El niño que asombró al mundo

Nidya Mondino de Forni

Un niño prodigio es alguien que a una edad temprana domina uno o más campos científicos o artísticos emprendidos generalmente por adultos. Por “temprana” suele considerarse antes de los diez años de edad. Algunos de los campos más comunes de los niños prodigio son las matemáticas, el ajedrez y las artes visuales. Mucho se habla de que las grandes leyendas de la música fueron niños prodigio: Mozart ya era virtuoso del piano y del órgano a los seis años, Procofiev componía óperas con nueve, Menhujin -a los cinco- dio su primer concierto público de violín...

Especialmente recordamos hoy a aquel niño italiano que dirigía con pantalones cortos, zapatos negros de charol, medias blancas que le cubrían las pantorrillas (hasta muy avanzada la adolescencia). No usaba corbata, a veces abotonaba su cuello y otras lo llevaba abierto. Se trata de Pierino Gamba, nacido en Roma en 1937.

En 1945, apenas concluida la segunda Guerra Mundial, se dio a conocer dirigiendo una orquesta de dieciocho integrantes. Un año después, en un ensayo público, estuvo al frente de una orquesta de sesenta integrantes en el Teatro Adriano de Roma. Comenzaron desde allí sus viajes por Europa. A los once, dirigió por primera vez en Inglaterra. Se estableció en Madrid con su familia. Su madre, Amadea Arioli, falleció muy joven. Desde los catorce a los dieciocho, realizó conciertos en tierra valenciana. Radicado luego en Johannesburgo (África) viajó a menudo a España. Varios años más tarde, trabajó como director invitado hasta ser nombrado director y maestro de la Orquesta Sinfónica de Winnipeg (Canadá). Años después, y con el mismo cargo, en la Orquesta Sinfónica de Adelaida (Australia). Residiendo en Punta del Este (Uruguay) dirigió la Orquesta Sinfónica Nacional de Uruguay, y apareció ocasionalmente también con varias orquestas de Sudamérica.

Su padre, llamado Pietro Gamba, expresó en 1955: “... a los profesores que dirige los trata con energía, pero con simpatía; yo le digo que ellos son como sus padres en la música y que hay que respetarlos (...). Ya no le causaba gracia que lo llamen niño prodigio”. “Yo fui niño prodigio -decía- en cuanto a la edad, pero no en cuanto a la manera de realizar mi trabajo. No me molesta que me llamen así, siempre que digan que soy músico desde los comienzos y que nunca he dirigido por intuición”.

Pierino Gamba estudió música con su padre (violinista) y con los profesores Capocci y Arduini. Joven aún también incursionó en la composición musical, entre sus primeras obras figuran: “Recuerdos de los trece años” y “Los cantos de los héroes”. Su gran facilidad para los idiomas le permitió hablar correctamente el italiano y español además del inglés, francés y alemán.

Contrajo matrimonio con la mezzosoprano Jeanne Rodes, a quien conoció en París cuando dirigió “Carmen” de Bizet. Grabó, entre otros, con Pavarotti y Ricci.

Yehudi Menuhin, al ser dirigido por él, dijo: “Nunca estuve acompañado mejor. Todo era alegría, como si estuviera jugado con alguien que conocía mi inclinación más secreta”.

Gamba se ha desempeñado como presidente de jurados en concursos internacionales y fue nombrado director Honorario de nueva orquestas sinfónicas.

Su sueño: “Crear una mayor fusión espiritual de los hombres a través de las artes” se vio cumplido cuando, junto a Pablo Casals, Albert Schweiser, Andrés Segovia, Igor Stravinsky... formó Symphonicum Europea. Respecto de ello se ha dicho: “Es probable que haya un solo hombre en el mundo con la capacidad de convencer a una asamblea tan prestigiosa, dedicar su valioso tiempo y energía, sin costo alguno, para un proyecto tan extraordinario. Ésa persona es Piero”.

Hace pocos años, Pierino Gamba -hoy don Piero- y cuando ya han pasado más de cincuenta de haber abandonado Valencia, volvió a posarse sobre el mismo atril: “El volver a Valencia en la que estuve de joven me ha tocado el corazón. Yo empecé a dirigir cuando todos los músicos eran mayores que yo, y ahora ni se me ocurre preguntar si alguno ha tocado antes conmigo”.

Del repertorio elegido para la ocasión: Obertura en si menor de “Las Hébridas” de Mendelsshon; “Rapsodia sobre un tema de Paganini” de Rachmaninov y “La Heroica” de Beethoven surge su acendrada sensibilidad romántica.

Pietro Gamba actualmente reside en Nueva York, dedicado a su carrera e imparte la cátedra de Dirección orquestal.

El niño que asombró al mundo

Pierino Gamba, un niño prodigio.

Foto: Archivo