos oportunidades, Botta explicó que sufrió un pico de hipoglucemia, que estaba inconsciente cuando perdió el control de su vehículo y que no recuerda nada desde que conducía por Av. del Libertador y Tagle, a más de 20 cuadras del lugar del accidente.

Dolor y recordatorio

La madre de Leonela Noble, la joven que murió tras ser atropellada por un taxi en el barrio porteño de Recoleta, pidió ayer que el chofer no vuelva a conducir, y dijo que tiene “un puñal clavado en el corazón” desde la muerte de su hija.

Sandra hizo estas declaraciones durante una marcha que vecinos, familiares y amigos de la víctima realizaron en reclamo de justicia, por la avenida Santa Fe, desde la calle Junín hasta Montevideo, lugar del accidente.

“Acá estamos luchando por el recordatorio de Leonela y tratando de que no vuelva a suceder lo mismo, y que gente como este hombre, Rubén Botta, no salga a la calle a hacer lo que hizo y mentir desde el principio”, sostuvo la madre de Leonela.

La mujer aseguró que el dolor la “está matando día a día” y que nunca va a olvidar el 13 de febrero, cuando la llamaron para decirle que excarcelaban al taxista, pese a que sus abogados le habían dicho que eso podía ocurrir porque el homicidio culposo es un delito excarcelable.

“Hoy la recordamos a Leonela, parece que tuviera un puñal clavado en el corazón, pero hoy estuve en esta calle y veía la imprudencia que hay. Se necesitan cambiar muchas cosas”, consideró Sandra.