Un vuelo internacional

Un vuelo internacional
 

“Voalá Station” integra bajo la forma de comedia musical a actores aéreos con músicos y cantantes que también pasan a tener un rol actoral.

La compañía europea Voalá, liderada por los santafesinos Roberto Strada y Gastón Iungman, recorre el mundo con sus espectáculos que combinan música, teatro de altura y despliegue visual. En diálogo con Nosotros, los creadores contaron los entretelones de su universo particular.

TEXTO. IGNACIO ANDRÉS AMARILLO. FOTOS. GENTILEZA AGUSTINA MASTANDREA, WILLIAM FRANCISCO GALINDO, SERGIO BOLAÑOS Y VOALÁ.

“La comedia musical ‘Voalá Station’ deleitará a vuestro público con su magia y su poesía, mientras que el concierto ‘Muaré’, con la banda de rock británica Duchamp Pilot llevará a sus audiencias en un viaje de emoción e imaginación que hará tambalearse a sus sentidos”.

Así se promocionan los dos espectáculos que la compañía Voalá, liderada por el director escénico Roberto Strada y el compositor y guitarrista Gastón Iungman está moviendo por el mundo: volaron con sus coreografías aéreas sobre 11 países de Europa, Asia y América durante 2012, y se prepara para iniciar su gira 2013.

Santafesinos, iniciados en el trabajo conjunto desde los tiempos de Puja!, se encuentran radicados en Europa: con base en Alicante, hoy en día Gastón está abriendo las puertas de Londres como segunda base de operaciones. De visita por Santa Fe, dialogaron con Nosotros sobre su actualidad, las características de sus productos artísticos y los que viene para el futuro.

PROPUESTAS

- De parate antes de la gira 2013. ¿Cómo es el trabajo con los diferentes espectáculos y cómo es cada uno?

Strada: - En realidad son tres propuestas. Somos un grupo creativo que venimos hace muchos años trabajando, hace más de diez, con diferentes nombres y grupos. Muchas veces los grupos eran el nombre del último show. Comenzamos acá en Santa Fe los directores, y empezamos a viajar con gente de Santa Fe. La primera gira la hicimos con “Voalá Station”, un espectáculo que seguimos con el tema de lo aéreo (que ya veníamos trabajando) pero ahí le pusimos un poco de una historia: no quisimos que sea algo performativo como son, en general, los shows aéreos. Entonces recurrimos a la comedia musical para la estética. Y utilizamos música de tango electrónico.

Iungman: - Ese es otro cambio que hicimos. En los espectáculos anteriores veníamos llevando lo que son las voces líricas, la música de rock. Ahí oxigenamos: al integrar todo en un tipo de comedia musical, los actores y los músicos actúan a la vez, los músicos pasan a tener un rol actoral, a diferencia de los espectáculos que veníamos haciendo. Para “Voalá Station” tratamos de trabajar cosas que nos identifiquen afuera. Siempre la gente me pregunta: Cuando vos estás en una disquería en Berlín, ¿qué es lo que hay de la Argentina? Podés encontrar un disco de (Luis) Salinas, por supuesto Piazzolla, y el tango. El tango y el folclore es lo que tenemos para exportar, sin lugar a dudas. Y esa fue la idea: que a la vez de que ya el músico tenga un rol integrado con la obra, haya elementos del tango. Entonces llevamos una bandoneonista en directo, una guitarra acústica y dos cantantes que tienen un rol en el libreto.

YUXTAPOSICIONES

- Diferente la propuesta de “Muaré”, que es más como un recital con lo escénico.

Strada: - Ahí queríamos romper de nuevo, y nos interesa siempre hacer una propuesta nueva a lo que vemos. Uno en arte hace algo que quisiera ver porque no está (risas), porque le gustaría verlo: ese es el primer concepto. La banda estaba empezando a sonar, a tener su propia fuerza, y habíamos empezado a jugar con los nuevos dispositivos escénicos. Inventamos unas máquinas y nos ponemos a jugar en el proceso creativo; después le vamos agregando música y ahí van varios “ida y vuelta”. Entonces confrontamos: no fue una cuestión de unificar criterios y conceptos para que salga un show, sino utilizar algo dialógico. La banda y lo nuestro iba a tener un diálogo que se dio en los ensayos y que se sigue dando en cada presentación. Desde ya que uno va asimilando rutinas y cosas que tienen que ver con la música; pero ese hecho de partir de esa manera, sin tratar de integrar, o que la música sea el acompañamiento, sino como una payada, un rap.

