Un trabajo del Instituto de Investigaciones Educativas de la UCSF

Formar tutores para que sean “brújulas” en la adolescencia

 

La iniciativa propone un plan de acción para fortalecer la figura del tutor en la escuela secundaria, como un actor clave que oriente a los chicos en sus expectativas a futuro.

 

Luciano Andreychuk

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Una oreja atenta para escuchar problemas y proponer soluciones desde la empatía y la sensibilidad. Un profesional de la educación, con orientación en psicología o pedagogía, que sepa interceder a tiempo para evitar conflictos. Y una “brújula” preparada para orientar las expectativas adolescentes con la mirada puesta en el boceto de un proyecto de vida. Eso debe ser un tutor hoy, en la difícil y compleja etapa de la escuela secundaria.

Así lo entiende un trabajo elaborado por el Instituto de Investigaciones Educativas y Extensión de la Universidad Católica de Santa Fe (UCSF), que propuso un Plan de Acción Tutorial para la escuela media. El trabajo, que fue publicado como cuaderno pedagógico por esa universidad, sugiere desde una mirada propia y particular una “receta” para preparar tutores de la escuela secundaria.

Estas figuras, que son docentes o profesionales con la misión de orientar y asistir pedagógicamente a los alumnos, están reconocidas en la Ley de Educación Nacional Nº 26.206, que en su artículo 32 establece para las jurisdicciones la obligación de fijar “alternativas de acompañamiento de la trayectoria escolar, como tutores y coordinadores de curso”. En la provincia de Santa Fe, actualmente hay tutores que trabajan en escuelas medias.

“Nuestro planteo es que la tutoría tiene que apuntar a trabajar con el proyecto personal de vida de los adolescentes. Fundamentalmente mirando cuestiones relacionadas con el poder definir ese ‘qué quiero para mi futuro’”, contó a El Litoral Prof. Hugo Pais, director del trabajo.

“El adolescente de hoy tiene de aceptarse en su contexto y poder proyectar su futuro. En función de esto, creemos que el tutor deben tener características específicas: deben ser psicopedagogos, profesores de ciencias de la educación, psicólogos educacionales, etc., pero no contadores ni abogados, ni siquiera profesores de Matemática, porque las especificidades de esas áreas profesionales no se condicen con la función tutorial”, clarificó Pais.

Un tutor para el siglo XXI

El trabajo del instituto tiene un carácter propositivo, desde un enfoque principalmente pedagógico. Así, la función del tutor deberá apuntar a “conocer las aptitudes e intereses de los alumnos, para poder orientarlos más eficazmente en su proceso de aprendizaje; establecer relaciones fluidas entre la escuela y la familia; coordinar la acción educativa de todos los profesores que trabajan en un mismo grupo de alumnos, y el proceso de evaluación continua, e intervenir en las adaptaciones y diversificaciones curriculares”, sostiene el trabajo.

Pero también, desde lo personal, el tutor debe caracterizarse por cualidades muy específicas, igualmente importantes, que ayuden a orientar en el proyecto de vida de los jóvenes. Por ejemplo, deberá saber desarrollar en el alumno la autoconfianza, “en el desarrollo de sus potencialidades, que invita al riesgo, que no ahoga las iniciativas”. Debe también tener “comprensión empática”, que significa ver el mundo “no desde el punto de vista del educador, sino del alumno, de su tiempo y expectativas”.

El tutor, según el trabajo, deberá manejar la “capacidad del respeto” por sobre todas las cosas; la admisión del alumno tal como es, con sus propios sentimientos, experiencia y significados personales; la tolerancia y la ayuda, la no violencia; la colaboración y solidaridad. “Para eso se necesita de capacidad empática, que es un concepto clave; porque si no, todos los esfuerzos serán en vano”, agregó Pais.

Formar tutores para que sean “brújulas” en la adolescencia

INCERTIDUMBRES. La adolescencia es una etapa donde prima la falta de certezas. Por eso, el trabajo de la UCSF propone que los tutores secundarios sepan orientar a los chicos en sus proyecciones y expectativas futuras.

Foto: Archivo El Litoral

Una definición

“La función tutorial nos provoca replantear algunas temáticas que van más allá de los simples ejes curriculares, en tanto conducen a procurar que cada alumno forme su autoimagen positiva y conozca sus posibilidades. Ello requiere capacitación y profesionalidad, y generar procesos de autonomía en los aprendizajes, de ayuda pedagógica competente”, sostiene el trabajo de la UCSF.

/// LA CLAVE

Visualizar el futuro

“El plan tutorial está estrechamente ligado con la misión de orientar al adolescente en su proyecto personal de vida. Poder visualizar hacia adelante. En los tiempos que corren hay muchas faltas incertidumbres, y contra eso tiene que trabajar el tutor, para ayudar a encontrar certezas y acompañar en la toma de decisiones acertadas. Planteamos planes de acción tutorial incluyendo a la familia, a los padres”, dijo el profesor Pais.

“Con todo, nosotros estamos insistiendo firmemente en la inclusión y el cumplimiento de la obligatoriedad del secundario. Pues no siempre están todos los chicos adentro de la escuela. Y también hay que pensar en la calidad educativa, otra materia pendiente. La inclusión compromete y es un desafío a trabajar con y a desarrollar con los alumnos y docentes”, cerró el investigador.