Conservar la esperanza

Silvia Restagno

DNI 5.116.409

Señores directores:

La sociedad toda está contenta y satisfecha porque la situación de la menor M.J. fue resuelta de la mejor manera para ella. Por fin, primó el sentido común sobre la letra fría de la ley.

Pero creo que la sociedad tenga en claro que tanto esta pequeña o Isidro son apenas unos poquísimos casos emblemáticos que pasaron a ser noticia en los medios.

Lamentablemente en nuestro país, desde Jujuy a Tierra del Fuego, hoy existen miles, miles y miles de víctimas de la lentitud de nuestra Justicia.

Todos sabemos que a ningún funcionario público -sea de la repartición que fuere y del color político que sostenga- le gusta ver a la sociedad en la calle reclamando.

Entonces me pregunto: si no hubiera estado la sociedad santafesina durante horas y horas en la plaza San Martín y en las calles de nuestra ciudad, ¿se habría solucionado la situación de M. J.? Todos conocemos las irregularidades que hubo en este caso, de las cuales, la irregularidad fundamental fue la ausencia del Estado.

¿Y ahora qué? ¿Habrán tomado cartas en el asunto todas las reparticiones públicas implicadas en el caso? ¿Habrán decidido dejar de mirar para otro lado y darse cuenta de que deben tratar nada más y nada menos que con el futuro de nuestra infancia? ¿Habrán tomado conciencia de que sus oficinas están llenas de niños y no de expedientes?

Hace treinta años tuve la oportunidad de mantener contacto en el Juzgado de Menores con el Dr. Ramiro Puyol, cuando él era juez de Menores. ¡Qué Justicia aquella! ¡Gracias Dr. Puyol por aquella transparencia y rapidez! En nombre de la sociedad quiero agradecerle por pensar tanto en nuestra infancia; por preocuparse y ocuparse tanto de los niños.

Gracias también al Dr. Juan María Gaitán, por sus valores éticos y morales, en el ejercicio de su profesión.

Conservemos la esperanza de que algún día recuperaremos aquellos valores. Ojalá esta chiquita haya sido el puntapié inicial.