Iungman:- Lo que quisimos, más allá del libreto o guión teatral, fue rememorar una época en la que el arte y la ciencia iban de la mano. Nos remontamos a una época, y eso hizo que se genere esa “payada”: te acordás los comienzos de la psicodelia, donde tenías un artista plástico, o alguien interfiriendo en tiempo real, haciendo esa flexibilidad que se ve, esa improvisación que es tan cool, tan linda en el arte, que puedas ver algo fresco. Creo que con “Muaré”,al posicionarnos con ese criterio logramos “quebrar”, hacemos esta propuesta que resultó distinta. Allá en Europa hay un lugar de presentación junto con lo que es Edimburgo en Escocia, la Fira de Tárrega en Barcelona. Ahí todas las compañías del mundo exponen sus espectáculos, y nosotros habíamos generado tanta corriente con esta nueva idea, el “maestro” (Strada) hizo una maquetita al estilo argentino (risas), y de golpe teníamos al goberno catalán diciendo: “Ponemos 100.000 euros para que esto se haga con la bandera de Cataluña”.

Strada: - Una maqueta de las que siempre armaba, haciéndola dar vueltas. En el primer momento fueron unas caras de personas muy importantes, y yo diciendo “sigo creyendo que esto está bueno”, pero los tipos quedaron como “pasmaos”, porque esperaban una presentación en 3D de PowerPoint. Y uno dijo: “Estoy podrido del PowerPoint”. Y empezaron a aplaudir los otros.

- ¿De qué estaba hecha?

Strada: - Muñequitos, y ya estaban los discos, volviendo al concepto estético. Utilicé los discos de (Marcel) Duchamp: él hizo unos rotorelieves en los años ‘30, en donde empezó a tirar el tema del movimiento en el plano y para generar volumen. El tipo es para mí uno de los mejores artistas del siglo pasado. Además utilizamos obras de arte óptico. Gastón hablaba de una época; hablamos de arte óptico como una de las últimas vanguardias de la modernidad. En el arte fue antes que en la música, en los ‘50 se empezó a terminar la vanguardia y después siguió en la música. Después vino toda esta posmodernidad, esta cosa de que “no hay futuro”, esta cara agria de algunos artistas de que te van a mostrar lo malo del mundo. Entonces dijimos “vamos a retrotraernos” y recuperar eso. Va a terminar siendo una representación igual...

- Porque no podés hacer improvisación permanente...

Strada: - No. El hecho de época es representativo. Pero de todas maneras queríamos contagiar aquel espíritu. Y este criterio estético se fue dando.

- ¿Y el nombre “Muaré” de donde salió?

Strada: - El efecto óptico del moiré es cuando uno superpone dos tramas similares y genera otra distinta. Un tejido sobre otro que no termina de calzar, genera un movimiento. Por eso podía ser: porque situaciones como la música, la danza, la plástica, podíamos superponerlas a ver qué pasaba. No intentando hacer algo homogéneo, como siempre es la pretensión del arte; esto es un concierto de rock y tiene mucho de eso.

VARIACIONES

- La banda Duchamp Pilot ya estaba armada?

Iungman: - Como equipo creativo la idea es desarrollar como plataforma distintos elementos. A partir de “Muaré” creamos la banda, y empezamos a jugar de esa manera, incluso fuimos cambiando: a veces nuestro show dura 55 minutos, otras 45, 50 (risas). A veces nos sorprendemos porque estamos arriesgándonos en plazas muy importantes: Toulouse, Québec (estuvimos en Montreal, en lugares donde decimos “pará, no podemos estar haciendo esto”. Pero esa flexibilidad hace que funcione: que faltando 10 minutos vos digas “bueno, vamos a hacer este tema hoy”.

