EDITORIAL

Paritarias: debe primar la sensatez

No son tiempos sencillos para la economía argentina. A esta altura de las circunstancias, recordar cada uno de los inconvenientes estructurales y coyunturales que se fueron acumulando durante los últimos años en materia económica, puede parecer redundante.

 

Sin embargo, existe un dato que resulta clave: según las mediciones privadas, el crecimiento del PBI argentino durante 2012 fue prácticamente nulo. Incluso las cifras oficiales del Indec dan cuenta de un freno abrupto en el crecimiento del país.

Tarde o temprano, las estadísticas macroeconómicas terminan repercutiendo en la economía real. De hecho, no son casuales la ralentización de la obra pública o los problemas que el Estado enfrenta a la hora de establecer pautas salariales para el año que comienza.

El gobierno nacional fue el primero en abrir la mesa paritaria con los gremios docentes. Se les ofreció un incremento de sueldos del 22%, que no fue aceptado. Frente a esta posición inflexible, la Nación resolvió suspender las negociaciones y, de manera unilateral, dejó establecido ese porcentaje de mejoras salariales.

Como se sabe, desde el resto de los distritos se aguarda cada año la finalización de esta paritaria nacional para tomarla como referencia.

En Buenos Aires, por ejemplo, la irracionalidad parece haberse apoderado de los dirigentes sindicales. Los docentes reclaman aumentos del 30% y anticipan la posibilidad de paro que podría prolongarse durante cuatro o cinco días. A esto se suman huelgas progresivas en los hospitales públicos y medidas de fuerza por 48 horas por parte de los empleados públicos.

En Santa Fe, a pesar de que el gobierno ofreció mejoras salariales superiores al promedio nacional, los docentes ya realizaron cuatro días de paro. Por su parte, la huelga de los estatales fue de 48 horas, mientras se aguardan definiciones en la paritaria que Festram -paro mediante- lleva adelante con municipios y comunas.

Ayer se produjeron nuevos encuentros entre representantes del gobierno, de gremios estatales y de docentes. Más allá de algunas diferencias específicas entre un sector y otro, la propuesta general de aumentos salariales ronda el 25%, a pagar en tres etapas. Los sueldos más bajos recibirán un incremento aún más importante. Además, se abonará por única vez una suma fija no remunerativa de 600 pesos y se estima que ningún trabajador percibirá en marzo menos de 750 pesos de aumento.

Al término de las negociaciones, los dirigentes gremiales de ambos sectores expresaron su satisfacción por el ofrecimiento del gobierno. Si bien advirtieron que las propuestas deberán ser analizadas por las bases, se sabe que resulta fundamental el mensaje que se baja desde las cúpulas sindicales.

En el actual contexto económico, la oferta del gobierno no debería ser rechazada por los sindicatos. En momentos difíciles como los actuales, deben primar la sensatez y la mesura.