Publicación testimonia la fe de algunos pueblos

Publicación testimonia la fe de algunos pueblos

El libro explica el origen, las características y las costumbres o ritos de otras épocas desde el punto de vista religioso de capillas o parroquias santafesinas.

 

Un libro de Gloria Dayer de Vanetti recopila la obra evangelizadora de la orden franciscana en gran cantidad de localidades santafesinas, que subsiste a través de sus parroquias, capillas, oratorios, grutas o ermitas.

TEXTOS. REVISTA NOSOTROS. FOTOS. GENTILEZA GLORIA DAYER DE VANETTI.

Numerosos trabajos de investigación sobre el origen de su pueblo (Vera y Pintado) publicamos en Nosotros que fueran elaborados por Gloria Dayer de Vanetti, esta santafesina de nacimiento pero que vivió -hasta mayo del año pasado- en aquella localidad.

La última producción de quien fuera maestra rural, presidenta de la comuna de dicha localidad y promotora de actividades culturales es el libro “Testimonios de fe”, que recopila la obra evangelizadora de la orden franciscana en gran cantidad de localidades santafesinas, que subsiste en estas comunidades a través de sus parroquias, capillas, oratorios, grutas o ermitas.

La presentación del libro estuvo a cargo de Ana María Zancada y se realizó el año pasado, oportunidad en la que estuvieron presentes el director provincial de Escuelas Privadas, Prof. Germán Falo; el párroco de Gobernador Crespo, Padre Adalberto Lobato; además de presidentes comunales, representantes de instituciones, amigos y vecinos de la comunidad.

Se llevó a cabo en el local de la Escuela provincial Nº 6.051 “María Esther Rodríguez de Elguezábal”, de Vera y Pintado, donde Vanetti cursó sus estudios primarios, se desempeñó como docente y posteriormente se jubiló. En la oportunidad, el presidente comunal de esa localidad, Santiago Cuatrín, declaró a Gloria Dayer de Vanetti “ciudadana destacada” por su labor investigadora y cultural, y le entregó una plaqueta recordatoria, antes de que se radicara en Rafaela.

En diálogo con Nosotros, la autora contó cómo surgió esta iniciativa. Recordó que “he investigado de todo en mi zona: las estancias, los inmigrantes y el origen de mi pueblo, incluso la capilla o la historia de las instituciones. El padre Gerardo Gonnet estaba abocado a reunir en un solo trabajo la historia de las capillas, porque se habían perdido muchos libros de actas o bien algunas no los tenían y, por este motivo, no se podía saber sus orígenes”.

Según mencionó, “el sacerdote fue a Vera y Pintado con la idea de que yo le diera la información relacionada con la capilla de mi pueblo. Sabía que a mí me gustaba investigar y hacer este tipo de trabajos y, entonces, me sugirió y lo tomé porque era un desafío. En un principio no me sentí segura de poder hacerlo; pensaba que debía estar destinado a otras personas con más autoridad en el tema. Yo me sentía distante pero lo tomé como un desafío y confieso que me resultó sumamente gratificante concretarlo”.

RECUPERAR LA HISTORIA

Así comenzó la ardua tarea de reconstruir la historia de la evangelización franciscana en las localidades cercanas a Vera y Pintado, que se concretó a partir de 1870 -cuando la orden se asentó- hasta 2006, cuando los diocesanos se hicieron cargo de la zona desde el punto de vista espiritual. Sin embargo, la actividad se vio facilitada por la gran colaboración que encontró en la comunidad.

La autora destacó que “como pensé que era una faceta de la historia que no se había investigado fue muy grato hacer este trabajo. En realidad, no había información en ninguna parte sino que había que hacerla. Accedí a los archivos de la parroquia de Gobernador Crespo, ya que todas estas capillas, que dependían de San Martín Norte, actualmente dependen de la parroquia de Santo Domingo de Guzmán de Gobernador Crespo”.

También aclaró que “el padre Adalberto Lobato le había pedido a las personas de las distintas capillas que colaboraran con documentos, datos e historias. Recorrí las capillas una por una y toda la comunidad me fue alcanzando la documentación que tenía. Pude comprobar con satisfacción la gran generosidad con que cada uno me entregaba sus apuntes, escritos en hojas sueltas, no sólo de sus capillas sino de otras de los alrededores. Era notable ver con qué compromiso me acercaban datos, documentos, fotos y me llevaban en sus propios vehículos, sin costo alguno, a dialogar con personas que -por su edad- podían aportar lo suyo y me abrían las puertas de sus parroquias, capillas, oratorios, grutas o ermitas para que pudiera sacarles fotos. Por eso, no me resultó tan difícil poder conseguir material por la buena respuesta de la gente”.

