Las aventuras de súper Leonardo

Las aventuras de súper Leonardo
 

Tom Riley enfrenta el oscurantismo en “Da Vinci’s demons”.

No se trata de una de las tortugas ninja, ni mucho menos del galán de Titanic. En medio del furor por reversionar personalidades literarias e históricas, ahora le tocó el turno al genial inventor y artista del renacimiento. Para el caso, también un héroe de acción.

TEXTO. EMERIO AGRETTI.

Hace diez años, el nombre de Leonardo Da Vinci estuvo en boca de todo el mundo gracias -es una forma de decir- a la novela de Dan Brown que lo utilizaba para encabezar un best-seller de investigación detectivesca, enigmas esotéricos, conspiraciones eclesiásticas y pretendidas revelaciones de proporciones bíblicas.

Con la coartada de que se trataba de una obra de ficción, “El Código Da Vinci” se tomó permiso para refritar unos cuantos libros de hipótesis extraoficiales y polémicas sobre la vida y el legado de Jesucristo -algunos de cuyos autores iniciaron juicios por plagio- y desarrollar un thriller frenético, plagado de acertijos más o menos complicados e ingeniosos, y abundantes referencias teológicas, históricas, pictóricas, arquitectónicas y geográficas, no en todos los casos completamente exactas. Un entretenido pastiche que funcionó de maravillas -aunque demasiadas personas cometieron el error de tomárselo en serio-, en el que Leonardo Da Vinci aparecía como disparador de la investigación, a partir de, entre otras cosas, un cadáver acomodado como “El hombre de Vitrubio”, supuestas pistas escondidas en sus pinturas más famosas, y el rol de un supuesto invento suyo, el criptex, para develar el misterio (en la trama, el criptex es un dispositivo cilíndrico que debía ser abierto mediante una secuencia exacta de letras, ya que de lo contrario destruía el papiro contenido en su interior).

Lo cierto es que no existe ningún boceto que pruebe la autoría de Da Vinci en cuanto al aparatoso artilugio. Pero sí los hay en abundancia de la impresionante cantidad de mecanismos y dispositivos que ideó, algunos llevados a la práctica en su época -sobre todo los que tenían aplicaciones bélicas, como en toda la historia del hombre- y otros como legado a la posteridad, por la imposibilidad de construirlos con la tecnología disponible entonces. Algunos de ellos, tan espectaculares como trajes de buzo, cañones super-livianos, puentes giratorios, distintos modelos de máquinas voladoras y hasta una especie de automóvil de madera.

UN HÉROE POLIFUNCIONAL

Pintor, anatomista, arquitecto, artista, botánico, científico, escritor, escultor, filósofo, ingeniero, inventor, músico, poeta y urbanista, Leonardo reunía una serie de cualidades y aptitudes sin parangón, sobre todo al hacerlo al nivel de la genialidad. Con tales características, se volvió un personaje más que atractivo para relatos de aventuras con toques de ciencia ficción y fantasía. Con algunas notas de rebeldía hacia los poderes instituidos de la época y el añadido del romance de rigor -con lo cual hubiera sido también un precursor del dudoso estereotipo del “nerd” seductor-, los años de juventud de Da Vinci se convirtieron en un terreno propicio para explotar.

La primera idea al respecto surgió de Hollywood, al influjo del éxito obtenido por el aggiornamiento de figuras literarias como Sherlock Holmes o Los tres mosqueteros. En la misma cuerda, se encuentra en etapa de pre-producción -con fecha de estreno recién para 2015- la película “Leonardo da Vinci and the Soldiers of Forever”, donde el venerable científico es convertido en miembro de una sociedad secreta y envuelto en una aventura sobrenatural, enfrentado a demonios bíblicos, códigos secretos, civilizaciones perdidas y ángeles caídos.

Con similares características, la editorial Marvel (Spiderman, X-Men) lo sumó a su plantel de superhéroes, como miembro pionero de la organización S.H.I.E.L.D, que tanto en los comics como en las películas de Iron Man, Capitán América y Los Vengadores lidera Nick Furia. La organización de espionaje y operaciones internacionales -cuya sigla traducida significa “escudo”- estrenó revista propia, para rastrear sus orígenes en la historia universal y convertir al faraón Imothep, a Galileo Galilei e Isaac Newton, entre otros, en algunos de sus ilustres y más destacados miembros.

INVENTOR EN SERIE

Y finalmente fue el turno de la televisión, con la serie “Da Vinci’s demons”, estrenada anoche en Estados Unidos y que llega a Latinoamérica este mismo martes a las 22, a través de la cadena Fox. Serán solamente ocho capítulos -al menos en una primera temporada-, en los cuales, según la nota de prensa, el protagonista luchará por liberar el conocimiento, “en un mundo en donde el pensamiento y la fe están controlados”.

Se trata de “un hereje que quiere exponer las mentiras de la religión, un insurrecto buscando subvertir una sociedad elitista y un hijo bastardo que anhela que su padre lo reconozca como legítimo”, que “deberá luchar contra enemigos que quieren usar el poder de la historia para ocultar la verdad”, con la única arma de su genialidad.

“Da Vinci es el verdadero hombre del Renacimiento. Luego de trabajar con personajes como Batman y Superman tuvo sentido para mí sumergirme en los hechos y leyendas sobre el origen de Da Vinci”, dice el creador y guionista David Goyer, de modo que quede claro cómo viene la mano.

Florencia sirve como escenario del argumento situado entre 1477 y 1478, con personajes en su mayoría de existencia real. Por caso, en el primer capítulo se muestra cómo la delicada tregua entre Milán y Florencia llega a su fin. Giuliano de Medici propone una gran celebración de Pascua como muestra de su gran poder y le encarga al joven artesano Leonardo Da Vinci la creación de un magnífico espectáculo para impresionar durante el evento. Mientras tanto, el Papa Sixto IV se entera del asesinato del Duque de Milán y del brillante ingeniero contratado por Lorenzo de Medici. Tom Riley encarna el protagónico, y la actriz británica Laura Haddock a Lucrezia Donati, la esposa de Lorenzo Medici y supuesta amante de Da Vinci.

Naturalmente, nadie deberá buscar aquí -ni se promete- rigor histórico, más allá de la inspiración que alienta la creación del personaje y su ambientación, como excusa para trepidantes aventuras de época. Y acaso una invitación para interesarse, aunque sea de refilón, por la vida real y la obra de uno de los mayores genios de la humanidad.

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El laboratorio de Leonardo, lleno de pistas escondidas e inventos sin terminar.

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Da Vinci dejó miles de páginas de notas y bocetos, aunque muchas se perdieron.

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Tom Hanks y Audrey Tatou, en la versión fílmica del best-seller “El Código Da Vinci”.

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Laura Haddock, el interés romántico del protagonista en la serie.

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Leonardo Da Vinci es también un héroe de historieta, en una serie de Marvel.