EDITORIAL

Política y Presupuesto

Con 80 días de retraso, la Legislatura sancionó la ley de Presupuesto General de Gastos y Recursos del presente ejercicio en una discusión mucho más política que económica y que dejó a las cámaras enfrentadas por el Fondo de Fortalecimiento Institucional negociado y obtenido por el Senado para sus 19 integrantes y el vicegobernador.

Precisamente el Fondo y el monto del endeudamiento a corto plazo autorizado para el presente ejercicio son los únicos cambios importantes introducidos en el trámite parlamentario. Los senadores incluyeron una partida de 33.600.000 pesos para el fondo y redujeron de 500 a 250 millones de pesos la autorización para emitir letras u otro medio de pago.

El Poder Ejecutivo presentó el proyecto de Presupuesto con algunos días de demora a lo que determina la Constitución -30 de septiembre- y el Senado lo aprobó en la última sesión del año en el marco de un amplio acuerdo político entre la mayoría opositora y la minoría oficialista. Diputados lo empezó a considerar recién después del receso de verano y la mayoría justicialista no encontró una estrategia clara como para imponer cambios y sostenerlos ante la Cámara de origen. Así llegó a la votación absteniéndose de hacerlo 24 de los 28 miembros y solo cuatro -tres de ellos del partido aliado 100% Santafesino- tuvieron postura ante el proyecto. La minoría oficialista en Diputados provocó tres cambios, entre ellos eliminó el Fondo exclusivo para el Senado, pero no logró en segunda instancia el número necesario para imponer ese criterio.

Mientras las cámaras discutían el Presupuesto, el Poder Ejecutivo y la propia Legislatura fueron cerrando los acuerdos paritarios para el presente año cuyos aumentos no están contemplados en la ley sancionada y la economía argentina entró en una zona de incertidumbre cuya manifestación más evidente es el llamado dólar blue que parece no encontrar techo pese a los permanentes cepos que anuncia el gobierno.

La debilidad de la alianza gobernante en la Legislatura -donde la oposición domina las dos cámaras- ha llevado al Poder Ejecutivo a sentarse en la mesa con los senadores que si bien ofrecen divisiones internas se han mostrado propensos a alcanzar acuerdos, sancionarlos y llevarlos a la práctica, algo que aparece mucho más complicado en la Cámara de Diputados debido a la multiplicidad de expresiones en la mayoría justicialista.

El Fondo de Fortalecimiento Institucional es fruto de ese acuerdo. Fue respaldado públicamente por el propio gobernador Bonfatti y lo que se exige ahora es un uso transparente y un fuerte control ciudadano sobre su ejecución. Sería necio no mencionar que la partida beneficiará políticamente a cada uno de los actuales representantes departamentales ya que solo ellos decidirán la institución que recibirá partidas. Esto. sumado al sistema de boleta única donde aparece la foto de los candidatos, los deja en inmejorables condiciones de repetir mandatos como ha ocurrido en los últimos 20 años.