Las huellas del verano sobre nuestra piel

Manchas, arrugas prematuras y fotoenvejecimiento encabezan el ranking de consultas médicas en otoño, que aumentan en un 30%.

TEXTOS. PRENSA SOCIEDAD ARGENTINA DE DERMATOLOGÍA.

Las huellas del verano sobre nuestra piel
 

Cada vez son más las personas que visitan a su médico dermatólogo con la llegada del otoño. Y es que el verano deja, en mucha gente, secuelas en la piel. Por ello, la Sociedad Argentina de Dermatología informa que, a partir de marzo, las consultas posverano en los consultorios aumentan un 30% en relación a otras épocas del año.

Esto se debe a que la gente “toma conciencia de los efectos que tiene tomar sol en condiciones que no son saludables y eligen el otoño como una buena época para recomponer su piel”, señala el médico dermatólogo y miembro de SAD, Marcelo Label.

Es que en esta época del año, la piel puede mostrar los efectos de un verano de sol, playa o montaña y aire libre. De allí que son cada vez más comunes las consultas por manchas en la piel, en especial en la cara.

“Las más comunes son los melasmas”, explica Label. “Generalmente -continúa- se trata de manchas castañas que se localizan en la cara y que están ligadas a la toma de anticonceptivos o drogas fotosensibilizantes, en embarazadas o pacientes con alteraciones hormonales, en muchos casos antes que se presenten otros síntomas y por lo tanto el paciente desconoce esta situación. Y son más comunes en la segunda y tercera década de vida, en mujeres”.

“El melasma no tiene síntomas más que el cambio en el color de la piel pero puede provocar en el paciente una gran preocupación respecto de su apariencia”, explica Label. Este tipo de afección se caracteriza por un cambio en el color de la piel (de un color castaño) y son manchas que suelen localizarse en la frente, la nariz, mejillas y labio superior, simétricamente en ambos lados de la cara.

Ante la aparición de manchas es fundamental visitar al dermatólogo para comenzar los estudios y el tratamiento adecuado. El uso de protector solar todos los días puede ayudar no sólo a prevenir el melasma sino a que no se siga agravando.

En relación al tratamiento, el especialista cita: “Las cremas que contienen una combinación de tretinoína, hidroquinona, ácido kójico y ácido azelaico han demostrado que mejoran la apariencia del melasma, mientras que los peeling o exfoliación químicas y tratamientos con láser para eliminar la pigmentación oscura se utilizan si el problema es grave”. Además, Label aclara que es fundamental suspender los medicamentos hormonales que pueden estar causando el problema y estudiar al paciente para detectar posible enfermedad endócrina.

FOTOENVEJECIMIENTO

La segunda consulta más común luego de la época de primavera-verano se da por los síntomas que produce el fotoenvejecimiento, cuyos cambios visibles en la piel se dan porque ésta comienza a presentarse áspera, seca (xerosis), con dilataciones vasculares (telangiectasias), manchas blancas (hipocrómicas) y -ya en estadios más avanzados- la queratosis solar (premalignas) y el desarrollo de carcinomas.

Las causas que motivan el envejecimiento cutáneo se pueden dividir en dos factores primordiales: “intrínseco o cronológico, determinado en gran parte por la genética individual y los factores extrínsecos, en donde los componentes ambientales son primordiales”, explica Label.

La radiación solar ocupa un lugar fundamental dentro de los factores extrínsecos. Pero todos son efectos perniciosos: “El sol es la fuente de energía que permitió la vida tal cual conocemos y el principal estímulo para sintetizar vitamina D. Por eso, tomado con moderación, tiene efectos positivos en nuestro organismo”, suma el especialista.

Algunas de las consecuencias del fotoenvejecimiento en la piel son manchas, arrugas prematuras, flacidez cutánea y en casos más graves, el cáncer de piel. Existen tratamientos disponibles para combatir y recuperar la belleza natural de la piel perdida por el fotoenvejecimiento. Entre ellos, la aplicación de ácido retinoico, hialurónico, alfa hidroxiácidos, etc.

También existen tratamientos de gabinete con diferentes peelings y el uso de aparatología como luz pulsada, terapia fotodinámica o radiofrecuencia, así como rellenos y toxina botulínica, pero siempre con estricto control del médico dermatólogo, que es el único que puede diagnosticar y orientar sobre el tratamiento a seguir.

“Finalmente, es muy importante recalcar que cualquier tipo de lesión, ya sea benigna, premaligna o maligna, debe ser valorada por el especialista dermatólogo, para dar el mejor tratamiento y seguimiento”, subraya Label.