al mArgen de la crónica

Año Nuevo budista

Con el agua como elemento principal de la celebración, comenzaron hoy en Tailandia, Birmania, Camboya y Laos los festejos con motivo del Año Nuevo.

El inicio de estas festividades coinciden con el movimiento del sol desde un signo zodiacal a otro y se celebran durante la época más calurosa, en la cual se espera la llegada de los monzones, sumamente importantes para países cuya dieta está muy ligada al arroz.

Durante el festival, grupos de jóvenes salen a las calles provistos de pistolas de agua o baldes para mojar a las personas. De la caza no escapan los policías ni los turistas, convertidos a menudo en el principal blanco de las hordas de adolescentes que, además de agua en abundancia, portan consigo bolsas con talco con el que embadurnan el rostro de la presa.

Lo más importante es mantener en todo momento el sentido del humor, ya que según un dicho popular comenzar con enfado el nuevo año es un pésimo augurio.

Los accidentes de tráfico a causa del consumo excesivo de alcohol o por el impacto de los chorros de agua a presión que los celebrantes disparan contra los vehículos, así como las peleas callejeras, dejan durante los cuatro días de festival cientos de muertos y heridos. Pero este año, con el objetivo de reducir los accidentes, la Policía de Bangkok, una aseguradora local y un buen número de locales han puesto en marcha un servicio de recogida de personas que hayan bebido más alcohol de la cuenta para que no conduzcan en ese estado.

Los orígenes del nuevo año tradicional combinan creencias budistas, antigua astrología y el calendario solar. A lo largo de las últimas décadas estas festividades, que para mucha gente suponen la única ocasión del año para reencontrarse con la familia, han perdido gran parte del significado religioso, en favor de la diversión, lo que es criticado por los budistas más ortodoxos.