Al margen de la crónica

La educación abre puertas

Los habitantes de dos favelas de Río de Janeiro han empezado a mejorar sus condiciones de vida gracias a un programa de educación mediante el cual aprendieron oficios diversos y técnicas para montar su propio negocio.

El proyecto piloto Río Ciudad Sostenible, patrocinado por el Consejo Empresarial Brasileño para el Desarrollo Sostenible (Cebds), comenzó en abril de 2011 siete cursos de formación laboral para los habitantes de las favelas de Babilonia y Chapéu Mangueira, situadas sobre una ladera en el barrio de Leme, al lado de Copacabana.

De esta manera, los habitantes de las dos barriadas, que hasta hace menos de dos años tenían que convivir con la violencia del narcotráfico, adquirieron técnicas de mejora habitacional, como albañilería, fontanería y electricidad.

También aprendieron agricultura urbana orgánica, sostenibilidad en las escuelas y los hogares, turismo comunitario, desarrollo de emprendedores locales, gestión comunitaria de residuos e infraestructura urbana “verde”.

Los módulos educativos se impartían en las mismas favelas con el fin de evitar que los alumnos tuvieran que desplazarse a otros lugares de la ciudad.

Según datos de la organización, tras los cursos se organizaron doce grupos de obreros que ya han reformado catorce casas en las dos favelas.

Prueba del sentimiento de solidaridad y comunidad creado es el GalpÆo das Artes, un centro de convivencia situado en Chapéu Mangueira que fue restaurado como parte de las prácticas del módulo de albañilería y que ahora acoge a mujeres de las dos favelas que toman clases de cerámica y otras artes mientras comparten tardes con sus vecinas.

Con la capacitación recibida, los beneficiarios del programa detectaron que ambas favelas tenían un potencial turístico que llevó a sugerir a los emprendedores locales ideas para explotar esa posibilidad.

Por ambas favelas se puede encontrar a los múltiples vecinos beneficiados por estos programas, como es el caso de JoÆo Batista da Silva, muestra orgulloso la huerta que plantó en una azotea tras asistir al curso de agricultura orgánica.

En una pequeña huerta de unos 20 metros cuadrados a la que accede desde la calle, Da Silva produce incluso humus de lombriz, entre hierbas aromáticas y pimientos.

Da Silva estaba jubilado cuando el programa se inició y ahora ocupa su tiempo cuidando con mimo unas plantaciones con vistas al océano Atlántico en las que cuenta con un ayudante de excepción: su nieto Daniel, de 10 años, que también colabora en el huerto que se cultiva en su escuela.

Río Ciudad Sostenible persigue además una vocación medioambiental y de sostenibilidad que ha llevado a acciones como la instalación de iluminación LED en las calles de Babilonia para el ahorro de energía o a la creación de un barracón donde los vecinos pueden llevar basura reciclada y obtener con ella descuentos en la factura de la luz.

Todo ello pretende, en definitiva, mejorar las condiciones de vida de los habitantes de estas dos favelas y conseguir que, como decía Mariana Meirelles, vivan en “un lugar mejor”.