Strada: - A veces ni lo saben los actores (risas). O cambiamos cosas. Seguro que uno tiene un cierto miedo, pero creo que la inconsciencia nos supera, porque irnos al lugar común... Yo me sentiría más nervioso, de decir “no, porque ahora nos va a ver tal”. ¿Cómo sería? Que sea siempre igual, o con lineamientos “normales”: siempre hay una imagen y una música, y la música acompaña y nada más. Acá, en cambio, la música por momentos va a estar por arriba, nosotros también lo hacemos; hay momentos en los que no hay una estructura lógica de espectáculo.

Iungman: - Y hay otra cosa que permite esta flexibilidad, porque nosotros siempre trabajábamos en espacios abiertos, y entonces siempre te encontrás con lo que es el lugar, la misma felxibilidad que te ayuda o te favorece a realizar la obra como la tenías preconcebida.

Strada: - La ubicación de la grúa nunca es la misma.

Iungman: - Al trabajar con grúa, en espacios grandes, eso va cambiando constantemente: por los tiempos de movimiento del brazo de la grúa...

- ¿Cómo fue lo de la Plaza de Toros en Colombia?

Strada: - Fue muy importante, porque fue la primera vez que se cobró entrada por un show nuestro.

Iungman: - Llaman a casa desde Colombia a última hora, y nosotros al no trabajar con venta de entradas, pasamos un fee, un cachet, y a partir de ahí cerramos o negociamos. Yo no sabía qué era la Plaza de Toros de Colombia, porque fue de urgencia: se ve que les habían hablado de nosotros y querían una compañía de las que estaban trabajando fuerte en Europa. Me llamaron, al cambio horario, a las tres de la mañana. Cerré un cachet y dije “¿Dónde será”? Cuando nos enteramos que se vendieron 70.000 entradas, y había reventa... Fue un éxito total, y eso nos abre los ojos para empezar a pensar en si podemos empezar a producir nuestro propio espacio.

EL FUTURO

- ¿Cómo viene el 2013?

Strada: - Esta época es justamente cuando empieza a moverse todo, y lo vemos muy bien, porque el año pasado hemos estado en 11 países; eso hace que ya vaya quedando un backup importante: ojalá que podamos seguir sumando. Estamos tratando de abrir más lugares como bases de nuestro trabajo. Alicante para nosotros es una base de donde partimos para todas partes del mundo, pero por ahí podríamos llegar a tener otros lugares intermedios también,

Iungman: - Lo próximo es Inglaterra, ya estoy prácticamente mudado ahí. Estoy viviendo en Leicester, en Londres he estado haciendo las reuniones. Ahora estoy viendo de alquilar, para tener oficinas ahí. También tiene relación con el proyecto nuevo que queremos empezar a generar: Londres es un poco la oficina del mundo, y eso quiere decir que nos animamos a aterrizar ahí, poner un dedito a ver qué pasa (risas).

- Como creativos argentinos, ¿sienten que les va bien afuera y en su país no los conocen tanto, o no los ven hace mucho? Les ha pasado a otras compañías argentinas...

Strada: - Es lo pendiente. Pero hay diferencias: Buenos Aires defiende mucho a sus artistas, al punto de que no sos de Buenos Aires y te cuesta mucho. Y en Santa Fe se mira mucho afuera; entonces teníamos un doble problema. Allá era “acá ya tenemos”, y acá era “en Buenos Aires ya hay”. Es lo pendiente porque después de mostrarlo en todo el mundo me llena mucho más que mi gente pueda ver los trabajos; es la medida de tu propio trabajo: cuando vengan mis amigos, mi mamá, a verlo, realmente ahí voy a saber cuánto he crecido o no. Lo otro vale, pero no lo vivo de la misma forma. Viviría mucho más poder trabajar acá. Creo que se va a dar, el tema es seguir trabajando.

“Lo que quisimos, más allá del libreto o guión teatral, fue rememorar una época en la que el arte y la ciencia iban de la mano”.

Gastón Iungman

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Un vuelo internacional

“Muaré” combina la estética de Marcel Duchamp en un dispositivo escénico con los actores y un concierto de la banda Duchamp Pilots, creada por Iungman para la ocasión.

Un vuelo internacional

Iungman y Strada, de visita en la costa santafesina.

“El efecto óptico del moiré es cuando uno superpone dos tramas similares y genera otra distinta”.

Roberto Strada