HACER MÁS EJEMPLARES

Así surgió este libro -continuó-, que es el tercero que publico y me demandó un año de trabajo. Se editó -en parte- gracias a la Secretaría de Innovación y Cultura de la provincia. Hicimos 250 libros (aunque mi idea era llegar a los 500 ejemplares) y posteriormente imprimí 100 más por mi cuenta, para poder distribuir a algunos lugares adonde no llegaron. Creo que es un trabajo de gran utilidad que va a servir de base para el estudio de la evangelización franciscana en la zona y la fundación de varios pueblos que surgieron a partir de este hecho.

Los ejemplares se repartieron en escuelas, parroquias, bibliotecas, comunas y otras instituciones de las localidades que están involucradas en el trabajo, entre las que se cuentan La Penca, Gobernador Crespo, Colonia Silva, San Martín Norte, Colonia Dolores, La Criolla, La Blanca, Pedro Gómez Cello, Colonia San Rómulo, Colonia La Negra, Colonia El 80, Vera y Pintado o La Camila.

Además de aportar una reseña de la actividades de los franciscanos en la región, el libro explica el origen, las características y las costumbres o ritos de otras épocas desde el punto de vista religioso de las diferentes capillas o parroquias. Además, incluye “todos los documentos que la gente me facilitó, absolutamente todos, además de las fotos, porque hablan, marcan una época y cuando alguien, dentro de 50 años, abra el libro y las vea realmente va a poder apreciar estos testimonios”.

UN PUNTO DE PARTIDA

Por último, la autora aclaró que su publicación “basada en la evangelización en la zona a partir de la llegada de los Misioneros Franciscanos es sólo -haciendo mías las palabras del Padre Juan Giuliani- la ‘piedra fundamental’ de una obra que, a futuro, otras personas de espíritu inquieto, de aquellas que eligen hurgar en el pasado, podrán completar, continuar, ampliar y perfeccionar”.

En tanto, agregó que “evidentemente, la obra de los sacerdotes franciscanos que, durante tantos años, han llevado la palabra de Dios a los habitantes de esta amplia zona, en su misión de evangelizar, ha dado sus frutos. Por eso, lo que he visto con mis propios ojos me llevó a escoger el título de este trabajo, ya que son verdaderos ‘Testimonios de fe’”.

Reconocimientos

- El libro fue declarado de interés por las Cámara de Senadores y de Diputados de la provincia, y fue reconocido y valorado por el arzobispo de Santa Fe, monseñor José María Arancedo, mediante una nota fechada el 22 de junio de 2012.

- Otras publicaciones de autoría de Gloria Dayer de Vanetti son “Vera y Pintado, síntesis de su historia” y “Comunidades Aborígenes”.

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“Testimonios de fe” recopila la historia de parroquias, capillas, oratorios y ermitas de poblaciones cercanas a Vera y Pintado, departamento San Justo.

La presentación del libro se llevó a cabo en el local de la Escuela provincial Nº 6.051 “María Esther Rodríguez de Elguezábal”, de Vera y Pintado.

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el presidente comunal de vera y pintado, declaró a Gloria Dayer de Vanetti “ciudadana destacada”.

Fieles y devotos

“La Criolla, salón comunitario Santa Rosa: entrando a la localidad de La Criolla en dirección norte-sur, sobre la margen derecha de la ruta nacional Nº 11, se hallaba a mediados del siglo XX una comunidad aborigen, constituida por familias mocovíes, llegada desde distintos puntos que fueran reducciones indígenas, pero la gran mayoría lo hicieron desde San Pedro, San Martín Norte y Colonia Dolores.

Allí se podía observar un pequeño barrio de casas precarias con paredes de adobe y techo de paja y chapas, retirado del núcleo central de la población. Los hombres trabajaban en los campos, dedicándose al talado y desmonte; otros vivían de changas y las mujeres realizaban tareas domésticas en casas de familias. Estaban bajo la protección del cacique Reimundo Villalba.

Eran devotos de Santa Rosa, lo que le dio el nombre al barrio que habitaban. sus festividades en honor a la Virgen duraban una semana para culminar el 31 de agosto, día de San Ramón. Realizaban en esos días procesiones con un gran número de fieles que, llevando la imagen de Santa Rosa, recorrían a pie varios kilómetros, llegando hasta las poblaciones más cercanas. Hacían su trayecto rezando y alternaban sus oraciones con cantos, acompañados con acordeón y guitarras. En su recorrido se sumaban a ellos algunas familias de barrios humildes, regresando de esta manera con mayor número de fieles”.

Fuente: “Testimonios de fe“