Repercusiones de los vecinos de Sauce Viejo

“No estamos en contra del refugio de perros”

Lo afirman los residentes del barrio Jorge Newbery, donde hay 200 canes albergados en un predio. Piden que la comuna traslade el albergue a un lugar no residencial. Olores, ratas y ladridos, las principales quejas.

“No estamos en contra  del refugio de perros”

Reclamos. Los ladridos, olores y la presencia de ratas son los principales problemas que denunciaron los vecinos de Sauce Viejo.

Foto: Mauricio Garín.

 

Agustina Mai

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Tras la nota “Polémica por un refugio de 200 perros en Sauce Viejo”, publicada el 21 de marzo, vecinos del barrio Jorge Newbery aclararon que no están en contra del albergue, pero reclaman su traslado a un lugar más alejado. “No estamos en contra del refugio ni de la señora Gladis Pellatelli (encargada del lugar). Estamos tratando de defender nuestros derechos más básicos, que están siendo vulnerados permanentemente. Como no hay ningún tipo de acción por parte de la comuna, nos vemos obligados a accionar nosotros”, explicó la abogada Jorgelina Céspedes Cosentino, representante de los vecinos y residente del barrio Jorge Newbery.

Como publicó El Litoral, cuando Gladis Pellatelli compró el terreno, hace diez años, la zona no estaba tan poblada como ahora y ella sólo tenía 15 perros. Hoy hay unos 200 animales y muchos más vecinos viviendo en forma permanente.

La convivencia se tornó imposible y los residentes expusieron los principales problemas que sufren a diario: el ruido y olor constantes, la rotura de tejidos e invasión de los canes dentro de las propiedades. “No podemos descansar porque el ruido es incesante. Los olores son tremendos, sobre todo en verano. En el fondo del terreno hay excremento y animales muertos. Eso están contaminando las napas porque no tenemos agua potable, sino de bomba”, detalló la abogada.

La presencia de roedores es otra de las preocupaciones. “El alimento balanceado queda esparcido y a disposición de las ratas. No podemos usar nuestras piletas porque más de un vecino encontró ratas”, contó Jorgelina.

“Hicimos un tapial, pero se está aflojando por las cuevas de las ratas”, acotó Mirta Banchi, otra vecina. Por su parte, Héctor Garcilazo aseguró que encontró roedores muertos en su tanque de agua. “Estuvimos tomando esa agua sin saber que estaba contaminada”, denunció.

“Nuestra preocupación es el bienestar de nuestra salud, pero también el de los animales. Por la noche, los perros están solos, se atacan y hasta se matan entre ellos. Están hacinados y cuando las perras entran en celo, se alteran y se vuelven agresivos. Es una situación que se fue de las manos”, señaló la abogada.

Asimismo, los vecinos mencionaron los perjuicios económicos: cercos rotos, paredes rajadas por los socavones de las ratas, contratación de empresas de control de plagas y la depreciación de las propiedades por ser linderas a un refugio.

Desafío

Hace años que todas estas quejas son planteadas a la comuna, pero nunca obtuvieron respuesta. “No hay una propuesta ni una solución”, señaló Jorgelina Céspedes.

El último reclamo formal fue en febrero pasado, cuando unos treinta vecinos denunciaron la situación que están viviendo y le solicitaron al gobierno sauceño que “tome las medidas necesarias y pertinentes para que la señora Pellatelli cese en su accionar y posibilite la reubicación de los más de 200 animales que se encuentran en el predio”.

“Hemos agotado todas las instancias de diálogo. Esto dejó de ser una cuestión privada entre vecinos. Es un problema de orden público y la comuna debería intervenir”, exigió la abogada.

Desde la comuna de Sauce Viejo reconocieron la complejidad de la problemática, ya que de un lado está el derecho de los vecinos, pero por otra parte no es sencillo reubicar un refugio con 200 perros. ¿A dónde? ¿Cómo? ¿Quién se hará cargo del traslado y de acondicionar el nuevo terreno? ¿Quién afrontará las castraciones? Son interrogantes que hasta ahora no tienen respuesta.

Finalmente, la comuna expresó que se está trabajando sobre el tema y haciendo las consultas pertinentes para llegar al mejor acuerdo posible para ambas partes.


ESPECIAL PARA EL LITORAL

OTRA MIRADA

Un problema social

José Bastías

Presidente de la Sociedad Santafesina Protectora de Animales

Los refugios son la respuesta al problema del animal sin dueño, pero no son la solución. Debido a la falta de responsabilidad humana, surge el abandono que posibilita el descontrol reproductivo y, de ahí, la superpoblación de fauna urbana (perros y gatos), que conlleva al abandono y, así, a la repetición del círculo; lo que lo transforma en un problema de todos y cada uno de nosotros. La decisión individual de abandonar un animal se transformó en un problema social.

La sociedad responde de diversas formas. Una de ellas es la instalación de refugios -desde instituciones o por iniciativa privada-, necesarios para enfrentar la emergencia, pues de otra forma las calles estarían llenas de animales hambrientos, enfermos y lastimados.

Ahora bien, se debe buscar la solución definitiva y las estrategias para lograrla. Esto le corresponde al Estado como sociedad políticamente organizada, con la puesta en marcha de campañas de esterilización efectivas, es decir que aseguren la disminución de la población animal en el corto plazo. Hasta tanto, necesitamos de los refugios. Recordemos: los perros no son de la calle, son de la ciudad, son nuestros.