Al margen de la crónica

Lecciones

El senador republicano Rob Portman, que ha sido un opositor del matrimonio entre parejas del mismo sexo, sorprendió ayer al defender el derecho de los homosexuales a casarse después de saber hace dos años que su hijo es gay.

En una columna de opinión en el diario Columbus Dispatch de Ohio, su estado, Portman confiesa que ha “cambiado de opinión sobre la cuestión del matrimonio para las parejas del mismo sexo”.

“He llegado a creer que si dos personas están dispuestas a hacer un compromiso de por vida para amar y cuidar el uno del otro en las buenas y en las malas, el gobierno no debe negar la oportunidad de casarse”, escribió Portman.

“No es así como me he sentido siempre. Como congresista, y más recientemente como senador, me oponía al matrimonio para parejas del mismo sexo, pero sucedió algo que me hizo pensar en mi posición de una manera mucho más profunda”, agrega.

En 2011 su hijo de 21 años, Will, confesó su homosexualidad al senador y su esposa, Jane, cuando estaba en la Universidad, un acto que consideró “valiente”, que no cambió su manera de ver a su hijo como “la misma persona que siempre había sido” pero ahora tenían una “imagen más completa” de él.

Portman confiesa que ha “luchado” para conciliar su fe cristiana con el deseo de que su hijo tenga las mismas oportunidades que el resto de sus hermanos y desea que todos sus hijos tengan “una vida plena con la persona que amen”.

En última instancia, señaló que acudió a la Biblia donde encontró palabras de “amor” y “compasión” y subrayó su creencia de que “todos somos hijos de Dios”.

El senador entendió que haya quienes estén en desacuerdo sobre la cuestión del matrimonio para parejas del mismo sexo, y consideró que “el mantenimiento de la libertad religiosa es tan importante como la búsqueda de los derechos civiles del matrimonio”.

En este sentido consideró que “ninguna ley debería obligar a las instituciones religiosas a celebrar bodas o reconocer matrimonios que no aprueban”.

El senador recuerda que en la última década, diez estados y el Distrito de Columbia, que alberga la capital estadounidense, han reconocido los matrimonios entre parejas del mismo sexo.

“Es comprensible sentirse cauteloso sobre hacer un cambio importante en una institución social importante, pero la experiencia de la última década nos muestra que el matrimonio para parejas del mismo sexo no ha socavado el matrimonio tradicional”, argumenta. De hecho, según Portman, en este periodo, la tasa nacional de divorcios ha disminuido.

“A medida que nos esforzamos, como nación, para formar una unión más perfecta, creo que todos nuestros hijos e hijas deben tener la misma oportunidad de experimentar la alegría y la estabilidad del matrimonio”, concluye.

El matrimonio homosexual es un complejo asunto que divide a los propios republicanos. El mes pasado, más de 80 de sus líderes reivindicaron que las parejas homosexuales tengan derecho constitucional a contraer matrimonio, como el ex gobernador de Utah Jon Huntsman y dos altos cargos de la Administración de George W. Bush: el ex director de Asuntos Políticos de la Casa Blanca Ken Mehlman y el antiguo consejero en seguridad nacional Stephen Hadley.